Uno podría pensar que toda violación es, por definición, un acto que se comete contra la voluntad de una persona y, por tanto, va intrínsecamente ligado al término “forzoso”. Pero en su afán por negar un derecho a las mujeres y además acabar de una vez por todas con la posibilidad futura de que fondos federales financien abortos, un nutrido grupo de congresistas republicanos intentó pasar un proyecto de ley que sólo permitía interrupciones voluntarias del embarazo pagadas con dinero de los contribuyentes en caso de ‘violación forzada’. Ahí es nada: el Partido Republicano redefiniendo ‘violación’. Antes de seguir leyendo, por favor, vea este vídeo, satírico e inteligente, como siempre, del humorista Jon Stewart. “Violación clásica”; “Violación-violación”; y “lo sentimos señoras pero se acabó la fiesta de abortos gratis”. Está en inglés...
¡¿Violación forzada?! No, no es una broma. Sí, violación ‘forzada’, que excluye como víctima de una violación a cualquier mujer que estuviera embriagada, drogada, o incapacitada mentalmente en el momento de ‘mantener relaciones sexuales’ -porque, claro, siguiendo ese razonamiento ya no se puede decir ‘violada’-. Huelga decir que el incesto también quedaba fuera de juego, suele ser ‘consentido’, a fuerza de sistemático.
“Una vuelta a los tiempos en que no valía con decir que ‘no’. Esa fue la frase más comedida que pronunciaron quienes se oponen a la ley republicana, en general y, en concreto, a que se incluya ese término. Para algunos lectores que siguieron la noticia a través de los medios de comunicación online, se trataba de una prueba más de que los autores de esa propuesta eran unos “bastardos sin corazón”.