El Ministerio de Agricultura acaba de presentar el proyecto de real decreto donde la Administración central dice haber recogido algunas de las observaciones hechas desde el sector y las comunidades autónomas al proyecto de norma sobre las denominaciones de los productos del cerdo ibérico. Ahora se abre un periodo de quince días para que el sector vuelva con sus observaciones.
Se podía entender que, con todos los debates que se han desarrollado en los últimos meses sobre la cuestión, nos encontraríamos ahora ante un texto por el que se lograría definitivamente la transparencia en todo el sector y que zanjarían las polémicas en los defensores del ibérico puro y los que apuestan por los cruzados, así como entre las zonas de producción de la dehesa de siempre y los nuevos escenarios en otras comunidades autónomas. Pero, con la nueva propuesta, todo parece indicar que se ha venido a crear más confusión.
Personalmente, dentro de las dificultades que entraña hacer una regulación al gusto de todos, con tantos intereses y vicios que confluyen sobre lo ibérico y con las críticas generalizadas que el mismo había levantado, uno consideraba que el proyecto de norma anterior era un peldaño en la buena dirección para clarificar lo ibérico. Pero, la última propuesta supone un paso atrás y abre una autopista de más confusión para todos, consumidores incluidos, que deberán hacer un cursillo antes de elegir y comprar. Agricultura, da la impresión que tiene ante sí un gran embolado, que se ha metido en un gran charco y ya no sabe por dónde tirar para dar gusto a todos.
Antes de hacer una valoración sobre este problema, que en realidad es un conflicto de intereses entre los muchos que viven de lo ibérico, cabe hacer un breve recordatorio sobre la regulación de este producto emblemático ligado tradicionalmente a la imagen de la dehesa. En 2001, recogiendo lo que ya estaba sucediendo en el sector, nada se inventa de un día para otro, se reguló lo ibérico en base a tres denominaciones: ibérico de bellota o dehesa; de recebo, (finalizado su engorde con bellota y pienso) y de cebo, sólo criado con pienso y en granjas cerradas. En 2007 esas denominaciones se ampliaron a una más, la de cerdo de cebo de campo que, en realidad es un cerdo de cebo de granja con un espacio para andar. Esas denominaciones se multiplicaban por dos al poder aplicarse cada una para ibéricos puros o para animales cruzados. En consecuencia, estábamos hablando de seis denominaciones con la normativa de 2001 y de ocho con la actual de 2007.Un conglomerado de calificaciones que ha dado lugar a un mercado donde, lo ibérico es un concepto muy amplio donde no existe la necesaria clarificación sobre lo que se está comprando ante la no existencia de los controles necesarios desde el propio sector, sus consejos reguladores, las empresas certificadoras y de unas administraciones que han hecho la vista gorda ante las ventas en la gran distribución de productos mal etiquetados o de campañas engañosas. Para clarificar esta situación, Agricultura planteó hace unas semanas una nueva norma por la que se establecían sólo tres categorías: bellota de dehesa para animal puro ibérico; ibérico extensivo con un mínimo del 50% de pureza y criado en campo con piensos, e ibérico de cebo intensivo de granja, donde se da por descontado que nadie mete un 100% puro de raza sino un cruzado al 50%. Hoy, con la nueva y última propuestas de real decreto del Ministerio, presumiblemente con la buena intención de clarificar la situación, se hace un nuevo planteamiento con sólo tres categorías por alimentación y manejo: ibérico de dehesa, extensivo y con la bellota como alimento; ibérico de cebo y nuevamente el ibérico de campo, calificación que fue la aportación más importante de Rosa Aguilar a la política agraria. Pero, la novedad más destacable es que esas tres categorías se convierten en nueve en función del porcentaje de pureza de raza que tenga el animal, si son 100% puros, con un 75% de pureza o el un 50%. En resumen, que el consumidor deberá tener un manual a la hora de elegir.
