Allí falleció el presidente Dwight Eisenhower. En sus habitaciones se han recuperado veteranos de Vietnam, Irak y Afganistán. Y según aumentaba la gravedad de sus lesiones cerebrales y amputaciones, el hospital del ejército estadounidense en la capital respondía con avances médicos pioneros en el país. A finales de mes, Estados Unidos cierra un importante capítulo de su historia militar.
El presidente Bush condecora a un soldado mientras se recuperaba en el hospital Walter Reed. Foto: Ejército de EEUU.
El histórico centro médico por el que han pasado varios presidentes norteamericanos y numerosas personalidades internacionales abrió en 1909. Está dedicado a Walter Reed, el norteamericano que investigó la transmisión de la fiebre amarilla a través de picaduras de mosquito. Después de la primera Guerra del Golfo, a comienzos de los noventa, el centro empezó a destacar por la rehabilitación de pacientes con lesiones cerebrales y amputaciones. La gravedad de las lesiones impulsó los avances de un centro que combina cuidados médicos, investigación y enseñanza.
Después las guerras de Irak y Afganistán traerían un nuevo desafío. Más de 18.000 soldados han pasado por Walter Reed. Mil pacientes tienen además amputaciones severas. Entre ellos está Brendan Marocco, el primer soldado estadounidense que sobrevivió a un atentado a pesar de perder las cuatro extremidades. Y en los últimos meses, otro paciente más conocido, el veterano fotógrafo Joao Silva.
La historia de Walter Reed quedó manchada en 2007 por una investigación del diario The Washington Post. Dos artículos y una serie de vídeos y fotografías revelaban las condiciones en las que vivían muchos de los pacientes.
“Detrás de la puerta de la habitación del soldado Jeremy Duncan, parte de la pared está descubierta y cuelga del techo por el peso del moho. Cuando el ingeniero herido en combate está de pie en la ducha y mira hacia arriba, puede ver la bañera del piso de arriba a través de un agujero. Todo el edificio, construido entre las dos guerras mundiales, suele oler a comida a domicilio. Señales de negligencia están por todas partes: defecaciones de ratas, cucarachas, alfombras manchadas y colchones baratos”, revelaba The Washington Post.
Los primeros pasos de Joao Silva en Walter Reed. NYTimes Lens en Vimeo
Dos periodistas del diario trabajaban en reportajes sobre pacientes cuando empezaron a detectar las negligencias. Uno de los edificios a los que accedieron carecía de control de seguridad a la entrada. La exclusiva, que ganó el Premio Pulitzer en 2008, recibió numerosas críticas por avergonzar al ejército con su exclusiva. Los reportajes retratataban, entre otros, a pacientes con problemas de memoria que carecían de asistencia, un soldado con estrés postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés) que se vio obligado a vivir en el hospital con su mujer y sus hijos en la misma habitación -mientras se recuperaba, el sonido de los juguetes de sus hijos agravaban los síntomas de la enfermedad-, y Elizabeth Wideside, una oficial que tras varios intentos frustrados de recibir atención psiquiátrica intentó suicidarse y el ejército presentó cargos criminales contra ella por poner en peligro su propia vida y la de otra soldado.
A pesar de que la investigación se centró solo en uno de los edificios, fue suficiente para que el presidente Bush despidiera a los dos altos mandos del hospital, iniciara una investigación y ordenara la creación de programas para ayudar a los pacientes. La investigación del Post mostró además que la falta de compromiso y profesionalidad de los trabajadores hacía imposible cumplir con necesidades básicas de los pacientes: “alimentar a una familia que vive rozando la pobreza, cambiar un uniforme roto por los médicos en medio del desierto o ayudar a un soldado con lesiones cerebrales a recordar su propia cita médica”.
“Algunos de nuestros soldados han sufrido retrasos burocráticos y condiciones de vida en Walter Reed que son menos de lo que merecen”, respondió Bush.
