Tras el rastro del maletilla

Maletilla. Pedro Bernardo (Ávila), 1967. Fotografía de Rafael Sanz Lobato

 

Probablemente recuerden esta imagen en algún momento impreciso. Forma parte de la retrospectiva del fotógrafo Rafael Sanz Lobato y que se expone en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid durante este verano. Su título es Maletilla, Pedro Bernardo, (Ávila) 1967, y es una imagen emblemática -“sin tratarse de una fotografía taurina”, explica Lobato- no sólo para su autor sino también para los que se emocionaron con ella como el director de cine Teo Escamilla, el torero Carnicerito de Úbeda -gran aficionado a la fotografía- y a Lola Garrido, pionera del coleccionismo fotográfico en España. Cree Lobato que los fotógrafos no deben hablar de sus creaciones, y que en mayor o menor medida todas tienen su historia. “Y ésta desborda patetismo, “tan triste”, añade, que cuando la positivó por primera vez reparó en que era una de esas imágenes que le agradaban y, “aun no siendo un súper aficionado a los toros”, sabía que tenía algo especial. Seguimos la pista de esta pieza única enmarcada dentro del documentalismo antropológico de una España a la que Lobato se acercó de manera autodidacta, que retrató descarnada en blanco y negro durante más de medio siglo y que aún sigue seduciendo con su semblante conmovedor. Y de no intervenir el destino, quizá hubiera sido torero…

 

Los detalles significantes de la lidia, pronto y en la mano

 

Anotaciones reglamentarias (5)

De cómo la renuncia a los pequeños detalles en la ejecución de la lidia son decisivos para comprender la devaluación de la fiesta. Gloria Sánchez-Grande pone énfasis en tres asuntos presentes en el reglamento pero olvidados deliberadamente.

 

El traslado de los utensilios que se utilizarán durante la lidia. Fotografía de Álvaro García.

 

Después de este paréntesis veraniego, se recupera desde este soporte digital el camino reglamentario en el mundo de los toros y que cada vez serpentea más por la desorientación premeditada a la hora de aplicar la correcta normativa taurina. A menudo los asuntos pequeños del desarrollo de la lidia nos revelan la dimensión diminuta en la que se encuentra la grandeza de la fiesta. La propuesta que se ofrece en esta quinta entrega es poner lupa a los detalles de la lidia. Es decir, cómo puede ocurrir que sean desconocidos, permanezcan olvidados y se establezcan en el desuso corriente del espectáculo verdadero.

Una vez más se da voz a los aficionados y en esta ocasión es Gloria Sánchez-Grande, responsable del blog Contraquerencia (y a contramano), la encargada de reclamar el espacio fidedigno que corresponde a tres asuntos pequeños dentro de la ortodoxia en la ejecución de la lidia y que son el uso de banderillas negras (cuando se precisen), el caso premeditado de estrellar al toro contra el burladero (porque los toros ya no rematan de salida en los burladeros por asuntos inconfesables) y la utilización del descabello sin dejar estoque (una banalidad mientras se pondera el número de trofeos).

“El diablo se esconde en los detalles”, apuntilla Sánchez-Grande para explicar la negligencia en las suertes toreras que se pierden. “Parece que en la liturgia taurina cada vez le concedemos menos importancia a estos pormenores y hemos terminado considerando normales, incluso reglamentarias, algunas situaciones y actuaciones que infringen la ordenanza o la tradición”, un hecho que empobrece la riqueza de la fiesta.

 

La última vez que se pusieron banderillas negras en la plaza de Las Ventas de Madrid fue en octubre de 2007. Fotografía de Juan Pelegrín y publicada en su blog http://manonfotoblog.blogspot.com.es

 

Celia Forneas y su dedicación al estudio de la crónica taurina

Al estudio del periodismo taurino ha orientado Celia Forneas su tarea investigadora, “una de las labores más apasionantes que pueda imaginarse”, y a la cual llegó sin pensárselo cuando preparaba la oposición a profesora titular en la Universidad Complutense de Madrid. “Hoy me alegro mucho de haber elegido aquello que me parecía más difícil y misterioso: la crónica taurina”, comenta esta científica de la historia del periodismo, un ímpetu que mantiene vivo a través de los cursos de doctorado que imparte en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de Madrid.

Su entusiasmo ha pisado los dos siglos, la totalidad del suceder histórico de la prensa y es amplia su atención al complejo mundo escrito de los toros. Su actitud esencialmente “pragmática” es la que le ha conducido a emprender el análisis de la crónica taurina actual “pensando en todas aquellas personas que se interesan por la fiesta nacional y su reflejo en la prensa escrita”, plasmada en su libro La Crónica taurina actual. Un texto informativo, literario y de opinión (Biblioteca Nueva, Madrid 1998); también en Periodistas taurinos españoles del siglo XIX  (Editorial Fragua, Madrid, 2001) –su tercera investigación- donde Forneas estudia a conciencia “un terreno absolutamente virgen pues lo que existía se había realizado desde un punto de vista taurino, no periodístico”, y que hace unos meses ha sido revisado y reeditado por la Editorial Académica Española.

De la crisis por la que atraviesa la sociedad actual; de cómo se refleja en los cambios de modelo que hasta ahora habían sido válidos en los medios de comunicación; de la ausencia de grandes maestros en el doble papel de líderes espirituales y profesionales; de las aficiones perdidas; de la vida; de las crónicas; del periodismo; de los toros…; de todo lo que interesa en una conversación distendida, le proponemos a esta mujer que prolonga la indagación, que reparte su tiempo en el contacto con la sociedad y las nuevas tecnologías a través del blog en la revista Hola y que se ha propuesto la escritura de una novela romántica a la que ha llamado Recuerdos, su primera y particular aventura en la ficción, ambientada en el siglo XIX con los toros de trasfondo y que será publicada en breve. Este es el retrato de una pensadora siempre tímida, que prefiere que no se le fotografíe, como tampoco ser protagonista de grabaciones.

Joaquín Vidal, crítico taurino de EL PAÍS durante 25 años, en el tendido de la plaza de toros de Madrid el 24 de octubre de 1999. Fotografía de Claudio Álvarez.