Renta agraria, agujeros negros, salidas blancas

Por: | 21 de diciembre de 2012

Los primeros datos sobre el comportamiento de la renta agraria del año suelen llegar como una avanzadilla de Navidad. Y, según las cifras elaboradas por Agricultura, ha sido un año más bien gris. Se cuenta que la renta agraria subió el 1,1% hasta los 22.442 millones de euros y que sigue bajando el número de Unidades de Trabajo Año, UTAS (el trabajo realizado por una persona a tiempo completo en un año), que han pasado, en la última década, de 1,1 millones a 881.000, aunque en realidad deberíamos hablar solamente de unos 300.000 agricultores frente  las más de 900.000 personas físicas o jurídicas que reciben ayudas de la Política Agrícola Común

Sin entrar en porcentajes de subidas o bajadas, en líneas generales podíamos hablar de cómo les han ido las cosas en este periodo a los sectores más importantes. A los cerealistas se les hundió la cosecha, sobre todo en la mitad sur y parte del centro, caídas que se vieron compensadas por unos precios muy elevados para trigo, cebada y maíz.  A los viticultores, el mal año en la producción se compensó también con subidas del precio de la uva, al igual que sucedió a los agricultores de algodón, girasol o patata. El aceite no levantó cabeza hasta agosto, lo que también puede compensar la caída esperada de la producción.

En el caso de los productos ganaderos, les han ido bien, vía precios, a casi todos, productores de porcino, de vacuno, de pollos y muy bien a los de huevos al reducirse la producción por la aplicación de las normas sobre bienestar animal. Mal le ha ido, como ya es casi algo tradicional, a los ganaderos de ovino y de caprino que se hallan en caída libre, sin que nadie ponga una solución en la mesa y mal a los  ganaderos de leche de vaca por la estabilidad de precios, mientras subían la materias primas.

De todos los datos que se manejan sobre la realidad del sector agrario en 2011, hay cinco que merecen una especial consideración y que reflejarían cuáles serían las tripas del campo.

Primera, esos 22.442 millones son una cifra inferior a la renta que tenía el sector agrario hace una década, casi 24.000 millones, y lejos de los  más de los 26.323 millones de 2003.Vamos para atrás.

La renta supone una cifra igual a la media del endeudamiento agrario de los últimos meses, que se halla entre los entre los 22.000 y los 23.000 millones de euros, lo cual no es no es un dato muy negativo. Sí lo es la fuerte subida del porcentaje de morosos.

Tercero, en ese volumen de renta agraria, las subvenciones suponen una tercera parte de la misma.

Cuarto, el valor de la Producción Final Agraria fue de 42.564 millones en 2011, la cifra más alta jamás  lograda por el sector, pero que no acaba de despegar del entorno de los 40.000  millones en los que se ha estabilizado el sector agrario en la última década.

Quinto, los gastos en medios de producción de todo el sector agrario ascendieren en 2011 a casi 21.000 millones de euros, lo que supone la mitad del valor obtenido con la actividad agraria. Es igualmente la cifra más alta pagada por el sector para producir, mientras hace solamente hace cinco o seis años los gastos en medios de producción suponían solamente entre un 30% y un 40% del valor de esa producción final agraria.

A la vista de esos datos, se podrían ver tambien algunas vías sobre por dónde debería ir el futuro. Una, de entrada, que en contra de la retórica, tenemos un sector agrario realmente eficiente en materia de producción en la mayor parte de los sectores, a pesar de las limitaciones que tiene respecto a otros países del entorno por factores climatológicos o del suelo. En esa situación, aumentar el valor de la producción  agraria es uno de los retos, y ello debería venir principalmente por la mejora de los mecanismos de regulación de los mercados y una mayor concentración de la oferta para defender mejor sus intereses. Dos, frente a unos costes de producción cada vez más elevados, piensos, abonos, semillas, gasóleo, energía, maquinaria, es indispensable, aparte de un mayor control de los precios de los mismos frente a los monopolios,  conseguir una mayor eficiencia en su uso ofreciendo una mayor información para el agricultor o ganadero.

Lejos de los grandes programas sobre la política agraria y, a la vista de esos datos, hay una política agraria que se puede desarrollar con voluntad y sin grandes inversiones: ordenar la oferta en el campo y lograr un  recorte en los gastos de producción. Es lo de siempre. Sobre el papel, Agricultura está en ello con dos leyes en marcha, integración cooperativa, organizaciones de productores y equilibrio en la cadena alimentaria. Falta que Isabel García Tejerina, la secretaria general de Agricultura, de un paso más y defina el modelo que tiene en la cabeza para la transferencia de información, tecnología  y servicios a pie de agricultores y ganaderos para producir mejor y más barato, promoviendo y mejorando estructuras adaptadas hoy a nuevaas tecnologías, pero que nunca debieron desaparecer en el medio rural.

 

Hay 5 Comentarios

Saludos Vidal, un placer leerte, por lo que dices existe un montón de propietarios que no son agricultores, vamos que solo les interesa la renta, lo que es normal. ¿No te parece que sería conveniente para todos implicarles de alguna manera en la problemática del sector?


las que ofrecen servicios pegados al campo y con las que el sector podría ahorrar muchos gastos inutiles en medios de producción que es donde está el caballo de batalla en las rentas agrarias, abonar mejor y lo justo, usar la semilla adecuada en cada zona y momento,tener la maquinaria justa, compran vender mejor desde la integración.....

si somos 300000, y de estos algunos recibimos una minimis de lo que deberiamos, porque el resto se lo lleva momio, cuando apoyar a los 300000 seria lo correcto, en vez de que las pasen canutas por los vaivenes que existen.

¿que estructuras nunca debieron desaparecer en el medio rural?
gracias

Recomiendo que leais en el blog, REVOLUCION FINANCIERA.http://fraesma.blogspot.com

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Trigo Limpio

Sobre el blog

Hablaremos de la política agraria, de los políticos que la ejecutan, de los agricultores y ganaderos que la sufren o disfrutan, de la agricultura y la ganadería, de la agroindustria, el consumo y del mundo rural

Sobre el autor

Vidal Maté

Vidal Maté. Soy periodista y pequeño agricultor. Nací y viví pegado al campo y al mundo rural. Aprendí de agroindustria y la distribución para seguir el calvario (ahora se llama cadena alimentaria) que siguen los productos agrarios hasta el consumidor. Dicen que soy un histórico - he visto pasar a todos los ministros - y un tipo crítico. Nunca me he casado con nadie. Defiendo un futuro para el mundo rural. Soy trigo limpio.

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