“Es imposible no sentirse furioso ante el vergonzoso trato dado a los soldados en las instalaciones de Walter Reed, a apenas unas cuantas millas de distancia de una negligente Casa Blanca”, condenó entonces The New York Times. “¿A alguien le sorprende que los heridos en esta guerra hayan sido escondidos en las sobras de edificios mohosos por una administración que se negó a dejar que los fotógrafos tomaran imágenes de los féretros en su vuelta a casa? ¿O que la misma Casa Blanca siga diciendo que la victoria en esta guerra cada vez más cara y equivocada está a solo unos meses?”
A pesar de que la decisión de cerrar el hospital de Walter Reed se produjo antes de estas revelaciones, la investigación y posteriores indagaciones del Congreso pusieron en evidencia la falta de adaptación del sistema médico del ejército a las necesidades de los soldados. Todos los pacientes del hospital están siendo trasladados estas últimas semanas de agosto a otros dos centros en los estados de Maryland y Virginia, a las afueras de Washington, donde reciben atención quirúrgica a su llegada y también pueden seguir su rehabilitación una vez que reciben el alta, una de las deficiencias del ya viejo Walter Reed.
Hay 8 Comentarios
La administración Bush estaba muy interesada en privatizar cuanto pudiera de la administración pública. Eso incluía también los hospitales militares. Se empieza recortando brutalmente los recursos hasta que el hospital se caiga a pedazos y no haya personal suficiente para atender a los pacientes. Después se subcontrata el servicio, asegurando que con la empresa privada nunca se hubiera llegado a semejante negligencia. (Ya saben, la supuesta eficiencia de la iniciativa privada frente a la administración pública) También consiguió privatizar todo el aparato logístico de su ejército. Ya se ha comentado en la entrada relacionada con los campamentos de lujo en Afganistán. Habría que añadir que la empresa en cuestión, gaste lo que gaste, estará cubierta por el estado y, además, le sumará su porcentaje de beneficio.
Publicado por: Albert | 23/09/2011 10:43:44
En ningún lugar se dice que WR demostró que los mosquitos transmitieran la fiebre amarilla; de hecho, WR mismo le daba el crédito al Dr. Finlay, claramente, en sus trabajos. Reed confirmó la teoría de Finlay, y ese es su mérito. Además, este Sr. Rodríguez debe tener una formación de segunda clase teñida de socialismo (perdón, redundancia, ya es de segunda por ese hecho): ¿Qué premio Nobel? ¿Qué clase de académico de tercera es Ud...? ¿Doctor en qué cosa...? Mare de Deu, lo que hay que leer. A escribir a Gramma y Prensa Latina, que allí compran cualquier cosa, aún la ignorancia. Por último, WR falleció en 1902, así que no tuvo relación con el brote de fiebre española.
Publicado por: AES - Barcelona - España | 29/08/2011 3:17:14
Me parece un artículo interesantísimo, donde se retrata la desidia y desinterés de la todopoderosa maquinaria burocrática americana. El presupuesto militar anual de los Estados Unidos es de billones de dólares, pero son incapaces de tener un hospital militar decente donde tratar a sus sacrificados marines y soldados que dan su vida por su país luchando en guerras que ocurren más allá de las fronteras americanas. Esos soldados son héroes antes de salir de su país, porque no saben a lo que se enfrentan, pero es su trabajo, y lo hacen lo mejor que pueden. La administración americana, gobierne quien gobierne debería dedicar una parte del presupuesto militar a cuidar y mimar a sus heridos y veteranos de guerra.
