Mark Bullen vive en Vancouver. Actualmente trabaja como experto en E-Learning en la Commonwealth of Learning, donde se encarga del desarrollo de políticas educativas y de desarrollo del uso apropiado de la tecnología en la educación. Anteriormente fue director de Enseñanza y Aprendizaje en el British Columbia Institute of Technology y director adjunto de Educación a Distancia en la Universidad de British Columbia.
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Cuando los primeros sistemas de gestión del aprendizaje (LMS, por sus siglas en inglés: Learning Management Systems) surgieron a finales de 1990, se percibieron como una importante innovación de vanguardia, que prometía proporcionar una nueva forma de organizar la enseñanza y el aprendizaje al facilitar un conjunto de herramientas fáciles de usar basadas en la web que podrían integrarse con los sistemas de información institucionales. Estas herramientas permitían a los docentes:
- organizar y administrar el contenido y los recursos del curso y su distribución a los estudiantes
- organizar y facilitar diversas formas de comunicación asíncrona con y entre los estudiantes;
- proporcionar una evaluación en línea,
- permitir que los estudiantes presentasen los trabajos evaluables en línea
- mantener un registro en línea de las calificaciones de los estudiantes.
Hoy en día, los LMS son una tecnología central y a la vez una parte relativamente costosa de la infraestructura tecnológica de casi todas las organizaciones educativas. Pero hay un creciente descontento con los LMS. Los críticos señalan el alto coste de su mantenimiento, su arquitectura pedagógica subyacente que tiende a promover un enfoque de carácter transmisivo, centrado en el profesor, y que confinan el aprendizaje a un entorno en línea cerrado que sólo está disponible para los estudiantes mientras duran sus cursos.
Creo que tenemos que dar un paso atrás y reconsiderar cómo esta tecnología contribuye a satisfacer nuestras necesidades educativas. En el proceso, tenemos que considerar seriamente las alternativas, no sólo para ahorrar dinero, sino también para proporcionar un ambiente de aprendizaje más apropiado.
Independientemente de si hablamos de código abierto o de productos comerciales, los sistemas de gestión del aprendizaje son caros. A pesar de que los productos de código abierto sean gratuitos, a menudo requieren una inversión importante y costosa en asistencia técnica para instalar y personalizar la aplicación, lo que a menudo se come lo que hemos ahorrado evitando pagar derechos de licencia. Es difícil determinar el coste medio, ya que depende del tamaño de la organización y del número de usuarios, aunque para una institución con unos 40.000 estudiantes puede suponer unos 200.000 dólares por año sólo para los derechos de licencia. Esto no incluye el apoyo técnico ni la formación para los docentes, que pueden duplicar el coste.
Una segunda crítica es que la puesta en marcha y utilización de un LMS requieren una experiencia técnica importante. El personal técnico necesita estar entrenado para apoyar y mantener el LMS, e incluso los docentes y los estudiantes necesitan aprender a utilizar el software de forma eficaz. A pesar de lo que nos dicen los vendedores, los LMS no son fáciles de usar y no es razonable esperar que los docentes puedan hacer uso efectivo del mismo, sin capacitación ni apoyo técnico permanente.
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Una crítica más sustancial es que tiende a reforzar un enfoque centrado en los contenidos de la educación y perpetúa un modelo docente de transmisión de la enseñanza. La investigación muestra que los profesores tienden a hacer un uso mucho mayor de herramientas que tienen un enfoque administrativo y centrado en la enseñanza (distribución de materiales y evaluación, libros de calificaciones, etc.), y mucho menos de herramientas con un enfoque de aprendizaje como los foros de discusión, blogs y espacios de colaboración.
Por otra parte, se sitúa artificialmente al aprendizaje dentro de una especie de jardín amurallado. Los estudiantes se encuentran desconectados de los recursos abiertos y de las redes de Internet, e incluso de sus propias redes personales. El aprendizaje se circunscribe a algo que ocurre en episodios independientes de 12-15 semanas de duración. Los estudiantes pasan este tiempo construyendo conexiones con sus compañeros y desarrollando sus redes para que al final de cada curso, se cierren las redes y se borren todas las interacciones. La tecnología y los requisitos técnicos de los LMS son los que, en lugar de la pedagogía, están condicionando y organizando el aprendizaje.
