Los aforismos de Savater

Por: | 18 de enero de 2012

 

 

FilósofosSciammarella 

Voltaire, Wittgenstein, Ortega y Gasset, Séneca y Maquiavelo. Debajo: Nietzsche y Marx. Vistos por Sciammarella

 

ARTE DE DISCREPAR. Una selección de aforimos involuntarios de Fernando Savater a cargo de Andrés Neuman

El aforismo no es solamente una forma de escribir, sino también una estrategia de lectura. Cada lector que subraya un libro se aproxima a su instrumental sintáctico, a su síntesis conceptual, postulándose como aforista implícito. Eso mismo hizo Fernando Savater con su venerado Voltaire, a quien dedicó una novela epistolar y una colección de sentencias titulada Sarcasmos y agudezas. Aquella serie de sentencias volterianas, que tenían la peculiaridad de haber sido extraídas por el lápiz del propio antólogo, nos confirmó algo que su prosa llevaba décadas insinuando: Savater piensa y redacta de manera aforística. Pero en él esa disposición se camufla y se engarza a través de un mecanismo asociativo. Filósofo de apariencia caudalosa, una lectura microscópica de su estilo revela que las máximas breves son el núcleo, las células de su lógica. En otras palabras, el autor jamás ha eludido los aforismos: los ha integrado en otra arquitectura. Un Savater sentencioso y sinóptico se afila debajo del Savater verboso y elocuente que creíamos conocer, tal como las pequeñas y redondas oraciones subordinadas se alojan en el tejido de una frase compleja.
    Le gusta discrepar, a Savater. Y le gusta, casi nos invita a que discrepemos de él. Dudo que la inteligencia ajena pueda proponernos tarea más fértil que esa. Tenaz oponente de las certezas absolutas, las contundentes declaraciones públicas del filósofo nos han distraído, a veces, de su extraordinaria aportación al pensamiento español: su inagotable obra escrita. Desde los primeros títulos juveniles hasta la actualidad, el autor no ha dejado de acreditar una asombrosa capacidad para pensar lo complejo en términos sencillos, para pulir ideas en palabras exactas. De ahí al aforista de ley mediaba apenas un paso. Si me he atrevido a espigar, provocar estos aforismos de Fernando Savater, lo he hecho por dos razones ojalá complementarias. El perverso placer de detectarlos. Y la sincera esperanza de que, al compartirlos, sus lectores disfruten tanto como el lápiz que los subrayó. A. N.  

 


La filosofía es un género literario. [AS]


La divisa del que piensa poco o mal suele ser: «¿Qué pensarán de mí?». [DF]


La preocupación prioritaria por la coherencia es a la filosofía lo que la obsesión por la respetabilidad a la vida social, y padece idénticas limitaciones. [TH]


Formularse preguntas en apariencia chocantes pero destinadas a explorar lo que consideramos más evidente, al modo de quien da tirones a la cuerda que debe sostenerle, para saber si está bien segura antes de ponerse a trepar. [PV]


No concibo que el pensamiento facilite la vida; la arriesga, la compromete. [AS]


Es preciso que la palabra siga siendo problema. [AS]


La lucidez no respeta nuestra seguridad ni nuestra cordura, no nos respeta. [AS]


En la ciencia, la razón es aún pequeña: no vive la contradicción como algo real, sino que la excusa por motivos técnicos. [AS]


La crítica de la ciencia no puede partir del campo del irracionalismo, sino de la racionalidad más exigente; no se trata de recurrir a instancias transcendentes, sino de apelar a una razón no mutilada. [AS]


¿Qué ateísmo es ese que sigue respetando la causalidad? [AS]


No se trata tanto de incluir el cuerpo en el texto, sino más bien de hacer del texto mismo parte de nuestro cuerpo por medio de esa operación llamada estilo. [AS]


El estilo es lo indebido, lo que nunca se nos regala, lo que tenemos que arrebatar. [AS]


A Marx, como a Nietzsche, lo que le interesaba de la masa era la posibilidad que ésta tiene de dejar de serlo. [AS]


Cuando digo masa me refiero a la multitud unida por el deseo de escapar de los males individuales cometiendo atrocidades colectivas. [MPD]


La fatiga del filósofo se llama pesimismo. Es una intoxicación grave, mortal en todos los casos en que el filósofo trata de remediarla obteniendo una cátedra de Universidad. [AS]


En las conversaciones entre colegas, rara vez se plantean temas filosóficos −parece como si quien está en el ajo tuviera ya poco que decir. En cambio las convocatorias del BOE, los tribunales, los temarios, etc, se debaten con un angustioso patetismo que para sí hubieran Kierkegaard o Pascal. [AS]


La cultura no es algo estable, como la administración y la manipulación quisieran: o se transforma o se convierte en barbarie. [AS]


¿Cómo ser infinito y a la vez producir algo que uno no sea, algo distinto a uno? Si Dios acierta a crear algo que Él no es, ¿cómo se arreglará para que ese algo se convierta en su límite, estropeando su infinitud? Menos mal que Dios pudo permitirse el lujo teórico de ser misterioso, porque mucho tendría que haberle costado superar estas aporías. [TH]


Algunos dicen que los dioses inmortales existen y otros que no existen, pero nadie dice que estén vivos. [PV]


¡Cómo va a descubrir cuál es la clave o el sentido del mundo alguien tan bobo como para creerse que lo ha descubierto, que puede descubrirlo! [MPD]


