La carga no anunciada es cualquier carga policial. Podría haber pasado en Barcelona. Podría haber pasado en Valencia. Pero pasó en Madrid. Las cargas de estos días han sido, como todas las cargas, sanguinarias, bélicas y abominables. Nada que ver con la intención del Ayto. de Madrid al colocar a la caballería de Selur (Servicio de Limpieza Urgente) a la cola de la manifestación en apoyo a los mineros de la mañana del 11J, tratando de transmitir un: aquí no está pasando nada, no se preocupen, sigan tomando su Starbucks Coffee, que ningún panfleto les amargará el café en el Paseo de la Castellana. La sangre de tres cabezas abiertas, las bolas de goma que alcanzaban a niñas y mujeres mayores y el miedo generalizado en que acabó esa mañana, dejaron claro que ni todo un concesionario de Selur puede limpiar la suciedad que provocan los Perros.
11J. Nueve y pico de la noche. Un grupo de unas 500 personas seguía en la Puerta del Sol, en apoyo a los mineros y contra los nuevos recortes anunciados un día antes por Rajoy. Quizás eran más pero, en cualquier caso, eran muchas menos que las que consumían en masa en la calle Preciados. Los convocantes hablaban por megáfono, las turistas se hacían fotos con el azul de las lecheras detrás.
En cuestión de minutos, la plaza se vació. Las turistas corrían y las familias agarraban a sus hijos llorando mientras la policía avanzaba en formación pegando indiscriminadamente, incluso a un barrendero que hacía su trabajo. En Preciados, varios contenedores empezaron a arder. El escenario dantesco se trasladó hasta Callao, donde un grupo de skaters fueron confundidos con manifestantes y, por tanto, reprimidos a golpes por estar esperando en grupo para entrar al cine. Irremediablemente, masas de gente corrieron de un lado a otro desorientadas y sin saber qué pasaba ante cada escopetazo. Pum! Las pelotas de goma alcanzaban a quien estuviera en su camino. Pum! ¿Cómo recuperará Madrid todo el turismo que perdió en sólo una hora? Pum! Tácticas de guerra a lo Sun Tzu. Trrrrr, trrrrr: suena el garrote de uno de los Perros deslizándose de arriba abajo en el interior del escudo de plástico mientras grita: ¡¡escudo!!, y los que tiene alrededor se ponen a su lado, formando un círculo de escudos, moviéndose en grupo, protegiéndose de sus fantasmas.
- Ese hijo de puta, a ese hijo de puta –señala uno a un chico– hay que abrirle la cabeza.
La noche se saldó con nueve detenidos. Al menos nueve fueron las personas detenidas también dos días después. Dieciocho cabezas de turco con las que justificar los abusos de poder.
13J. Calle Génova. A las ocho de la tarde ya había unas mil personas. La sede del Partido Popular de Madrid estaba cercada por policías que decidían quién hacía uso de la acera pública y quién no. A la pregunta de bajo qué criterios denegaban seguir con su trayecto a unas personas y no a otras, respondían: “esto es así, si no le gusta, ponga una denuncia”. Ante la insistencia, amenazaban: “deme su identificación”.
La manifestación se dirigió a la calle Ferraz, sede del PSOE. En algún momento del camino, durante el que se iban sumando más manifestantes, Cristina Cifuentes apareció en escena. Iba comiéndose un helado, muy urban casual, como quien se pasa por su negocio para ver si todo marcha según lo previsto, si el dispositivo policial es “suficiente y adecuado” como había dicho ante la llegada de los mineros.
Cuando la manifestación estaba a punto de irse hacia otro lado debido al blindaje de las calles, empezaron las cargas. Cabe decir que eran los bomberos (“Bomberos Quemados”) quienes se ponían en primera fila. Defendiendo la dignidad de un gremio frente a la vergüenza de otro.
Las cargas fueron igual de crudas que las de un día antes. Las personas corrían, se escondían en portales cercanos, huían de los agentes. ¡Fuera, hijos de puta!, decían los Perros a quienes se apartaban en las paredes. Quienes se quedaban, recibían. Quienes corrían, podían ser alcanzadas. La imagen de una funcionaria de cincuenta y ocho años cuyo brazo está siendo agarrado por tres agentes está hirviendo en las redes sociales. La detuvieron por el grave delito de que el pico de su pancarta diera en la boca a un antidisturbios.
La actuación policial se recrudece con los días y se regocija en la impunidad. Las identificaciones, detenciones, cargas y denuncias no responden a una llamada a la “seguridad ciudadana”. Es inútil exigir legalidad a la actuación de los antidisturbios. Las identificaciones son amenazas; las detenciones, avisos para las demás manifestantes. Las denuncias a las manifestantes, justificaciones de las cargas y las cargas, la forma de provocar terror. Son acciones que responden a decisiones previas basadas en prejuicios de los responsables políticos y policiales. Se han convertido en herramientas rutinarias para aterrorizar, disolver e instaurar la noche en las calles vacías. De la semilla de la frustración, la rabia y la impotencia; y en la búsqueda de caminos de protesta que no terminen saqueados, nace el sentimiento de que, antes de que nos ataquen, necesitamos defendernos.
Fotos: Marc Delcan
Hay 6 Comentarios
No caigamos en el error de buscar culpables, el verdadero error radica en pensar que el otro existe, de esta forma se alimenta su proyección y su posición se reafirma.
Publicado por: Pablo | 04/07/2015 17:44:58
Los cuerpos represivos son propios de todos los gobiernos del mundo. Y sirven para lo dicho muy bien en este post, y para que luego todos los politicos presuman de lo que corrieron delante de ellos antes de encaramarse al poder. Cosa que nunca es cierta y por eso se preocupan mucho de mantener siempre operativos estos cuerpos de seguridad. Que en realidad podrían ser sustituidos muy pronto por perros de presa mucho mas económicos ó robocops de esos, que de lo que se trata es de apalear sin pensar.
Publicado por: carlos | 16/07/2012 10:03:38
Esto cada vez se parece más a una dictadura... Nos dejan poquitas opciones!
Publicado por: Carlos | 16/07/2012 1:00:36
Esto cada vez se parece más a una dictadura... Nos dejan poquitas opciones!
Publicado por: Carlos | 16/07/2012 1:00:29
En este país hay más malnacidos, que donde los hacen. Quien tenga talento, que emigre y el que no pueda, que siga conviviendo con la chusma.
Publicado por: Javier | 15/07/2012 13:17:31
Por favor no insulte a los perros que so bastante mejores que esos indeseables. Por otra parte una visión objetiva de lo sucedido, gracias por tener el valor de hacerlo publicamente en un medio de comunicación.
Publicado por: xarazu | 15/07/2012 11:25:52