LOS PERSONAJES DE LA FIESTA
LOS AFICIONADOS Y SUS ASOCIACIONES

Unos aficionados en los pasillos circulares del interior de la plaza de Las Ventas. Fotografía de Álvaro García.
Las asociaciones de aficionados a la fiesta de los toros en defensa de sus derechos como usuarios del espectáculo taurino son relativamente recientes. La mayoría de estas agrupaciones se constituyeron en las décadas de los ochenta y noventa, cuando la devaluada integridad en la realización de los festejos hizo urgente una exigencia contra el fraude y una defensa de los toros ante todos los organismos en los que se deciden los aspectos que le afectan. El asociacionismo taurino no es nada nuevo. Multitud de peñas y agrupaciones han proliferado en todos los tiempos, pero hasta estos últimos años su papel se limitaba exclusivamente a revalorizar los protagonismos de las figuras y a la concesión de premios.
Entre las asociaciones de aficionados comprometidos con la calidad de espectáculo se han elegido cuatro, inscritas todas ellas en Madrid -aunque sin renunciar al ámbito universal de la tauromaquia- e implicadas principalmente en los aspectos incuestionables como son la integridad, exigencia y el fomento del espectáculo taurino. A las cuatro se les ha realizado el mismo cuestionario: ¿Cuál es el estado actual de la fiesta?; ¿qué puede hacer el aficionado y qué debe demandar?; y, ¿cuál es su opinión de la presente Feria de San Isidro? Por orden de antigüedad hacen el paseíllo particular el Club Taurino de Madrid, que este año celebra su 25º aniversario; la Unión de Abonados y Aficionados Taurinos de Madrid –fundada en 1989-; la Asociación El Toro, creada en 1996; y el Foro de la Juventud Taurina de reciente aparición. Todas reconocen inquietud por el deterioro actual de los festejos, la incapacidad para renovar la afición la alarmante situación del toro de lidia y la posibilidad del futuro para la fiesta. Éstas son sus preocupaciones.

El tendido 7 de la plaza de Las Ventas es uno de los que concentra en los últimos años a los aficionados más exigentes con la autenticidad del espectáculo. Fotografía: Gorka Jejarcegi
CLUB TAURINO DE MADRID. Su manifiesto es preciso: “Defender y promociar la fiesta, especialmente al toro de lidia, apoyar la verdad del toreo y luchar contra el fraude”. Así lo describe su presidente y fundador, José Luis de la Chica. El ClubTaurino cuenta en la actualidad con 66 socios, organiza anualmente un ciclo de conferencias llamadas Aperitivos Taurinos y publica la revista Cambio de Tercio. Además, la agrupación visita a lo largo de la temporada varias ganaderías porque “es fundamental también conocer el toro en el campo para defenderlo”. La opinión sobre el estado de la fiesta en la actualidad es rotundo para De la Chica: “Crítico y sin futuro, por culpa de los políticos, que la utilizan en intereses propios, de los medios de información que no son lo suficientemente valientes para decir la verdad y denunciar el fraude, y también de los profesionales del toreo, ganaderos y empresarios, que lo único que han pretendido es el dinero fácil y rápido”. Se le pregunta: ¿Y esta Feria de San Isidro qué le parece al ClubTaurino? “Estamos preocupados, pues nos tememos que sea una continuación en cuanto a pobreza de lo sucedido en Valencia y Sevilla. Sobre todo, se echa de menos a algunas ganaderías y la variedad de encastes. Por consiguiente, sobra mucho Domecq”.
