El poder engañoso de las cooperativas agrarias

Por: | 27 de mayo de 2012

Las cooperativas agroalimentarias acaban de celebrar su asamblea anual donde, al margen de la elección de nuevos responsables,(ha sido reelegido como presidente el aragonés Fernando Marcén), el debate central lo constituye el papel futuro de este tipo de entidades en el marco de una nueva Política Agrícola Común donde los mercados serán los principales protagonistas.Las ayudas comunitarias suponen hoy una media de casi el 30% de las rentas netas de una explotación. Sin embargo, se trata de un porcentaje que puede inducir a error, si se tiene en cuenta que hay miles de explotaciones en sectores como frutas y hortalizas, avicultura, porcino, leche o vino donde esa participación es muy inferior o inexistente. Si se mantiene la actual propuesta de presupuesto comunitario en la futura PAC, no habría una gran rebaja en el importe de las ayudas.Pero, en todo caso, la realidad es que el grueso de las rentas agrarias,ese mínimo del 70%, viene y vendrá más en el futuro de los mercados y de la capacidad del sector agrario para organizarse y jugar con una mayor posición de fuerza ante los operadores, los intermediarios o industriales nacionales o multinacionales.Es por ahí por donde quiere ir Bruselas, apoyando la capacidad negociadora de las organizaciones de productores y que también pueden llevar a cabo las cooperativas.

Según los datos oficiales, España dipone de casi 4.000 cooperativas con una facturación media anual de entre 17.000 y 19.000 millones de euros,1,1 millones de socios y empleo directo de más de 100.000 personas.Estas cifras convierten a las cooperativas en un elemento clave en el sector agrario en cuanto la actividad de sus socios supone más del 35% de la Producción Final Agraria, así como de un instrumento de cohesión del territorio rural.Bajo la mano de las cooperativas se halla el 70% de la producción de vino, mostos o aceite, el 45% en los cítricos, leche de vaca,de ovejay frutos secos,del 35% en frutas no cítricos,ovino y cereales o el 30% en los piensos.Con ese volumen de producción, se podía entender que, en cada uno de esos mercados, aunque cada dia tiene más peso la coyuntura internacional, las cooperativas tendrían un gran peso a la hora de la regulación de los mercados.Sin embargo, el actual grado de dispersión de la cooperativas,la falta de volumen de la mayor parte de las mismas, hace que las mismas no tengan en esos mercados el protagonismo que les correspondería. Fernando Marcén cree que las cooperativas tienen hoy un peso mayor al que aparentan.Yo creo que no,sino todo lo contrario.Es posible que esa reflexión sea cierta en cuestiones como su papel en el mantenimiento del territorio,para dar servicios en tantos cientos de pequeñas localidades, para aglutinar producciones bajo un mismo techo.Pero no creo que su peso en la producción se corresponda en hablamos de peso en la comercialización frente a operadores, intermediarios o industriales que sacan mayor valor añadido a sus productos.

Esta situación de dispersión y minifundismo ha sido la principal razón que ha impulsado al actual equipo de Atocha para contemplar, entre sus objetivos prioritarios, la elaboración de una nueva ley de cooperativas donde se contemplen medidas de apoyo para la constitución de grandes entidades supra autonómicas,cooperativas prioritarias con procesos de integración.En este escenario, una parte de este proceso podría ser la desaparición física de cientos de pequeñas cooperativas de muy escasa dimensión,en ocasiones en un mismo pueblo y hasta haciéndose la competencia, para formar otras de mayor tamaño.Se trata de un proceso delicado, sobre todo por lo que podría suponer de reducción de trabajadores, servicios cercanos y, por otra parte, por el posible de rechazo de gerentes que prefieren ser cabeza de ratón que cola de león, aunque no se puede poner en duda que haya cooperativas pequeñas muy eficientes.Sin embargo, el proceso más importante que necesita el sector cooperativo es el desarrollo de una política de integración comercial, sectorial, con unas entidades "motores", capaces de aglutinar y organizar toda la oferta en una amplia zona de producción.

Esta estrategia de futuro, cuenta hoy con el apoyo decidido del Ministerio de Agricultura con la posibilidad de que las ayudas que puedan existir para este tipo de entidades lo sean en función de su volumen,la creación de empleo, innovación o su capacidad exportadora.Pero, para el desarrollo de este proceso de organización de la oferta agraria, es fundamental que también crean en esos procesos los gobiernos autonómicos y que no surjan recelos y hasta bloqueos por cuestiones de regionales para el crecimiento de cooperativas supra autonómicas.

