Ahí va una de esas historias que demuestran cómo los tiempos han cambiado. Eric Migicovsky (en el centro en la foto), ingeniero de 26 años, canadiense, y sus cuatro amigos, van camino de dejar en evidencia a todo un gigante de 168.000 empleados: Sony. Y todo por un reloj.
La multinacional japonesa acaba de lanzar SmartWatch, un reloj con pantalla táctil que se puede conectar por Bluetooth a un smartphone Android y permite leer emails, Facebook, Twitter, trastear con “apps” o controlar llamadas y SMS. Todo desde la muñeca.
Cuesta 149 dólares en EE.UU. y aunque en principio funciona con cualquier móvil Android, sus “compañeros perfectos” son, sorpresa, los teléfonos de la propia compañía, el Xperia S o Xperia V. Suena familiar ¿no? Exacto, Sony sigue a la suya, jardín cerrado y conmigo o sin mí. Funciona si eres Apple y tienes millones de fans, complicado de lo contrario.
Eric Migicovsky ha hecho algo parecido, pero diferente: acaba de lanzar Pebble, un reloj similar al de Sony pero que se conecta por Bluetooth tanto al iPhone como a cualquier móvil Android, con pantalla de tinta electrónica, batería de siete días y un kit de desarrollo (SDK) con el que los programadores podrán crear aplicaciones para el mismo. Sony también ha publicado SDK pero limitado a Android y optimizado para sus propios móviles.
Sin ningún inversor que le apoyara, Migicovsky decidió colgar el proyecto en Kickstarter, una web de crowdfunding donde los internautas financian ideas innovadoras. Pedía solo 100.000 dólares. Siete días después 30.000 personas han aportado más de 4,3 millones y subiendo. Aún le queda un mes por delante y el proyecto ya se ha convertido en el más exitoso desde que nació Kickstarter en el 2008.
¿Por qué ha funcionado tan bien? Muchas razones, pero hay una fundamental: Migicovsky ha diseñado un producto que antepone las preferencias del consumidor a los intereses de una empresa. Sony quiere vender más móviles Xperia con su SmartWatch, perfecto, pero la gente lo que quiere es conectar el reloj con el móvil que le de la gana.
Migicovsky aprendió de los errores. Hace tres años y con el empuje de la incubadora YCombinator lanzó inPulse, un reloj similar pero que solo se conectaba a BlackBerry. No funcionó. Ahora lo ha vuelto a intentar con la lección aprendida.
La historia es uno de esos casos cada vez más frecuentes de cómo una start-up con un puñado de empleados puede dejar fuera de juego a un gigante.
Demuestra además la enorme efectividad del crowdfunding bien hecho. Los 30.000 internautas que han apoyado el proyecto en realidad han comprado un Pebble con descuento según la cantidad aportada. El reloj saldrá a la venta por unos 150 dólares aunque, tal y como han planteado el modelo, ya han vendido decenas de miles de unidades.
Por cierto, igual pensáis como yo, que eso de llevar un reloj con alertas de Facebook, Twitter y ‘apps’ en la muñeca puede llegar a ser insufrible. Tal vez el Pebble, el SmartWatch y el resto de relojes “inteligentes” nunca funcionen, o sí, quién sabe. Pero sin duda hay algo indiscutible: el mérito y astucia de Migicovsky.
Hay 5 Comentarios
Emprendedor e inventor...¡bien!
Publicado por: buena idea | 20/04/2012 2:12:58
La suerte no es sino el meditado cuidado de todos los detalles. (Proverbio árabe).
Publicado por: Stímulax | 19/04/2012 12:25:57
La tinta electrónica consume en los e-reader al pasar de página; no sé ni dice los factores de consumo en un display que cambia muy poco, pero cambia. Ya no es como el paso de página del e-reader. Por lo demás, si dice que dura una semana... pues vale.
Publicado por: andrés | 19/04/2012 8:14:13
@Arturo: upss, un lapsus, 7 días! Gracias por el aviso
Publicado por: Manuel Ángel Méndez | 18/04/2012 21:51:38
Manuel, es una idea genial y el post está realmente ben, pero su mayor ventaja es que al ser de tinta electrónica la batería dura 7 días, no 7 horas.
Un saludo!!
Publicado por: Arturo García | 18/04/2012 20:44:19