UNIÓN DE ABONADOS Y AFICIONADOS TAURINOS DE MADRID. Está presidida por José Luis Moreno-Manzanaro, quien representa también a la Unión Nacional de Abonados y Aficionados de España. Fue fundada el 12 de febrero de 1989 por “aficionados de reconocido prestigio taurino y profesional”, y para solicitar la admisión tiene fijada estatutariamente la exigencia de un aval de dos socios, “a fin de obtener un indicio de la muy importante condición de aficionado, porque “no se trata tanto de crecer por crecer”, argumenta su presidente. En la actualidad cuenta con 250 socios que pretenden “la defensa de los valores permanentes de la cultura taurina, como la belleza y la verdad; proteger los intereses del abonado, aficionado y usuario; desarrollar este órgano de encuentro, dialogo, participación y reivindicación ante las administraciones taurinas y los sectores profesionales taurinos; y cooperar con las Escuelas de Tauromaquia.
La respuesta de Moreno-Manzanaro sobre el estado de la fiesta en la actualidad se delimita –según su testimonio- de la siguiente manera: “Los poderes públicos tienen que cumplir con hechos su obligación constitucional de defender y promover la fiesta como Patrimonio Cultural del pueblo español. Las organizaciones gremiales, profesionales, junto a las asociaciones de abonados y aficionados en estos momentos de crisis e incertidumbres, tienen la grave responsabilidad de conseguir un gran pacto para la defensa de la cultura taurina incluyendo especialmente la integridad y el honor de la fiesta. Una fiesta descafeinada, convertida en pantomima, no merecerá el calificativo de cultura, ni de estar en ningún Ministerio o Consejería”. ¿Y la Feria de San Isidro? Responde en términos contractuales su presidente: “El actual sistema de gestión impide un mecanismo de control de calidad. La empresa concesionaria tiene plena facultad jurídica para concertar los carteles con absoluta libertad incluso de imposición expresa o tácita, sin contar con los clientes. La inmensa mayoría que resignadamente suscriben el contrato de abono como contrato de adhesión, se encuentran sin defensa alguna por parte de la autoridad propietaria de un bien público exclusivo y no se vislumbra a corto plazo algo ilusorio como sería una huelga (deserción de abonos). Si bien conviene recordar que hace años esta plaza tenía unos 3.500 abonados y hoy, salvo últimos datos por conocer, se cifra en unos 18.000”. Lo que puede hacer el aficionado es en opinión de Moreno-Manzanaro “la incómoda función de conciencia crítica y para ello se precisa como imprescindible, tener voz en los medios de comunicación y no permanecer silenciados como convidados de piedra y arrinconados en el único derecho a “pagar y callar”.
ASOCIACIÓN EL TORO DE MADRID. De los 50 socios fundadores han pasado a 150, quince años después, aunque a todos les mueve la misma preocupación: “el deterioro de la fiesta en el aspecto ganadero como falta de casta y trapío, la manipulación fraudulenta de las astas, una presencia abrumadora de ganaderías comerciales…y también la bajada del nivel de exigencia de la plaza de Madrid, tanto en la programación de carteles indignos y en el abuso empresarial hacia los abonados”. “Problemas que, por desgracia, en la actualidad se han acrecentado”, asegura su vicepresidenta Yolanda Fernández Fernández-Cuesta. El objetivo es la “defensa del derecho de los espectadores a recibir el espectáculo en toda su integridad, tal como dice textualmente la Ley Taurina”. Consideran que la base del espectáculo es el toro y, por supuesto, la integridad del mismo. Lo argumentan así:
“Cuando el toro auténtico salta al ruedo pone a cada cual en su sitio; los espectadores sienten esa emoción que buscan cuando acuden a la plaza y valoran realmente la actuación de los toreros; los lidiadores, por su parte, se ven obligados a utilizar los variadísimos recursos de la Tauromaquia para dominar y dar muerte al animal. Cualquier otra consideración o reivindicación que podamos hacer es secundaria y está supeditada a lo anterior”. Entre las actividades que desarrollan está la edición de la revista con temporalidad bianual La voz de la Afición, la publicación del Libro de Crónicas de cada temporada en Madrid, escritas por los socios, y un ciclo de tertulias invernales de carácter y temática variada relacionadas con la fiesta, además de visitar las ganaderías. Es, también, una de las asociaciones que más presencia tiene en los foros y conferencias por toda la geografía del mundo del toro.
