Proust, un escritor impresionista

Por: | 13 de noviembre de 2013

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Marcel Proust atesoraba un gran número de fotografías, libros y revistas a las que recurrió una y otra vez mientras escribía En busca del tiempo perdido. Especialistas como Gérard Genette aseguran que esa preferencia del escritor por las reproducciones de la realidad ponía de manifiesto su predilección por la “visión indirecta”, así que quizás no sea demasiado arriesgado aventurar que al francés no le moleste que los lectores tomen un atajo con la lectura de las 3.000 páginas de En busca del tiempo perdido y se decanten por la adaptación gráfica de Stéphane Heuet, creativo publicitario que a los 35 años leyó por fin –hubo abandonos previos- los siete volúmenes de la monumental obra de Proust y decidió traducirlo al cómic en un intento, reconocía hace más de una década a The New York Times, de hacerlo más accesible. “Proust ha estado encerrado en un gueto de esnobs, que lo tratan como si fuera una especie de objeto precioso de oro y diamantes. Para mí, cualquier esfuerzo por democratizarlo es válido”. En español, Sexto Piso ya ha publicado Por el camino de Swann. Primera parte: Combray, A la sombra de las muchachas en flor. Primera parte: Nombre de la región: La región (Volumen I), En busca del tiempo perdido. A la sombra de las muchachas en flor (volumen II) y En busca del tiempo perdido iv. Un amor de Swann (Volumen I).

 

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Con la publicación del primer álbum de Heuet fueron muchos en Francia los que pusieron el grito en el cielo. En las hemerotecas siempre quedará congelada la indignación del diario Le Figaro que tachó de “cruel”, “horrible” y “catastrófico” el atrevimiento. No obstante, las ventas confirmaron el éxito de la adaptación y ya en 2006, año en que se tradujo al español el primero de los libros, ya se había traducido a 10 idiomas y algunas escuelas lo empleaban como introducción al autor.

 

Paintings in Proust_1

Paintings in Proust_09

 

Según Heuet, Proust era “casi un pintor impresionista”. Fue el impacto que le produjo el contenido visual del libro lo que le hizo plantearse su traducción al cómic. Y precisamente de esa carga visual que tanto maravilló al francés se ocupa un libro publicado en 2008 y que merece la pena recordar: Paintings in Proust de Eric Karpeles, que recoge las más de 200 pinturas, dibujos o grabados -en la lista de obras se encuentran Vista de Delft de Vermeer, Scarborough de Turner o Romanos de la decadencia de Couture- a los que el francés hizo referencia en En busca del tiempo perdido.

 

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Hace unos meses Penguin Classics celebraba la efeméride proustiana con la publicación de una edición bilingüe inglés/francés de poesía ilustrada con dibujos del escritor que "pensaba y escribía en imágenes". Aquí pueden verse más ilustraciones.

 

Hay 6 Comentarios

El cómic es una delicia. He leído los siete tomos al igual que la "purista" María y he disfrutado tanto como lo haya podido hacer ella con la obra de Marcel Proust. Ahora, mucho tiempo después me encuentro esto y ¿por qué no? La adaptación es impecable, respetuosa con el original, que por supuesto, es otra cosa distinta, pero eso no le quita ningún interés al cómic. Es algo que se puede disfrutar por sí mismo y no debe tomarse como un atajo, pero si además arrastra a alguien a la lectura del original, estupendo pues.
A los reticentes les diría que se acerquen sin complejos porque el cómic es delicado y bonito, y como digo, muy respetuoso con el espíritu y el tono del original.

Proust no es de cómic .HE leído los siete tomos .sentir en profundidad cada palabra de su inmensa obra,ASIMILAR, leer entre líneas los sentimientos, la sensibilidad, el arte, la vida,plasmada, con realidad delicada y sabía,con todo lo que eso significa,jamás se podrá conseguir con el cómic .Esa forma de llegar a Marcel Prous es un camino, NO de Swann ,sino de NEGOCIO...

Gracias por la información sobre los intereses e influencias de la expresión plástica en Proust. La vista de Delft tiene un lugar destacado, cuando hablando de un personaje, Bergotte, señala un muro amarillo que nadie ha visto en dicho cuadro. Bergotte aparece obsesionado por ese muro hasta el punto de que estando enfermo acude a ver el cuadro a una exposición y muere contemplándolo. Al parecer fue un episodio real en la vida de Proust, que enfermó cuando acudió a una exposición de Vermeer, que luego trasladaría a su personaje. Lo importante del muro amarillo, más allá de que nadie lo haya visto en el cuadro, es la forma en que concibe a Vermeer pintándolo, meticulosa y concienzudamente, pincelada a pincelada, un simple muro amarillo, pero que en esa dedicación va a condensar toda la luz, sus matices, la pintura toda. Me recordaba cuando lo leía lo que decía Miró cuando inició sus cuadros azules, su deseo de pintar con un pincel pequeño toda una superficie grande con un sólo color: el azul. Hay cierta dimensión trascendente, que va más allá de la efectividad del resultado, en la práctica de la pintura, cierto ensimismamiento, algunos lo llamarán obsesión absurda, que tiene que ver con la meditación, con una actividad cercana a la filosofía.
En cuanto a los sentidos en Proust, algunos han dicho que padecía o disfrutaba, según se mire, de sinestesia, y que ello le ayudaba extraordinariamente para la activación de la memoria involuntaria, la única real y genuina.
En cuanto al comic no lo veré. Creo que cada cual se hace sus propias imágenes del libro de Proust, por otra parte tan plástico en su escritura. No quiero que las mías se contaminen, no por ser mejores, sino simplemente porque son las mías y Proust ha llegado a ser algo ya digerido, asimilado, por lo que la decepción será inevitable en caso de ver el cómic.

No se preocupe, sin duda un detalle menor. La felicito por el artículo y por el blog, resulta muy interesante el universo de la ilustración. Le permite a uno disfrutar de matices que resultarían intolerables en la obra de un buen pintor, tal es la diferencia entre lo terrenal y lo absoluto.

Gracias, Juan. Ya está corregido. Doce son los volúmenes que, según cálculos de Heuet, podría necesitar para adaptar la obra completa de Proust.

Se equivoca usted de manera flagrante: 'En busca del tiempo perdido' está constituida de siete volúmenes, no de doce. Buenos días.

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Sobre el blog

¿Una imagen vale más que mil palabras? Según investigadores de Harvard, no. Vale muchas más. Algunas hasta 500.000 millones. La cifra no importa: está claro que las imágenes son más poderosas que nunca, y este blog pretende ser un inventario visual de libros de fotografía, arte o diseño, ilustraciones, visualizaciones de datos, infografías…

Sobre la autora

Virginia Collera

es periodista y traductora. Colabora intermitentemente con El País desde 2006 y es compradora confesa de libros por la cubierta y/o las fotografías interiores.

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