Se puede fingir una revelación sublime o una intuición emotiva pero no se puede fingir el ejercicio de la razón. [PV]


Nacemos rodeados de males y moriremos rodeados también de males. Lo único que podemos intentar es que los primeros no sean idénticos a los últimos. [TH]


Toda la ética es social. [TH]


Lo que distingue a las sociedades humanas de las animales es que, en estas, los individuos no pueden cambiar de rol social ni alternar varios. [TH]


El Estado es todavía lo suficientemente poderoso como para impedir que los ciudadanos puedan confiar en su fuerza propia, pero, por otro lado, esgrimirá su debilidad como coartada para inhibirse ante la violencia y la rapiña que él no administra directamente. [TH]


Leemos a Nietzsche porque nos indigna. [AHN]


Nietzsche como cómplice, como estado de ánimo. [MPD]


La filosofía no la inventó gente que no se movía de casa ni sentía curiosidad por los extraños. [DF]


El filósofo es el forastero. [DF]


Con memoria pero sin raíces. [DF]


Lo dejó claro el Sócrates platónico: “yo siempre me dirijo al individuo.” ¡Mucho tienen que haberse pervertido los criterios para que algo llamado Discursos a la nación alemana pudiera ser tomado por una obra filosófica! [DF]


No es una voz que se alza en el silencio, la filosofía, sino un intento escéptico de recogimiento en el estruendo de las palabras establecidas. [DF]


Claro está que al filósofo le interesan las cosas que pasan; pero también (¿principalmente?) le interesan las que no pasan. [DF]


Siempre estamos peor que nunca. [DF]


El filósofo habla y piensa desde la democracia. Puede traicionar a la causa democrática con sus palabras, pero no con su oficio. La filosofía significa en el plano teórico lo que la democracia instituye en el político. [DF]


En política, sólo los medios pueden justificar el fin y nunca al revés. [DF]


No hay éticas (¡no digamos ya políticas!) renunciativas, pues sólo se sacrifican unos valores para aumentar otros. [DF]


Vivir en democracia consiste en saber que uno puede declararse ruidosamente descontento del régimen político. [DF]


No está bien llegar a la revolución en limusina. [MPD]


Lo que fue juguete se convierte en prótesis. [MPD]


La gran red comunicacional nos permitirá distinguirnos sin aislarnos, potenciar nuestros gustos sin renunciar a compartirlos. [DF]


¿Viviremos más encerrados en casa que antes? Pero la casa será cada vez más abierta. [DF]


El frenesí erótico (que los animales no conocen) es tachado paradójicamente de “bestial”, y la inteligencia pura (la característica más exclusivamente humana) es denominada “inhumana”. [DF]


Suponer que todos los intelectuales son inteligentes es un error muy generoso, fundado quizá en la homofonía. [DF]


La mayor diferencia entre un enfermo real y un enfermo ideológico es que el primero quiere que lo curen a él y el segundo reclama la curación de la sociedad. [DF]


La potencia de mímesis hipnótica sólo se le supone a las ficciones destructivas y atroces, mientras nadie parece creer seriamente que la proyección frecuente de Gandhi o El milagro de Lourdes sea capaz de inhibir los comportamientos agresivos. [DF]


La violencia contra los vecinos, que pretende exterminar brutalmente en otros un adversario que llevamos dentro. [MPD]


El auténtico y descorazonador pesimismo es el de Leibniz, que se atrevió a sostener que éste es el mejor de los mundos posibles, lo que ya ni siquiera nos deja imaginar escapatoria alguna. [MPD]


Schopenhauer es una especie de optimista contrariado. [MPD]


Lo más honrado de Cioran es que no se hace ilusiones sobre su propia desilusión. [DF]


Tanto optimistas como pesimistas coinciden en que algo le falta al hombre. [TH]


Le escribí: «Cioran, dicen que usted no existe». Me contestó: «Por favor, no les desmienta». [MPD]


Nunca faltan quienes están deseando escuchar de fuentes autorizadas que este mundo es una mierda sin remedio, para confirmar que hacen bien en no molestarse. [MPD]


Suelo siempre viajar con el libro que corresponde al lugar adonde voy, para no dejarme engañar por la realidad. [MPD]


A veces las citas que más me gustan son las que expresan mejor opiniones que me resultan intolerables. [DF]


Filosofar es confrontarse con lo que está escrito. [TH]


Uno quiere llegar al fondo y a veces sólo logra irse a pique. [TH]


La evidencia de la muerte no sólo le deja a uno pensativo, sino que le vuelve a uno pensador. [PV]


Lo de morirme lo dejaré para cuando no haya más remedio. [MPD]


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REFERENCIAS

[AHN] = Así hablaba Nietzsche (1996)
[AS] = Apología del sofista (1973)
[DF] = Diccionario filosófico (1995)
[MPD] = Mira por dónde (autobiografía razonada) (2003)
[PV] = Las preguntas de la vida (2003)
[TH] = La tarea del héroe (1981)

Estos aforismos de Fernando Savater forman parte del libro que la editorial Cuadernos del Vigía publicará en primavera. Andrés Neuman, responsable de la selección, es narrador, poeta y ensayista. Autor de la novela El viajero del siglo (Alfaguara, 2009. Premio de la Crítica) y del libro de aforismos y ensayos El equilibrista (Acantilado, 2005).

 

 

 

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La sententia o el aforismo ha sido y sigue siendo un modo de componer, sobre todo en filosofía, originalmente un género literario (Savater no dice mentira) no se trata de ornato, sino de inuentio

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