Salvador Giner: “Hemos perdido las prioridades morales”

Por: | 26 de enero de 2013

 

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El sociólogo Salvador Giner propone en El origen de la moral una ética universal alejada del “buenismo” y de la especulación abstracta


Por FRANCESC ARROYO


Salvador Giner (Barcelona, 1934) es catedrático de Sociología en la Universidad de Barcelona y es presidente del Institut d'Estudis Catalans. Sus preocupaciones giran en torno a los mecanismos que rigen la convivencia. Desde la política hasta, en su último libro (El origen de la moral. Ética y valores en la sociedad actual, Península), la moral. Defiende que cualquier análisis de la moral pasa por sus condiciones históricas y sociológicas, lo que no supone una visión relativista. Su estudio del presente incluye una visita polémica a los filósofos morales, algunos de los cuales, sostiene, manifiestan un preocupante “analfabetismo sociológico”. Parte de una convicción: “El hombre es bastante malo” y afirma que el presente ha perdido las “prioridades morales”.


PREGUNTA. El eje de su libro es el progreso moral. ¿Lo hay?
RESPUESTA. Sí y no. Si pensamos en Auschwitz, en Pinochet, en Franco o en Pol Pot, no se puede argumentar. El siglo XX ha sido el peor de la historia. Está atravesado por la contradicción entre esas salvajadas y una tendencia progresista y humanitaria. Si solo vemos un aspecto, no podemos hablar de progreso moral. Pero, desde la Revolución Francesa hasta hoy, vemos cosas que no tienen precedente. Nunca se había declarado que el hombre tuviera derechos. El estoicismo formuló la noción de la dignidad del hombre. Por encima incluso del concepto de ciudadano, que primero fue romano, luego del imperio y finalmente universal. Los cristianos, san Pablo, rebelándose contra el tribalismo judaísta, recogen esta idea. Son precedentes. Podemos hablar de progreso moral si vemos la expansión de la dignidad de la persona, la abolición de la esclavitud, el Tribunal de La Haya y las grandes revoluciones del siglo XX: pacifismo, feminismo y ecologismo. El siglo XX es Hitler, la CIA, los campos soviéticos (el marxismo, una de las teorías más nobles de la humanidad, transformada en su contrario), pero también los derechos. De modo que hay y no hay progreso moral.


