El ministro de Agricultura entregará mañana lunes los premios a los mejores aceites de oliva de España como un acto más para potenciar la mejora de su calidad, con el virgen extra como la categoría de referencia.
Históricamente, el sector del aceite de oliva ha funcionado con una serie de denominaciones prácticamente inamovibles que se han concretado en aceite de oliva, aceite virgen y virgen extra bajo los adjetivos de suaves o intensos. En su día se prohibió la denominación de aceite puro para el aceite de más baja calidad, lo que era un engaño al consumidor y, en la actualidad ha ganado peso el aceite bajo la calificación de ecológico y el añadido de adjetivos como amargos, dulces, verdes o maduros. Sin embargo, en todo momento el grueso del sector defendió la necesidad de mantener la venta de aceite de oliva solo como tal, como un patrimonio, con la prohibición de su mezcla con aceites de semillas, algo permitido en la Unión Europea, pero prohibido en España donde una empresa puede fabricarlo, pero no venderlo.
Hace unos años, una empresa española, el grupo Borges, con un fuerte peso en los mercados exteriores, se atrevió a desafiar la normativa con la comercialización de aceite de oliva mezclado con semillas, debidamente identificado en la etiqueta, y la Administración se ocupó automáticamente, sin debate, de retirarlo de los lineales de la gran distribución
Ha pasado un tiempo desde entonces. El sector del aceite de oliva sigue operando en los mercados con sus clasificaciones de siempre. Sin embargo, algo se está moviendo en el sector industrial a la vista de la evolución y las estrategias que se han producido en la comercialización de otros tipos de aceite con menos virtudes alimentarias o saludables que el aceite de oliva, cuyas bondades se nos meten hasta en la sopa, e incluso, ante la existencia de unos mercados en todo el mundo donde el aceite de oliva se comercializa con diferentes componentes en función de las demandas de cada segmento de consumidores.
Es probable que, para una parte muy importante del sector olivarero más tradicional, hablar a estas alturas sobre la posibilidad de comercializar diferentes tipos de aceite de oliva mezclados con otros productos o aceites, suene a una herejía. Sin embargo, hay otra parte del sector en esa misma industria donde se considera que, junto a la venta de aceite de oliva, virgen o virgen extra, junto a las clasificaciones de siempre, se pueden comercializar perfectamente aceites de oliva con diferentes mezclas, sin deteriorar la imagen del producto. Desde estas posicione se estima que, no utilizar todo ese mercado potencial de nuevos compradores, supone perder terreno sobre otro tipo de aceites y de grasas y que ello podría contribuir a vender más aceite de oliva. Esta posición es defendida de siempre desde el grupo Borges y actualmente se haya bajo el punto de mira de la española Deoleo, líder mundial en el sector.
Se trata de un asunto delicado, un tema para el debate, una posibilidad que, de entrada, no se puede obviar. Lo importante es que, cuando un consumidor adquiera un determinado producto mezclado, sepa cual es su composición real y que ello no contribuyera a deteriorar la imagen del aceite de oliva como un producto saludable y alimentario, con múltiples efectos beneficiosos para la salud.
El debate está ahí. Sólo o con leche...
Hay 2 Comentarios
Por que no se va a hacer??? si está claramente especificado en la etiqueta y pasa los controles pertinentes cual es el problema?? quedaría claramente definido el producto y no se perdería un mercado jugoso
Publicado por: Electrica | 10/07/2013 13:41:06
Estimado Sr. Maté:
Soy olivarero y almazarero sólo de mis aceitunas y vendo a granel fundamentalmente vírgenes decentes y muy poco extra y muy poco lampante. Con esta definición creo que se me clasificaría como un clásico del sector.
Con un lampante decente se hace un virgen estupendo. Del extra no hablo porque es un lujo. Un buen virgen es lo más parecido a un buen jamón de bellota. Todos los días no se puede comer jamón de alta gama. Lo mismo que el aceite.
La clasificación de los aceites deberían ser muy claro y a los refinados se les debería llamar rectificados. De esta forma no se engaña al consumidor. Confunde, una persona refinada no es una persona rectificada.
Las otras dos clasificaciones, virgen y virgen extra, me parecen perfectas, pero con una salvedad: Para ser extra, no lo decidiera el industrial, sino un panel de cata oficial y control exhaustivo por parte de la Agencia para el Aceite de Oliva. o por el Patrimonio Comunal Olivarero o por la Interprofesional. Por el propio sector, no por el Ministerio, que ya sabemos como lo hacen. Tarde y mal. Un saludo
Publicado por: Enrique | 09/07/2013 11:51:02