por LUZ GÓMEZ GARCÍA
¿De qué hablamos, o lo que es lo mismo, de quién hablamos cuando hablamos de feminismo? Entrado ya el siglo XXI, no está tan claro. Sin embargo no fue así durante los más de cien años de construcción hegemónica del discurso feminista euroamericano. bell hooks (sic), activista afroamericana que ha insistido en la imbricación de género, raza y clase social, lo expresa como sigue en un pasaje de Ain’t I a Woman (1981) citado en la excelente antología de Mercedes Jabardo Feminismos negros: “La fuerza que permite a las autoras blancas no hacer referencia a la identidad racial en sus libros sobre mujeres, y que son en realidad libros sobre mujeres blancas, es la misma que obligaría a cualquier autora que escribiera exclusivamente sobre mujeres negras a hacer explícita su identidad racial […] Es la raza dominante la que puede hacer parecer su experiencia como la representativa”.
Pero la crítica a la soberbia conceptual del feminismo hegemónico se ha venido centrando en la construcción de alternativas, tanto discursivas como de militancia. No se trata de partir de cero, sino de recomponer categorías que reconozcan la posibilidad de la especificidad sin anular los puntos de referencia transculturales. Así, para el nuevo feminismo deslocalizado, los sistemas de sexo / género son múltiples, y no uno generalizable deducido del europeo de familia nuclear. Este presupuesto, constitutivo de las teorías de género queer y LGTB+, es un desafío para los feminismos negros y aquellos que operan en contextos islámicos, proclives a priorizar las estrategias que explicitan una identidad unitaria, ya se base en la raza o en la religión.
El reconocimiento de las identidades simultáneamente múltiples y subalternas (pensemos en alguien mujer, no blanca, feminista, islamista, lesbiana, egipcia, árabe y beduina, por poner un ejemplo posible) es el primer paso para romper con la dinámica histórica de las categorías amorfas y las generalizaciones poscoloniales estilo “la-mujer-del-tercer-mundo”. Pero también lo es para superar las nuevas dicotomías en las que caen los feminismos en gestación: en Feminismo en el islam, Margot Badran dibuja el recorrido del feminismo islámico en contra del uso del género como herramienta discursiva, al que se ve como “un arma de destrucción cultural”. Sin embargo, mientras que en lo cultural se impone la polarización religión / secularismo, otros logros del feminismo burgués occidental (derecho al trabajo, acceso a la educación y sufragio universal) no se cuestionan. Lo más significativo es que estas contradicciones del llamado “feminismo islámico” no dejan de ser profundamente modernas, consecuencia de unas narrativas feministas nacionales de más de cien años. En Opening the Gates. An Anthology of Arab Feminist Writing (1990) la propia Badran recopiló, junto con miriam cooke (sic), las principales voces del feminismo árabe clásico: Huda Shaarawi, Inji Aflatun, Duriya Shafiq, Zainab Fawwaz, etcétera.
Si la religión es un vector fundamental para el activismo de género araboislámico, no lo son menos la historia, la sociología, la política o la lengua. En esto los feminismos negros y los árabes enlazan con la experiencia de los feminismos periféricos europeos (el español es un ejemplo; véase la reciente Antología del pensamiento feminista español, de Roberta Johnson y Maite Zubiaurre, Cátedra, 2012), con los que comparten, además, una mayor diversidad formal: más que del ensayo filosófico, género habitual del feminismo tradicional, estos otros feminismos se valen de la autobiografía, la narrativa, la música o el manifiesto. Es paradigmático el artículo de Angela Davis en Feminismos negros sobre las letras de Bessie Smith y Ma Rainey.
El giro a lo ideológico en el pensamiento y la práctica de las activistas negras y de las musulmanas (islamistas o liberales) culmina en su renuencia a declararse feministas. El término “feminista” no se ha librado del estigma histórico de ser un instrumento de poder al servicio de Occidente / los blancos. Lo peor es que la historia más reciente no ha mejorado este estado de cosas. Más bien al contrario. Como desde muy pronto denunció la antropóloga Lila Abu-Lughod, la “guerra contra el terrorismo” desatada tras el 11-S no ha hecho sino actualizar la retórica colonial del Occidente salvador de las mujeres musulmanas.
Feminismos negros. Una antología. Mercedes Jabardo (editora). Traducción de varios autores. Traficantes de Sueños. Madrid, 2012. 314 páginas. Disponible bajo licencia Creative Commons en la web de la editorial. 25 euros.