GinerimagesCAPWIBE7P. Arremete usted contra el analfabetismo sociológico de los filósofos.
R. Este es un libro de sociología. He dedicado un capítulo a los filósofos que es irónico, pero no sarcástico. Una visita amistosa a la filosofía moral. Eso sí, voy a la yugular. Pienso en casos concretos, en algunos amigos. Lo que busco es que se entienda que Durkheim o Weber son grandes aportaciones a la ética. El caso de Weber es tan flagrante que hasta los filósofos se han enterado de la distinción entre ética instrumental y ética de los principios. Obra suya. La fuente de toda ética es la tribu destribalizada: Durkheim. Weber, Tönnies. La lealtad a la familia, la amistad, no traicionar, el amor al propio país, el sacrificio por el mismo, o por la clase, en el caso de un marxista. Todo esto viene dado por la sociedad. Busco que los filósofos morales asuman la aportación de las ciencias sociales.
P. Por eso enfatiza el aspecto sociológico de la moral.
R. La violación de los principios es una violación de la sociedad. Pero un sociólogo puede explicar que ciertas violaciones no son un cuestionamiento de la moral, sino su refuerzo. Los moralistas no lo han visto. El hurto y el robo refuerzan la propiedad privada. Se decide que están mal y se toman medidas sancionadoras. De modo que la moral es social. Siento gran simpatía por la filosofía moral y le dedico mucha atención. Hablar de los derechos de la mujer o de los niños es un asunto sociológico.
P. Lo que podría llevar al relativismo.
R. Como decía Pascal, la verdad es distinta a ambos lados de los Pirineos. También Montesquieu: en Marruecos hay poligamia y concubinas y al otro lado del Estrecho, la monogamia con amantes. El ser humano es racional en todas partes y eso le permite distinguir entre lo que está bien y lo que está mal. Todo el mundo sabe lo que es un robo, lo que es traición, cuidar a los hijos o abandonarlos. Esto es universal. Ahora se lleva mucho el todo vale: cualquiera puede optar entre varias posibilidades, elegir el matrimonio que quiera y separarse como si no hubiese hijos o problemas de deudas. Como si no hubiese crueldad mental y todo tipo de perversidades. Porque, concluyamos, el hombre es bastante malo. El sociologismo ingenuo que propone una estructura utópica donde todo el mundo se ama, no resiste.
ArendtimagesCA8AXF5XP. En los últimos años ha dominado lo que usted llama “buenismo”, ¿patrimonio de la izquierda?
R. Sí, bueno, no toda. Marx no se hacía ilusiones. La grandeza de Marx es que es dramático. El optimismo de la voluntad típico de los socialistas, de la izquierda, ha tendido a ocultar la crueldad. Por eso he dedicado bastante espacio a Schopenhauer y Nietzsche. Ninguno de los dos se hacía ilusiones. Son dos pesimistas aguafiestas (junto a Freud, que aplica las teorías de los dos primeros), pero no se puede hacer filosofía moral sin ellos. Los que la hacen son los filósofos analíticos. ¡Angelicales! Se plantean cuestiones de elección por un individuo racional, hacen teoría de juegos, pero no hablan del Tercer Mundo, sino de experimentos que se hacen en Harvard, en Chicago. Fui a algunas clases de Strawson y me aburrí mucho. Me interesaba más Hannah Arendt [en la imagen] hablando de las cámaras de gas o diciendo que Eichmann no era culpable. Era un burócrata del terror. Hablaba de casos reales. La filosofía moral contemporánea se ha perdido en el análisis de la acción, la intención, el resultado. ¡Oiga, que ha habido cámaras de gas o un Pol Pot, que hay expedientes de regulación de empleo, que se ha producido la estafa de la banca! ¡Esos son los problemas de la ética!
P. Evoca usted un pensador infrecuente, La Boétie.
R. ¡Qué gran autor! ¡Lástima que muriera joven! Plantea un asunto crucial: ¿por qué la gente obedece? Por qué se manda, se comprende, pero la obediencia… Un hombre es colocado en un piquete, aprieta el gatillo y mata. Luego se va a almorzar. Ha cumplido órdenes. Eso está en La Boétie y en pocos más. Quizás en Freud. ¿Por qué somos tan bestialmente malos? Un león no lo es. Mata, pero no se ensaña ni tortura. El hombre es el único mono que tortura. Posiblemente hemos triunfado sobre el resto de la naturaleza debido a esa brutal agresividad. ¿Por qué? No lo sabemos, pero sabemos que las explicaciones sociológicas son insuficientes. Hay quien dice que los obreros son resentidos. ¿Por qué no iban a serlo? se pregunta Marx.
P. La responsabilidad moral es individual, pero hay estructuras, el capitalismo, inmorales.
R. La primera frase es una genuflexión ante la filosofía moral contemporánea. La responsabilidad no es colectiva, pero hay estructuras perversas. Hay un mal estructural. Y esa es la tragedia. Esto exige que el individuo se niegue a hacer el mal, que desobedezca. Y ahí se la juega. Eso es el heroísmo: una rareza. Sales a manifestarte con un millón de personas y es gratificante. Ir solo es diferente. Igual lo que nos gusta no es mandar sino obedecer. Es más sencillo.
P. ¿Miedo a la libertad?
R. No creo. La moral es social, pero el individuo tiene cerebro, razona y piensa en lo que lo determina. Somos, que se sepa, el único ser que piensa que piensa. La conciencia es libertad, poca, pero libertad. Ulises sabe que pasará por donde las sirenas y que no resistirá su canto, pero se hace atar y las oye. El hombre es el único animal que sabe lo que lo determina, pero es capaz de crear las condiciones para superarlo. Eso es la libertad: imaginar cómo ser libre oyendo las sirenas, aunque se sufra. Somos unas bestias muy raras, por eso tenemos moral. La miseria de la moral contemporánea es que, tras la crisis de los grandes mensajes, solo quedan las sectas. O los comités.
P. ¿Los comités?
R. Estamos produciendo moral por negociación. Hay comisiones para hablar de la eutanasia, el aborto, la mayoría de edad. Con un médico, un filósofo, un cura (¿por qué?). Estamos gobernados por comisiones y muchas se llaman de ética. Tras burocratizar el mundo, estamos burocratizando la moral. Y esto pasa porque no tenemos claras las prioridades. Es en lo poco que estoy de acuerdo con los posmodernos: se han perdido las prioridades morales.


