Dicen los viejos que este País necesita libertad de
expresión.
Dicen los viejos que este País
necesita valentía, democracia.
Dicen los viejos que este País necesita trabajo.
Pero lo que también necesita
es ver.
Hay un problema de fondo en nuestra sociedad: estamos ciegos. No vemos.
Nos atenaza cierta culpa, de raigambre cultural y grises orígenes, que nos hace mirar pero nos impide ver nada. Nos maniata la autoridad, las jerarquías, el gobierno, sus políticas antisociales y una realidad que se presupone real. Nos torturamos diariamente obedeciendo por un supuesto bien superior. En el día a día, pagamos por la corrupción y el robo que dejamos hacer. Cobramos por el trabajo nuestro y por un trozo de la vida de alguien mucho más allá. Movemos la plusvalía, el beneficio de unos pocos. Estamos ciegos, y aún damos gracias por ello.
En este blog hemos dedicado nuestro tiempo a escribir por puro compromiso, por decir lo que no se dice en medios de comunicación como este. Nuestro horizonte: el cambio social. Por el camino, para aprender a caminar pero sin heroicidades, intentos de crítica cruda. Todo ello en la forma de trabajo no asalariado, es decir: sin salario. Nada más lejos.
¿Y ahora qué? Ahora el límite ha estallado. No podemos dejar de lado lo que escribimos, porque en ello va nuestro compromiso y coherencia. Permitir que se veten nuestras palabras y seguir como si nada es como saber la verdad y actuar como si no se supiera. Ryszard Kapuściński dijo que “los cínicos no sirven para este oficio”, y es extensible a muchas esferas de la realidad práctica.
Este País no es una asamblea de trabajadores, es una mesa de propietarios y políticos apuntados al festín. No se puede hablar de periodismo con un empresario, así como es inútil dirigirte en términos democráticos a un muro. Aquí hemos sido un ejemplo más de lo que muchss periodistas han sido y son en este País, un repetidor de nuestro periodismo, de nuestra generación y de muchas otras, de nuestra “democracia” que ejerce sistemáticamente el terrorismo de Estado. Trabajadoras gratis formadas en el sistema antes de entrar en el desguace. En este País no se cobra y todo se vende, pero somos democráticos y una sociedad sin fisuras. Y así nos va Democracia. Así nos va Sociedad.
Andamos en precario, hacia el populismo, el camino único: la frustración de las expectativas y los futuros. La bolsa de parados es una montaña que ciega la vista del entorno: si me salvo de lo precario, sobrevivo. Gano, aunque ellos siempre ganen más. Ellos siempre ganan más con la reproducción que hacemos de un sistema en el que poco o nada podemos aportar, en el que casi nada decidimos, con el que se frustran las intenciones de muchas de intervenir en la vida política y social.
Nos tapan la vista, y nosotros
cerramos los ojos. ¿Dónde miras cuando se cansa la vista?
Este País somos ahora también nosotros, aunque nos moleste. Pero vamos abriendo
los ojos. Queremos ver.
¿A dónde miras cuando se cansa la vista?
Afuera.
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