Escolares en el huerto de la Casa Blanca con Michelle Obama. Foto: White House
Una de las primeras cosas que sorprenden al llegar a Estados Unidos, sobre todo en las grandes ciudades, es encontrar a las personas con menos recursos en restaurantes de comida rápida. ¿Por qué comer y desayunar en McDonalds? ¿Por qué ir todos los domingos a Kentucky Fried Chicken (KFC)? Resultan ser los más baratos sí, mucho más que comprar frutas y verduras en un supermercados, pero aún así nos preguntamos si hay otra razón.
Uno de cada tres menores estadounidenses padece obesidad. En el colegio abundan las pizzas, hamburguesas y alitas de pollo. Los escolares descubren el aspecto de una patata o una lechuga a través de los libros. Pocos han visto un pescado entero. Apenas toman arroz ni pasta. Pero pueden comer con batidos y tomar postres azucarados.
No es que los norteamericanos tengan una predilección especial por la comida rápida. Un estudio del Instituto de Márketing Alimentario (PDF) reveló hace unas semanas esa otra razón que buscábamos antes: casi el 9 por ciento de los ciudadanos no tiene un supermercado a menos de un kilómetro. 23 millones de personas viven en los llamados “desiertos alimentarios”, areas residenciales pobres y donde las tiendas de alimentación nunca han visto posibilidad de negocio.
Así empieza el círculo vicioso que Michelle Obama se ha empeñado en romper desde que llegó a la Casa Blanca. Las familias con menos recursos están obligadas a comer alimentos de peor calidad. Las compras se hacen desplazándose en coche, en mayores cantidades y con menor frecuencia. La disponibilidad constante de comida en casa, combinada con la falta de ejercicio y la exposición a anuncios de televisión, en su mayoría relacionados con comida, cierran el círculo.
La Casa Blanca ha presentado esta semana un plan que, según Obama, puede “cambiar las reglas del juego” para futuras generaciones. 17 millones de norteamericanos se han sumado al programa de vales de comida, pagados por el estado, sólo en los últimos cuatro años. En la actualidad, el gobierno estima que uno de cada siente estadounidenses depende de estas ayudas.
El acuerdo con cadenas de supermercados como Walmart o Walgreens supone abrir centenares de tiendas en “desiertos alimentarios”. Unos diez millones de personas podrían beneficiarse de ellos en los próximos años y se espera que creen más de 40.000 puestos de trabajo.
“El compromiso alcanzado hoy tiene la posibilidad de cambiar la vida de nuestros hijos y nuestras comunidades en todo el país. Sabíamos cuál era el problema, pero si de verdad queríamos terminar la epidemia de la obesidad, no había opción. Tenemos que enfrentarnos a este problema de cara”.
Las enfermedades relacionadas con el sobrepeso costaron a los estadounidenses más de 147 mil millones de dólares. El Centro de Control de Enfermedades calcula además que si uno de cada diez adultos caminara con regularidad, el estado ahorraría otros 6 mil millones de dólares relacionados con enfermedades cardiovasculares.
La lucha por la prevención de la obesidad lleva años enredándose. Líderes como Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York, quieren subir los impuestos a la comida rápida y los refrescos para reducir el consumo. Las empresas del sector no quieren perder negocio y alegan que esos impuestos podrían servir para financiar programas de prevención. Y Michelle Obama, como muchos expertos, quiere un plan completo, sin fisuras.
La campaña Let’s Move insiste en los beneficios de hacer ejercicio físico para pequeños y mayores. La oficina de la Primera Dama también ha colaborado con el Departamento de Agricultura para redefinir la pirámide alimentaria con las cantidades que de verdad convienen a los norteamericanos. Desde hace tres años invita a colegiales de todo el país a plantar y recolectar verduras en el huerto de la Casa Blanca. Además el plan de recuperación económica de 2009 bloqueó 370 millones de dólares para prevenir la obesidad.
“Si los padres no pueden comprar la comida que necesitan para preparar esas comidas... entonces esto se quedará en palabras”, dijo Michelle Obama esta semana. "Let’s Move es un compromiso para dar a los padres opciones reales para alimentar a sus hijos. El anuncio de hoy supone que más familias tendrán acceso a comida fresca en sus barrios, en tiendas que vendan comida sana, a precios razonables y de forma que puedan alimentar a sus hijos como ellos quieren".
Nada más llegar a la Casa Blanca decidió que elegiría un puñado de frentes en los que actuar. La campaña Let’s Move puede convertirse en la mayor huella que deje como Primera Dama.
Hay 3 Comentarios
Tu sí que tienes una viga en el tuyo Fernando, míra que teneis manía a los socialistas se os vé la pluma que tendrá que ver el articulo,con el socialismo,salvo que escribas para decir chorradas
Publicado por: mercedes | 21/08/2011 11:31:54
Cristina: ¿Y cómo explicas tú que los McDonald's españoles estén SIEMPRE llenos? ¿Y las mujeres gordiflonas de los pueblos españoles? Lo que soy yo no considero a los españoles flacos, las mujeres son culonas flojas y los hombres barrigones, en realidad son unos tragones. (Los que tienen suficiente ayuda de gobierno para comer, digo.) Creo que Cristina es tuerta, no ve la viga en su ojo derecho, solo puede ver con el izquierdocialista.
Publicado por: Fernando | 03/08/2011 5:52:55
A ella nadie la ha elegido para que decida sobre la vida de los Americanos vaya par estos dos good for nothing!!
Publicado por: John | 25/07/2011 22:53:46