El origen de la moral. Ética y valores en la sociedad actual. Salvador Giner. Península. Madrid, 2012. 420 páginas. 22,99 euros (electrónico 16,99).

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En la imagen, Salvador Giner retratado en Barcelona por Massimiliano Minocri.

Hay 16 Comentarios

sólo se han perdido las prioridades también los deberes http://wikisabios.blogspot.com/2013/01/ideas-para-decorar-una-recamara-pequena.html

tratándose de Arturo Zavala, definitivamente si: deviene (devino) en alimaña!

Opinando ha descubierto la pólvora Rousseauniana, aquel señor que dejó a sus hijos den una inclusa mientras predicaba sobre la bondad intrínseca del ser humano

Ríete y eleva tu energía.
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Qué interesante entrevista. Ser un ser moral.

Con todos mis respetos, no tiene usted ni puta idea de lo que es la filosofía. Generaliza hablando de "los filósofos" y de lo equivocados que están pero, puestos a generalizar, la visión del filósofo será siempre más universal que la del sociólogo: no olvide que si incluso la física y las matemáticas derivan de la filosofía, la sociología no iba a ser menos. ¿Creen que el análisis y la reflexión sobre el ser humano y su entorno les pertenece únicamente a ustedes? Si usted se permite hacer esa acusación tan subjetiva en público, desprestigiando aún más a la filosofía, a la que ya le cuesta ser vista con buenos ojos en un mundo como éste, le diré yo también, en público y de nuevo con todos mis respetos, que el invento de mierda que es la sociología ni siquiera puede competir con la filosofía, que desde luego está a un nivel bastante superior. Lo siento, pero es indudable que el filósofo, si se lo propone, siempre saldrá ganando. Pobres infelices los sociólogos que piensen como usted, creerán que tienen el mundo en sus manos, pero el filósofo se está riendo de ustedes desde más arriba...

Curiosamente Nietzsche ya trató este tema y curiosamente también lo hiño en su obra "La Genealogía de la Moral", cuyo título coincide curiosamente con el de "Origen de la moral. ..." de este tal Salvador Giner. Qué casualidad.

Las herramientas más potentes de uniformidad son precisamente los códigos morales y sociales que, sigilosamente, se han incorporado a las leyes que nos rigen y que hemos absorbido.
Estamos "burocratizando la moral" porque no tenemos el valor de asumir nuestra responsabilidad individual en la construcción de un nuevo modelo social. Y no tenemos tan claro lo que nos determina, al contrario, ignoramos casi todo de nuestro pensamiento, de la complejidad que somos, de los procesos de defensa y perpetuación de situaciones que estacan el desarrollo de nuestra conciencia:
Podéis leer de esto y de más cosas muy relacionadas con lo que comenta Salvador Giner aquí:
http://www.aventurapensamiento.com/?p=1267
http://www.aventurapensamiento.com/?p=1352

Su visión parte de un error garrafal y que es una de las grandes mentiras que nos ha llevado hasta aquí, hasta esta sociedad estercolero; el hombre no es malo. Los seres que conformamos la naturaleza no somos buenos ni malos, el hombre tiene el problema de la educación impuesta; una educación que le programa para ser insolidario, agresivo, competitivo, que le vende un modelo de sociedad horrorosa. Le venden el oro, el sexo, el poder y la fama como las únicas metas metas aceptables y que deben ser obtenidas a toda costa... su salud, su eternidad, sus semejantes, nada importa sacrificar en el altar del nuevo dios dinero. El hombre no es malo hasta que entra en la cadena de montaje de locos que es nuestra sociedad. Un hombre salvaje, criado solo entre animales, será salvaje pèro no malo. De hecho se sabe que el hombre ha llegado a donde ha llegado pues en sus orígenes el clan era colaborador y se sacrificaba por los débiles, los protegía a toda costa. Lamentablemente el nuevo hombre no lo han construído así. Han creado mosntruos, pero no olvidemos que el hombre, en su origen, no es malo. No sigan construyendo esa visión que lleva al abismo.

¿NOS DEGRADADMOS A FIERAS?

