El recorte de las cosechas en una serie de producciones importantes como los cereales, el vino o el aceite, han supuesto en los últimos meses una fuerte subida de los precios en el sector agrario. En el aceite de oliva, recuperando parcialmente los niveles record de la pasada década.En el vino, con precios para la uva en las principales zonas de producción, duplicando las cantidades de hace un año. En los cereales, siguiendo la estela de las subidas hasta que las cabañas ganaderas digan, basta.Lo que no se había logrado con los mecanismos de regulación de los mercados, lo ha conseguido la sequía.
Para el sector agrícola, no para los ganaderos, es como si se estuviera viviendo una primavera de los precios, aunque una parte de esas mejoras se vayan para cubrir las subidas de los precios de los fertilizantes, donde Fertiberia domina el mercado, sin que lo aparente saber Competencia. Se trata de una situación muy favorable, que no va a suponer atraer más personas a la actividad agraria de verdad, no para el montaje de huertos familiares,agriculturas alternativas, aunque todo suma. Estos buenos precios tampoco supondrán una lamada a los licenciados urbanos para instalarse en el campo, cosa complicada, por mucha voluntad que se les suponga, si no tienen una familia con posibles o disponen de capacidad para meterse en unas inversiones medias de unos 0,20 millones de euros.No hay vocaciones, tampoco de licenciados para ordeñar, para ser pastor a pie de rastrojo y, los pocos miles de jóvenes que oficialmente se han incorporado en los últimos años a la actividad agraria, en su casi totalidad, no han llegado de la ciudad, sino que ya se hallaban y en la explotación familiar sin ser titulares y permanecen en la misma por la falta de otras salidas en la construcción o los servicios.El campo no tira ni en tiempos de crisis.
Este nuevo escenario que ha sobrevenido, sin esperarlo, en el propio campo, se ha dejado sentir en las cuentas de miles de explotaciones. Sin embargo, es también la ocasión para preguuntarse qué ha hecho o en qué ha influido la actividad de los agricultores en la mejora de esos niveles de precios y de mejora de ingresos y rentas.
Tienen razón los agricultores cuando denuncian las caídas de los precios agrarios por el desmantelamiento de los mecanismos de regulación en las sucesivas reformas de la Política Agrícola Común, la rebaja de los precios de intervención, su eliminación o las ayudas para exportar.Tienen razón cuando denuncian bajadas por la progresiva apertura de fronteras a las importaciones de terceros países, sin medidas de salvaguardia para proteger a las producciones propias, como hacen Estados Unidos o Japón, frente a las entradas de frutas o carnes.Tienen razón cuando denuncian las políticas de los grandes operadores, las estrategias de los grandes grupos industriales o de la distribución que,al final, son quienes fijan los precios en el campo.Pero, siendo ciertas todas esas denuncias, el sector agrario tiene igualmente la obligación de preguntarse cuál ha sido su papel en las subidas y, sobre todo, cuál fue su actuación en las caídas. Poco se puede exigir cuando en el sector agrario hay docenas de miles de agricultores cerealistas que venden individualmente sin precio, "a como esté", según el operador de turno y que renuncian, de entrada, a poner en marcha estrategias de organización en la defensa de sus propios intereses.
En la última década se han reforzado diferentes grupos industriales que operan en el campo. Se ha producido una fuerte concentración de la gran distribución y,frente a todo ello, el sector agrario se mantiene, por ejemplo, con unas 3.000 cooperativas que aglutinan más del 70% de las producciones de aceite o de vino, pero con una dispersión tal que les impide desarrollar una estrategia unida frente a todos los operadores.
El gobierno, con buen criterio y respondiendo a este problema histórico, tiene entre sus prioridades para esta legislatura, poner en marcha una ley para la ordenación y concentración de la oferta siguiendo las recomendaciones comunitarias y se espera, con el consentimiento de las autoridades de Competencia. Habrá una ley, pero la realidad es que la ordenación y la concentarción de la oferta no se hace con una ley, sino con la voluntad de quienes tienen la producción en sus manos. Desde el pasado mes de octubre son obligados los contratos en el sector de la leche entre ganaderos e industriales o los primeros compradores.Sobre el papel y fuera de él, se trata de una medida positiva.En un sector desorganizado como el de la leche, la medida, más que con satisfacción, ha sido recibida con preocupoción ante la existencia de unas pocas industrias que pueden imponer sus precios ante miles de pequeños ganaderos y con un producto perecedero. Ahora toca organizarse contra reloj,frente a una situación que, no solo se podía esperar, sino que se estaba demandando.Quizás,de forma excepcional, para un periodo transitorio, sería necesaria la figura de un mediador en esa política de contratos para que no se produjeran abusos de poder.Pero, con la idea clara de que la defensa de los precios agrarios, el de la leche incluido, al margen de las políticas de desamantelamiento de Bruselas, debería contar con el protagonismo de los propios productores organizados.
Hay 5 Comentarios
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Publicado por: MIRA COMO BAJAR DE PËSO | 17/10/2012 21:49:39
En muchas producciones no existe reparto de la cadena de valor. Simplemente se arruina sin sonrojo a la producción como, por ejemplo, el lácteo ( vacuno, ovino y caprino). Producir es una ruina en España. Todos quieren intermediar, llevarse algo sin mancharse ni sudar. Y , eso, se acabó. Resumiendo: Dos problemas: Uno de las bobadas de nuestra administración, y otra de la tontuna de nuestra prensa en general. 1º.- Cualquier atisbo de organización, de acuerdo entre la "cadena de valor" para solucionar este circulo vicioso endemoniado,permite a los "raritos" de la CN de la Competencia, dedicar todo su empeño en destrozar sectores españoles, mientras los que importan de China o Latinoamerica entran como la mantequilla. No tienen problema. 2º.-La tontuna de algunos periodistas, como el del otro domingo en el PAIS que siguen sin darse cuenta de la importancia de la Agroalimentación, y les siguen fascinando los "pijos" que van al campo, y llaman a los pueblos "ecoaldeas" ,y descubren que existen las ovejitas desde el vaso de ginebra con pasas, trasladando una visión errónea de la realidad y confundiendo este sector con un parque temático. Son esos que siguen empeñados en titulares como "TingCA compra PontiSH",en lugar de hablar de lo de comer. Ahora, con los efectos del rescate, que me lo cuenten todos esos modernos de lo irreal. ¡A ver si bajamos de tanta falsa progresia! Que así os/nos va.
Publicado por: trilobite | 17/10/2012 16:20:41
Compartir esto en facebook por fa, y no olvidemos que hace 5 años la deuda pública era de 36% y despues de endosarnos la privada, bankia y cia. casi del 100% que pagaremos y sufriremos todos.
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/10/15/catalunya/1350331207_551842.html
Publicado por: alberto | 17/10/2012 9:25:39
No se cuáles son las causas de la dispersión de la producción. ¿Son solamente físicas? Y en cuanto al papel del mediador o de la dirección en la organización, ¿Cuál es el posicionamiento y la estrategia de los sindicatos? ¿Se plantea la necesidad de una comunicación horizontal en la que la Comunidad, el pueblo o comarca, actúe, se implique como agente dinamizador o esa dispersión que comentas se agudiza por una visión puramente sectorial, desvinculada del entorno? No se trata de que los licenciados urbanos se instalen en el campo, sino de que trabajen también para el campo
Publicado por: Belén Mtnez. Oliete | 16/10/2012 21:07:55
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Publicado por: *MIRA ESTE METODO PARA BAJAR DE ºPESO* | 16/10/2012 19:17:49