Una crítica final es que, en su mayor parte, no son verdaderamente abiertos. Independientemente de si se utiliza un código abierto o un producto comercial, e incluso si los recursos tienen una licencia abierta, los recursos contenidos en un LMS no son detectables por los motores de búsqueda.
Entonces, ¿cuál es la alternativa a los LMS? En los últimos 10 años hemos visto una explosión de software y servicios basado en la nube que se pueden ensamblar, para crear una especie de LMS “hágalo usted mismo” personalizado y gratuito, que no tiene algunas de las desventajas de los LMS convencionales.
Hay servicios de intercambio de archivos, herramientas de discusión asincrónica, aplicaciones de audio y video en tiempo real, aplicaciones para compartir de recursos, libros de calificaciones en línea, y blogs y herramientas de creación de sitios web, todo ello de libre acceso. Incluso la aplicación de blogs WordPress se puede convertirse en un sencillo LMS mediante el uso de una serie de plug-ins.
Existen una serie de ventajas muy convincentes para usar esta alternativa “hágalo usted mismo” en lugar de un LMS convencional. En primer lugar, que no requiere ni implicación ni coste por parte de la institución. El ensamblaje de estas herramientas es algo que puede hacer un docente individualmente o con un apoyo técnico mínimo, ya que todos estos servicios están alojados en servidores externos a la institución. Pero probablemente la ventaja más importante sea que permite a los docentes adaptar las herramientas para satisfacer sus necesidades específicas. Si todo lo que quieres hacer es distribuir contenido, puedes crear un sitio web o crear una carpeta compartida. Si lo que quieres hacer es mantener reuniones semanales en línea con tus alumnos, entonces Skype o alguna herramienta similar te servirán de modo suficiente. Lo bueno de este enfoque es que puedes agregar las diferentes herramientas a medida que las necesites. Y si quieres proporcionar a tus alumnos un entorno en línea consistente, usar Word Press con alguno de sus plug-ins puede ser una buena opción. Por último, el uso de este enfoque hace que los recursos sean mucho más abiertos y accesibles y no impide a los alumnos conservar los recursos y las redes creadas una vez que el curso ha terminado.
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Está claro que también existen algunas desventajas. En primer lugar, la seguridad y la privacidad deben ser tenidas en cuenta. Casi todas estas herramientas se proporcionan de forma gratuita a cambio del derecho a hacer uso de tus datos en algún modo. En algunos casos, puede ir aún más lejos y te pueden pedir que renuncies a tus derechos de autor, por lo que es importante leer y comprender los términos de servicio con atención, ya que nada es totalmente gratuito.
Este enfoque requiere algunos conocimientos técnicos para configurar y utilizar algunas de estas herramientas, pero es perfectamente asumible para cualquier persona con unos conocimientos informáticos básicos y suficiente motivación.
También a causa del tipo de enfoque, la experiencia de los estudiantes no será tan consistente como lo sería si se utilizase un LMS institucional. Tu enfoque personal puede ser muy diferente al de otros de tus colegas. La mayoría de los estudiantes intentan seguir la ruta más eficiente para completar sus estudios, y puede que no se muestren muy entusiasmados por tener que aprender a utilizar diferentes herramientas cada vez que toman un curso, por lo que esto es algo que cabe también tener en cuenta.
Para concluir, hay un viejo refrán que dice, "si solo tienes es un martillo, todo te parecerá un clavo". Creo que eso resume las decisiones que se han tomado respecto al uso de LMS. Pero ahora ya no solo tenemos martillos. Contamos con una amplia variedad de herramientas diferentes, sofisticadas y gratuitas a nuestra disposición, y que pueden ser utilizadas para apoyar el e-learning. Un LMS es una opción, pero no la única, y tenemos que ser mucho más críticos en nuestra apreciación de las herramientas que decidimos utilizar para apoyar el e-learning.
Los sistemas de gestión de aprendizaje (LMS) son caros, tienden a privilegiar al docente como el centro del proceso de aprendizaje, alteran el desarrollo de las redes de aprendizaje y no son abiertos.
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