1.
La hipocresía es el rasgo fundamental de nuestra época.
Se supone que la moral son aquellos principios de comportamiento asumidos por el individuo en función de armonizar la convivencia social. No es la ley, entendida como código escrito que se hace valer mediante el uso legítimo, por cuanto voluntariamente delegado en el Estado, de la fuerza, (aunque tal voluntariedad en la delegación sería muy discutible por cuanto al nacer ya nos encontramos con la ley), sino que vendría a suponer la asunción por la conciencia individual de lo que la ley establece.
Cabría preguntarse si es la moral la que hace la ley o la ley la que determina la moral. Es importante la distinción por cuanto el origen de la ley es la fuerza (Pascal), mientras que habría que suponer en la moral cierto margen de libertad, de no obligatoriedad, dada por la conciencia individual

2.
Pienso que para la mayoría la ley determina la moral. Es decir, se asume como acto libre y voluntario lo que en su origen no es más que obligación forzada. Así, la mayoría se sienten integrados en su sociedad y su época, pero dicha integración proviene del hecho de haberse encontrado desde el nacimiento con unas estructuras sociales determinadas y no con otras, estructuras que cambian en función de países y culturas (Pascal). La identidad individual se forja así desde sus mismos inicios en función de unos valores morales que vienen determinados por la ley, es decir, por la fuerza de aquellos que la tienen para dictar las normas en función de sus intereses, aunque el carácter forzoso y violento de la ley en su origen se halle diluido por la costumbre que con el tiempo acaba otorgándole legitimidad: siempre se ha hecho así, mis padres así me lo enseñaron según se lo enseñaron a ellos sus abuelos, etc…De ahí que nos extrañemos, cuando vemos ciertos comportamientos que desde nuestros valores no comprendemos, que la gente obedezca en ciertos actos que no sólo nos parecen reprobables sino incluso abominables, no reparando en que la gente que los lleva a cabo no lo hace como obligación sino como voluntario sometimiento a unas órdenes que les parecen justas y adecuadas.

3.
¿Por qué decía que la hipocresía es el rasgo fundamental de los hombres de hoy?
Porque si aceptamos la tesis de que la ley (la fuerza) determina la moral y no al revés, vivimos en un mundo cambiante, en una cultura en que la fuerza está cambiando de manos, de los gobiernos de los Estados a las dispersas y aún difusas fuerzas económicas de los mercados. Sin embargo nuestra moral cívica aún permanece anclada en el discurso de un mundo, de una cultura, que ya no tiene la vigencia de antes. Nuestros esquemas morales no responden, en definitiva, a las necesidades de carácter práctico que las nuevas fuerzas emergentes de los mercados están imponiendo en la sociedad mediante nuevas leyes y regulaciones, que en muchos casos, consisten en suprimir dichas regulaciones. Y de ahí esa especie de esquizofrenia colectiva en que decimos unas cosas y hacemos lo contrario. Si dichas fuerzas acaban imponiéndose finalmente nuestros descendientes habrán adoptado ya una nueva moral acorde a las mismas. Nosotros somos los que sufrimos el cambio y por tanto la confusión entre una vieja moral y un nuevo mundo. Podemos ver como triunfadores y gente con éxito a personas que sin embargo decimos que no tienen escrúpulos o que son unos inmorales. Son los que han adaptado más pronto su moral al nuevo mundo regido por las nuevas fuerzas económicas. Para tener una idea de por donde andan las cosas, ya existen avanzadillas intelectuales que cuestionan la validez de los derechos humanos o proponen que se reconozcan los derechos de las máquinas. Esto último nos puede parecer estrafalario, pero el hecho, anterior al derecho, ya se está dando, cuando por ejemplo dejamos que sean los ordenadores los que determinen nuestra actividad económica, esencial actividad humana que determina las condiciones de vida y por tanto a la totalidad del hombre en cuanto tal.


http://nelygarcia.wordpress.com . Creo que la unión entre la sociología y la filosofía, a partes iguales, y el desarrollo de ambas, en aras de la igualdad y comprensión, con la ética como valor, arraigado en la sociedad, es lo que el mundo necesita para evolucionar.
http://www.facebook.com/nely.garcia.3557

Las prioridades morales no se,...pero la fuerza moral del fulero sevillano,...de esa si que no queda nada.....

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