En los últimos años, entre las cooperativas que han tenido un mayor desarrollo en base a estrategias de integración, destacan los casos de Hojiblanca en el aceite, con presencia ya en varias provincias andaluzas y AN en Navarra. A Hojoblanca no le han surgido problemas a la hora de su expansión al hacerlo en una sola comunidad autónoma.Por el contrario, AN, con presencia ya en Aragón, La Rioja,Cantabria, País Vasco y Castilla y León, tiene dificultades para seguir creciendo en el sector de cereales en esta última comunidad autónoma.Cooperativas cerealistas castellano leonesas son ya hoy los protagonistas del sector en la cooperativa navarra bajo cuya estrategia comercializan sus producciones, manteniendo sedes y fiscalidad en Castilla y León.Sin embargo, sorprende que desde altos cargos de la Junta se haya advertido a alguna cooperativa de la comunidad autónoma el riesgo de perder ayudas si se integran comercialmente en AN, donde estiman tienen más posibilidades para mejorar sus ingresos.

La integración comercial es la asignatura pendiente más importante del sector agrario, tanto para comprar como para vender. Hay docenas de miles de productores al margen de todo proceso asociativo, muy especialmente en el norte y ambas mesetas,donde dominan los cerealistas.Lo que no tiene sentido, con la mirada puesta ya en la pròxima campaña, es que los agricultores se quejen de las cotizaciones,mientras entregan sus cosechas sin precio a los operadores, a quienes compran, también sin precio, los abonos o las semillas....

Hay 2 Comentarios

El problema de los minifundios que se encuentran obligados a trabajar para mono u oligoplios por monedas y, en ocasiones, a pérdida; no es únicamente español. Está generalizado casi planetariamente.
La principal cuestión (a mi humilde entender) pasa por la ausencia del estado en una de sus más nobles y básicas funciones: La de REGULAR ASISTIENDO a los más pequeños o en inferiores condiciones de competitividad ante los grandes capitales. Pues ¿A quién y cómo podrá vender un granjero a sus productos, fuera del poblado más cercano? Si los costos de transporte, sumados a tantas exigencias de preparación, embalaje y papelerío son infernales y costosísimos para pequeñas cantidades? Y es justamente donde se abusan los grandes intermediarios: Pagar irrisoriamente por aquellos productos que recolectan a granel para acondicionarlos, envasarlos y transportarlos con costos irrisorios (por grandes cantidades) pero con ganancias que suelen ser mucho mayores a las de los productores (productores que además de pagar e invertir en la tierra, pusieron y arriesgaron mucho tiempo y dinero para lograr la producción tan pobremente pagada).
Mientras el estado se mantenga AUSENTE de regular y balancear este detalle tan clave como álgido en las producciones de minifundios, difícilmente puedan terminar sobreviviendo los pequeños productores (salvo raras excecpicones muy puntuales), ya que hasta las tierras quedarán en propiedad y explotación de los grandes intermediarios que, si dan lugar a los asfixiados productores pequeños, será como inquilinos que deberán pagar una altísima renta (en especies) con lo que producen; pero les endeuda aún más, por lo cual (por ejemplo en la Argentina) el grueso de los campos son gigantecas extensiones explotadas por "empleados" (peones rurales y capataces) que cobran miserias. (Razón por la cual, hubo terribles migraciones hacia las grandes ciudades, saturándolas por demás, y despoblándose todo el interior y zonas rurales). Es tendencia mundial provocada por el capitalismo salvaje con el apaño de gobiernos corruptos que se hacen los desentendidos de sus verdaderas funciones, con el agravante de argumentar que "liberalizan" y hasta "estimulan" al "libre comercio" y "sana competencia".
Jamás habrá sana competencia en desigualdad de recursos económicos y de tecnologías, sobre todo cuando, los que más tienen, mejores precios (más baratos) logran en todo.

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Trigo Limpio

Sobre el blog

Hablaremos de la política agraria, de los políticos que la ejecutan, de los agricultores y ganaderos que la sufren o disfrutan, de la agricultura y la ganadería, de la agroindustria, el consumo y del mundo rural

Sobre el autor

Vidal Maté

Vidal Maté. Soy periodista y pequeño agricultor. Nací y viví pegado al campo y al mundo rural. Aprendí de agroindustria y la distribución para seguir el calvario (ahora se llama cadena alimentaria) que siguen los productos agrarios hasta el consumidor. Dicen que soy un histórico - he visto pasar a todos los ministros - y un tipo crítico. Nunca me he casado con nadie. Defiendo un futuro para el mundo rural. Soy trigo limpio.

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