Larry Ragan es co-director del Center for Online Innovation in Learning en la Universidad de Penn State, Estados Unidos. Ha desarrollado una amplia y productiva experiencia en el campo de la educación en línea, habiendo formado parte activa de la creación del Penn State World Campus, el campus virtual de dicha universidad. Experto en liderazgo en educación en línea, es también co-director del Institute for Emerging Leadership in Online Learning (IELOL).
Fuente: https://www.smu.edu.sg
El e-learning o formación a distancia se ha convertido en una fuerza capaz de alterar considerablemente el panorama educativo en todo el mundo, desde la educación primaria hasta los estudios superiores. Esta fuerza está provocando un considerable revuelo, ya que cuestiona normas de praxis de larga tradición en este ámbito. Las repercusiones se perciben en todos los niveles: alumnado, profesorado, planes de estudios, a escala nacional y global. Muchas de estas fuerzas están suscitando reflexión y cuestionando creencias arraigadas sobre qué constituye una experiencia educativa "tradicional". En este artículo se abordarán los desafíos de liderazgo que es necesario afrontar para orientar los cambios en los diversos niveles del ecosistema de la enseñanza y el aprendizaje.
Uno de las principales impactos del e-learning en los modelos de educación "tradicionales" ha sido el replanteamiento de la dinámica del proceso de enseñanza y aprendizaje. Más concretamente, este replanteamiento ha afectado a la función que desempeña el formador en este modelo. Existen dos áreas principales en las que se está operando este cambio y que suelen confundirse en el marco de este diálogo de reconcepción: la pedagogía y la tecnología. Los nuevos conocimientos acerca de cómo aprendemos, unidos a las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, crean nuevas y apasionantes oportunidades de aprendizaje tanto para el docente como para el alumno. Los responsables de los sistemas educativos deben asimilar y adaptarse a estas fuerzas convergentes para poder gestionar y orientar su impacto sobre los recursos educativos de que disponen.
Para quien aprende en este sistema de aprendizaje de rápida evolución, el mundo se vuelve de pronto accesible, abierto y cada vez menos estructurado. Estos cambios exigen al estudiante un alto grado de responsabilidad en lo que respecta a la dirección y gestión de su propio aprendizaje. Sea cual sea el nivel de estudios, los alumnos se enfrentan al reto de adoptar esta nueva pedagogía mientras las tecnologías intentan hacerse transparentes. Las posibilidades que ofrecen los sistemas complejos de aprendizaje de hoy en día requieren una mayor concienciación respecto a la integridad académica, la gestión del tiempo y la colaboración, todas ellas aptitudes importantes también en el mundo laboral actual. Los sistemas y servicios que los responsables institucionales proporcionan para favorecer el éxito de los estudiantes determinarán el estado de salud general de las instituciones en el futuro. Sin un establecimiento adecuado del contexto institucional, los estudiantes podrían buscar otras opciones para satisfacer sus necesidades de aprendizaje.
Fuente: http://patrikadaws.ca
Muchas escuelas e instituciones están adoptando la plataforma de e-learning como medio para responder a las necesidades de los estudiantes de hoy ofreciéndoles programas nuevos y flexibles dirigidos a conseguir resultados de aprendizaje específicos. Ya sea en enseñanza primaria, secundaria, universitaria o de posgrado, es posible diseñar y ofrecer más programas seleccionando lo mejor de lo mejor, a la vez que se mantiene la integridad académica. Los directores de estos programas tendrán que actuar con mentalidad flexible y creativa para presentar unos estudios relevantes, novedosos y de calidad.
El número de instituciones superiores y universidades que están desarrollando o ampliando su programa de formación a distancia continúa creciendo a un ritmo espectacular. Aunque antes era un dominio propio de instituciones "no tradicionales" o de determinadas unidades en el seno de las instituciones, actualmente algunos de los centros académicos pioneros del mundo están desarrollando programas de formación a distancia para mantener su competitividad y llegar a nuevos mercados. Recurren también al e-learning otras instituciones más pequeñas que intentan contrarrestar el descenso del número de matriculaciones en los programas presenciales.
A través de estos cambios, las instituciones intentan hacer frente a nuevos desafíos, como el desarrollo y la preparación del personal docente, los entornos de aprendizaje de los estudiantes, la transformación de los planes de estudio, los servicios al estudiante y un gran abanico de cambios en política educativa. Aquellas que respondan eficazmente a estos desafíos podrán desenvolverse de forma eficaz en el mercado global; las que no lo consigan, no tendrán éxito.
A pesar de que el impacto global del e-learning continúa evolucionando, la dirección que adopta y sus implicaciones ya se están haciendo patentes. El modelo tradicional del campus basado en el tiempo, todavía predominante, se está viendo alterado no solo por cómo se imparte la educación superior sino también por lo que se ofrece, cuándo se ofrece y de qué manera se reconoce el aprendizaje. El e-learning está redefiniendo la movilidad a nivel global, ofreciendo nuevas oportunidades de aprendizaje a los estudiantes y un amplísimo mercado a las instituciones.
Fuente: http://www.theguardian.com
Actualmente, el mercado estudiantil es global y la competencia por captar estudiantes ha generado una rivalidad nunca vista hasta ahora. Los programas se diseñan para adecuarse más a las demandas y necesidades de los estudiantes, con un evidente énfasis en el aspecto práctico. Los programas "ejecutivos" globales a nivel de posgrado son populares y costosos, ya que la fijación de los precios de mercado sustituye a las estructuras más tradicionales de matrículas y tasas académicas.
La cultura global actual del aprendizaje, en rápida transformación, plantea una nueva serie de desafíos de liderazgo. Esencialmente, las "normas de intervención" han cambiado y exigen un sistema educativo más ágil y receptivo a las necesidades actuales. Lo que antes era valorado por el consumidor ya no bastará para satisfacer las necesidades de los estudiantes del futuro. Los responsables actuales de los sistemas educativos disponen de una nueva selección de opciones entre las que elegir para conformar un entorno de aprendizaje conectado con el resto del planeta, consciente de las particularidades nacionales, y centrado en el alumno.
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