“Nuestra visión de la fiesta no puede ser más pesimista”, lamenta Fernández-Cuesta y enumera las causas de esta conclusión: la pérdida de casta, fuerza y bravura de los toros; la eliminación comercial y de los circuitos taurinos de ganaderías y encastes de los llamados duros, con la consiguiente pérdida de variedad; la crisis total de la suerte de varas; el simulacro basado en un destoreo moderno superficial y sin hondura; la ignorancia de la mayoría del público que va a la plaza; la falta de respeto y el desprecio del sector taurino hacia los aficionados; la politización y manipulación partidista de la fiesta; las corridas de toros deben defenderse solas; la pérdida de prestigio ha llevado a huída de los viejos aficionados y ha impedido que los jóvenes se acerquen a ella; el vacío de las plazas por la crisis económica y, sobre todo, por el rechazo a un espectáculo que se ha ido vaciando de emoción; y una mayoría de críticos taurinos que adolecen de servilismo hacia toreros y empresarios, sin hacer una profunda crítica y verdadera pedagogía de la fiesta.
La vicepresidenta de la Asociación El Toro describe qué pueden demandar como aficionados: “Pensamos que podemos actuar con nuestra denuncia permanente ante lo que consideramos un fraude al espectáculo y a su esencia, a través de exigir el toro encastado y bravo, íntegro en sus defensas, con el trapío que demanda cada plaza, al mismo tiempo que pedimos el apoyo de la autoridad en el palco para que vele por nuestros intereses a presenciar un espectáculo digno, completo en todos sus tercios, respetando el reglamento y apoyando al aficionado”. ¿Y qué opinión tienen de la próxima Feria de San Isidro? “La mejor respuesta es la carta adjunta que hemos enviado oficialmente a Taurodelta S.A. y a la Comunidad Autónoma de Madrid que los aprueba y refrenda este ciclo ferial. Todavía no hemos recibido respuesta”, responde con rotundidad Fernández-Cuesta.
FORO DE LA JUVENTUD TAURINA. Es una agrupación de jóvenes “que comparten su afición a los toros. Su reciente aparición (abril de 2008) no ha impedido que el Foro –como ellos se llaman- cuente con gran número de seguidores (6000 en Twitter y Facebook). En la actualidad quieren elaborar un carné de socios “para formalizar la pertenencia a nuestra entidad”, explica Federica Piazza, miembro de su Ejecutiva. Estos nuevos aficionados pretenden “fomentar las actividades dirigidas a los jóvenes y el dialogo entre el estamento taurino y la juventud aficionada”.
Piazza resume de esta manera la perspectiva que tiene esta agrupación sobre el estado de la Fiesta: “Se está atravesando un momento complicado (reducción de festejos, ataques externos, a la vez que luchas internas), pero consideramos que esta circunstancia puede llevar a dar la oportunidad para su renovación en el siglo XXI, siempre que se haga de manera inteligente, transparente y desde la unión a favor del beneficio colectivo”. Con este ímpetu juvenil piden: “toreros que hagan gestas capaces de generar expectación en cada feria; el respeto a los gustos y demandas de los aficionados, y que los empresarios sean capaces de generar beneficios económicos a base de transparencia, dialogo y, sobre todo, afición”. El entusiasmo decae cuando Piazza habla de este ciclo ferial madrileño: “Un año más, una feria plana sin mayores atractivos. Esta improvisada unión de empresarios no ha sabido realizar una feria atractiva ni para el aficionado, ni para atraer a un nuevo público. Nota baja”.
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La barbarie solo tiene momentos álgidos puntuales, pero como futuro esta abocada al fracaso. Quedará en la historia como una etapa en los que los seres humanos no habían aún alcanzado su madurez emancipadora.
Publicado por: Julio | 23/05/2012 10:51:29