Feminismo en el islam. Convergencias laicas y religiosas. Margot Badran. Traducción de Tania Arias. Cátedra. Madrid, 2012. 517 páginas. 25,40 euros.
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En la imagen, Angela Davis.
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LUZ GÓMEZ GARCÍA es profesora de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid. Su versión al español de En presencia de la ausencia, de Mahmud Darwix (Pre-Textos, 2011) fue Premio Nacional de Traducción.
Hay 10 Comentarios
arriba el feminismo y hace mucha falta en mexico, mas info en http://www.mexicomola.com/
Publicado por: mexicomola | 23/02/2013 0:17:37
arriba el feminismo y hace mucha falta en mexico, mas info en http://www.mexicomola.com/
Publicado por: mexicomola | 23/02/2013 0:17:36
Las culturas tradicionales tienen como pilar ideológico la subordinación de la mujer al hombre. Si el feminismo es la lucha de las mujeres para superar la subordinación histórica y cultural a lo masculino, ¿cómo hacen las feministas que se reivindican dentro de esa cultura de subordinación para superar la susodicha subordinación?. ¿Cómo superan esa contradicción de ser feministas y musulmanas? Echan mano del Corán? Las cristianas echarán mano de la Biblia? Cómo puede ser una mujer lesbiana, o feminista, si está adscrita a dogmas religiosos o culturales que le imponen estar sometida al marido? Lo que se manifiesta transcultural es la falta de coherencia entre lo que se quiere conseguir a través de la lucha feminista y el espacio de poder férreo que detentan las mujeres como depositarias y guardianas de las tradiciones. Si las mujeres son las que educan, ¿por qué no educan a sus hijos e hijas en la permeabilidad de los espacios entre lo masculino y lo femenino?. Educar a un hijo para que sea un machote que cuide de su mamá trae consecuencias a largo plazo para las mujeres con las que tenga que tratar en el futuro. Educar a una hija en las arcanas artes femeninas de control la prepara para continuar dominando en la subordinación. Si a los hombres se les permitiera ocupar espacios reservados casi en exclusiva a las mujeres se crearía un flujo natural donde las mujeres podrían ocupar espacios tradicionalmente masculinos, o viceversa. Y por último: Ni ser lesbiana es sinónimo de ser feminista, ni ser mujer es sinónimo de ser solidaria. Y eso también es transcultural.
Publicado por: vidal | 17/02/2013 13:06:32
Una vez conquistado Portugal, España ha terminado la invasión de Canadá lo que nos acerca a la frontera con nuestro tradicional enemigo estadounidense y ha provocado un aumento de la tensión entre ambos países.
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Publicado por: Welly | 17/02/2013 10:18:36
Las mujeres que no amaban a los convencionales http://www.todosysofia.com/2012/11/las-mujeres-que-no-amaban-los.html
Publicado por: ManoloTolosa | 17/02/2013 10:04:00
Soy feminista. Y usted, señor o señora gorda o flaca que me está leyendo también lo es. “No soy machista ni feminista”. “No soy feminista sino femenina”. “No me gustan las ideas radicales, no creo que las mujeres sean mejores a los hombres”. “Por supuesto, no soy feminista porque no odio a las hombres…” Quien no haya dicho o escuchado alguna de estas desafortunadas frases que tire la primera piedra. http://manueltolosana.blogspot.com.es/2010/10/feminista.html
Publicado por: ManoloTolosa | 17/02/2013 10:01:23
Después de escribir sus causa feministas particulares las mujeres tendrán que reunirse para comparar y ver las diferencias y los puntos comunes que los hay. El primero dice algo así: "todos los varones han sido educados en la creencia de que son superiores a las mujeres/hembras"
Publicado por: María Carnicero | 16/02/2013 22:04:39
Muy bueno el artículo. Gracias por las recomendaciones.
Publicado por: Mayte | 16/02/2013 18:46:06
Viva el sexo anal y el beso negro .
Publicado por: javi | 16/02/2013 15:21:55
Aun queda mucho y sin embargo en los últimos 30 años no se ha avanzado tanto como en los anteriores. Incluso se están cuestionando leyes que liberan sexualmente a la mujer.
Carla
www.lasbolaschinas.com
Publicado por: Carla | 16/02/2013 13:34:53