Publicado por: Asesoria de Imagen | 26/08/2011 20:12:28
Me parece un artículo interesantísimo, donde se retrata la desidia y desinterés de la todopoderosa maquinaria burocrática americana. El presupuesto militar anual de los Estados Unidos es de billones de dólares, pero son incapaces de tener un hospital militar decente donde tratar a sus sacrificados marines y soldados que dan su vida por su país luchando en guerras que ocurren más allá de las fronteras americanas. Esos soldados son héroes antes de salir de su país, porque no saben a lo que se enfrentan, pero es su trabajo, y lo hacen lo mejor que pueden. La administración americana, gobierne quien gobierne debería dedicar una parte del presupuesto militar a cuidar y mimar a sus heridos y veteranos de guerra.
Publicado por: Asesoria de Imagen | 26/08/2011 20:12:28
El Dr. Reed si no me equivoco tuvo un rol importante durante la Gripe Espanhola que fue mas fatal en proporcion que la fiebre bubonica de la Edad Media o que la epidemia del SIDA. Ironicamente, Espanha nada tuvo que ver con esta gripe que comenzo en EEUU. -- Pero como ocurrio durante la Primera Guerra Mundial, ninguno de los bandos lo mencionaban. Los periodicos espanholes, pais neutral, si lo hicieron y de alli el nombre.
Publicado por: Mark Lloret | 24/08/2011 4:49:31
Los comentarios de Rolando Rodriguez y de Lluis son ciertos, pero en honor a la personalidad del Dr. Walter Reed y su actuacion en Santiago de Cuba deberiamos profundizar mas, buscar mas elementos historicos. Walter Reed era medico militar y se debia a las ordenes del Estado Mayor que dirigian los politicos de Washington que eran bastante racistas y miraban a los cubanos como "negritos" segun caricaturas de epoca en los periodicos norteamericanos, pero el Dr. Walter Reed personalmente no era racista, ni discriminitivo, todo lo contrario, asistio al parto de mi abuelo, hijo y sobrino de oficiales del ejercito libertador cubano, se llevaba muy bien con mi bisabuela Isabel Badell y Lara y comia con la familia, emparentada con la familia Bolivar, cuyo abuelo fue el primer gobernador del Morro de Santiago de Cuba y con la familia Sucre, ademas, sanitizo todo Santiago de Cuba con las ultimas tecnicas de la epoca y se llevaban tan, pero tan bien que en su honor, a todas las generaciones de primogenitos varones se le puso Gualterio en su honor, por eso mi abuelo, mi padre, mi hijo y yo nos llamamos Gualterio, en honor al Dr. Walter Reed, (mi bisabuelo paterno era de Navarra, Alferez de la Escuadra de Cervera). Deberiamos profundizar mas en historia antes que acusar al Dr. Walter Reed de ser el autor del robo, yo conjeturo que fueron ordenes racistas de Washington que el como militar se vio obligado a acatar, su conducta personal con los cubanos contradice mala intencion en el.
Publicado por: Gualterio Nunez Estrada | 24/08/2011 4:28:54
Hasta el Military Information Division sabia que había sido Finlay el descubridor del mosquito como agente trasmisor de lfa fiebre amarilla. En el informe de campo del Army of Cuba Paclfication del 2 de noviembre de 1907 lo decía. Busquese en los National Archives. RG 165, no. 432-E-25, caja 22. Sin embargo en 1899 le robaron la gloria se lo atribuyeron a Walter Reed y lograrton el Nobel para el ladrón, doctor Rolando Rodriguez, profesor de historia de Cuba, universidad de La Habana, sillón H de la Academia de la Historia de Cuba, premio nacional de Ciencias Sociales 2007 y de Historia 2008
Publicado por: rolando rodriguez | 23/08/2011 23:35:09
Walter Reed no demostró que los mosquitos transmitieran la fiebre amarilla. Fue el médico cubano Carlos J. Finlay quien lo hizo. Finlay dejó los mosquitos al equipo de Walter Reed para que corroborara los estudios. El dia que se hizo la prueba decisiva, al contrario de lo que expone el cuadro que se pintó posteriormente, Walter Reed no estava en Cuba, sino en los Estados Unidos.
Publicado por: Lluis | 23/08/2011 20:46:44