Hace unas fechas, las Cooperativas Agroalimentarias y las tres organizaciones agrarias reconocidas a nivel estatal, UPA,Asaja y COAG suscribían una declaración por la que estas tres siglas apoyaban el desarrollo de una política que implusara la integración cooperativa como el instrumento para concentrar la comercialización de los productos agrarios.Conociendo que las relaciones entre las cooperativas y las organizaciones agrarias no han sido siempre las mejores y que,en algunos casos han existido problemas por el reparto del espacio y de competencias en sus actividades en el campo, el hecho de que se suscribiera esa declaración dando su apoyo a las entidades asiociativas, constituye un elemento positivo para el conjunto de los intereses del sector agrario.
Con esta declaración queda claro que todas las partes están de acuerdo en que las cooperativas se deben dedicar a comprar medios de producción y a comercializar sus productos.Lo que no queda clero, y para ello hay prevista una reunión la próxima semana, es cómo se quieren distribuir el resto de las competencias y el espacio para cada una de las siglas que funcionan en el entorno de la actividad agraria
Con el mismo objetivo global de servir a los intereses de agricultores y ganaderos,basicamente las cooperativas o sociedades agrarias de transformación tendrían prioritariamente tareas de comercialización en ambas direcciones, además de ofrecer a sus socios una serie de servicios, hoy sin límites.Las organizaciones agrarias de carácter general nacieron fundamentalmente con fines reivindicativos, además de ofrecer servicios a su afiliados, al igual que las organizaciones de carácter sectorial.Las organizaciones de productores han nacido tambien para ordenar, concentrar y comercializar la oferta y las interprofesionales como un punto de encuentro entre producción e industriales en defensa de intereses comunes.
De acuerdo con esos planteamientos,todas las siglas nacen con el mismo objetivo general de ofrecer servicios al sector agrario desde perspectivas diferentes.Pero,los procesos de cambio en la política agraria han hecho que, algunos objetivos, como las tareas reivindicativas, hayan perdido fuerza mientras ganan,o deberían ganar peso, los trabajos de colaboración con las administraciones para el desarrollo de la política agraria y, sobre todo, cuando el sector agrario necesita y reclama servicios de todo tipo, asesoramiento, divulgación, organización, formación,además de apoyos en la gestion de la PAC o para la contratación de los seguros.
Con todo lo que es preciso hacer por delante y que no se hizo en el pasado, el sector agrario necesita una clarificación de competencias entre las diferentes siglas desde los acuerdos, y no una batalla.Hay que definir espacios, sobre todo de servicios,en algunso casos, hasta para mantener una razón de ser. Sin embargo, ello no debería ocultar lo actuado en el pasado.Es sintomático que en todos estos años haya caído la afiliación o el interés por las organizaciones agrarias, salvo en aquellos territorios donde las misma ofrecen servicios, al margen de acudir a las mesas de las Admnistraciones o emitir comunicados de prensa,que tambien es una tarea positiva.Hoy y, sobre todo mañana, según se puede desprender de las reformas de la PAC, es la hora de los mercados y de los servicios en el sector a agrario. Y, hay tanto por hacer, que no sobra nadie.
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