Por lo visto hasta la fecha, el Ministerio se halla en medio de una especie de empanada o no sabe por donde tirar ya ante los muchos intereses que confluyen en el sector y el deseo de dar el gusto a todos. A la hora de ordenar lo ibérico, una cosa sería la regulación idílica. Otra, la realidad de hoy de un sector con 2,6 millones de animales de los que más de dos millones son cerdos de cebo en granja y sólo menos de 500.000 de bellota, de los que además, no más de 150.000 serían 100% de raza. Si a uno cualquiera, ajeno al sector o a un viejo del sector, se le pregunta que asocie una imagen a lo ibérico, con todos los problemas e irregularidades que se hayan producido, esa imagen sería la dehesa y consumo de bellota en ese millón y medio de hectáreas que ocupa en la península. No entendería bien que se pudiera llamar ibérico a un animal criado en una granja en régimen intensivo solo en base a pienso y que además esa granja estuviera en cualquier punto de España o hasta en otro país. Sin embargo, la realidad es que se trata de una producción totalmente legal, que con la normativa en la mano se puede llamar ibérico. Para los defensores sólo de ibéricos puros y de la dehesa, el cebo es como especie de monstruo con esos más de dos millones de animales que se ha apoderado de los mercados a bajos precios y que en su día nadie pensó que podría ir tan lejos y adquirir este desarrollo en tan solo cinco años. Hoy, una gran parte del sector, comunidades autónomas y la propia Administración central entienden que no se puede eliminar de un plumazo ese sector de cerdo ligado a las granjas y al pienso, y que además puede denominarse legalmente ibérico, de acuerdo con una normativa.
Frente a los deseos de los más puristas, parece demasiado tarde para cortar una actividad donde hay tantos intereses de grandes y pequeños grupos industriales con elevadas inversiones. Pero lo que sí se puede y debe hacer, una exigencia urgente, es que funcionen correctamente las entidades certificadoras privadas que han sido un completo fracaso, por no decir otras cosas, y mejor si ese control fuera público. No han funcionado los controles necesarios, desde la producción, raza, alimentación, periodos de curación etc., hasta y sobre todo, la vigilancia en los etiquetados y las campañas de ofertas de la gran distribución donde todo ha valido. Pueden convivir varios tipos de ibérico en un mismo mercado, desde el de la dehesa al de cebo. Pero, el consumidor debe tener la posibilidad de comprar un producto caro o barato, con unos costes de producción no comparables, sabiendo lo que adquiere y que se trata de productos diferentes. De lo contrario, no acabaremos cerrando granjas intensivas, pero sí la dehesa.
Hay 5 Comentarios
Así que viene un extranjero y no le queda más remedio que contratar a un guía, para no perderse, y lo más importante: para no ser robado.
Iberian cured ham assistant shopper?
¿Qué pasa con el "black hoof"?
Parece sencillo pero no lo es.
A grosso modo se trata de un jamón ibérico de bellota frente al jamón de raza ibérica. Y entrambos, todos aquellos que con unos cuantos paseos y bellotas, promocionan sus ventas. Un error me parece el categorizar el "porcentaje de pureza de raza que tenga el animal, si son 100% puros, con un 75% de pureza o el un 50%". Esto raya en la idotez o en las ganas de trincar
Publicado por: Belén Mtnez. Oliete | 09/12/2012 19:12:40
°►►►►►Quieres Saber Como Hacen Los FAMOSOS Para BAJAR DE PESO??? ¡¡Se focalizan en su HIGADO!!! Mira El Video: http://su.pr/1xuU15
Publicado por: ★★BLOG LAS MEJORES FORMAS DE ADELGAZAR★★ | 07/12/2012 17:36:14
No si al final se van cargar el producto. !!
Publicado por: Juan Perez | 07/12/2012 11:47:19
Actualmente cada grupo de presión (Comunidades Autónomas incluidas) defiende como "Ibérico" aquello que produce, sin importarle nada más. En muchos casos, con argumentos insostenibles y ocultando la verdad.
Para unos pocos, Ibérico = Raza 100%Ibérico + Dehesa (en extensivo).
Para otros muchos, Ibérico = Cruzado (50%Ibérico x 50%Duroc) + nave o corral (en intensivo)
Dos producciones tan diferentes, no caben dentro de la misma Norma de Calidad. Y menos con el mismo nombre de “ibérico”.
El consumidor no sabe las diferencias, y no paga por más por la más costosa (bellota). El sector industrial (por mayoría) "no quiere" clarificar nada. El ganadero tradicional paga las consecuencias: "cerdo de bellota a precio de cebo". Un desastre para la Dehesa.
Publicado por: Bartolomé Moreno Toril | 07/12/2012 2:44:47
¿El número de "jotas" indica el tiempo de bodega?...
Publicado por: arturo | 06/12/2012 21:51:31