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Tú ibas de azul

Sobre el blog

Un espacio a pie de calle, desde los bordes de la sociedad valenciana. Este pretende ser un lugar colectivo, un altavoz de lo cotidiano, que también es político, pues la política no solo son las siglas y lo institucionalizado. Una encrucijada flexible donde todo pasa y todo queda, donde se intenta dar luz a las sombras de los muros que se han construido.

Sobre los autores

Mayka de Castro Rodríguez, Marc Delcan Albors y Jorge Ramos Tolosa

Los autores son jóvenes de una "generación perdida", estudiantes, trabajadores, activistas. Mayka de Castro Rodríguez (1988) es licenciada en Periodismo. Marc Delcan Albors (1986) aprende Periodismo e Historia. Jorge Ramos Tolosa (1986) es investigador de Historia Contemporánea en la Universitat de València. Los tres son de esta ciudad.

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Las afueras

Por: | 16 de octubre de 2012

 

Dicen los viejos que este País necesita libertad de expresión.
Dicen los viejos que este País necesita valentía, democracia.
Dicen los viejos que este País necesita trabajo.
Pero lo que también necesita 
es ver.

 

Hay un problema de fondo en nuestra sociedad: estamos ciegos. No vemos. 

    Nos atenaza cierta culpa, de raigambre cultural y grises orígenes, que nos hace mirar pero nos impide ver nada. Nos maniata la autoridad, las jerarquías, el gobierno, sus políticas antisociales y una realidad que se presupone real. Nos torturamos diariamente obedeciendo por un supuesto bien superior. En el día a día, pagamos por la corrupción y el robo que dejamos hacer. Cobramos por el trabajo nuestro y por un trozo de la vida de alguien mucho más allá. Movemos la plusvalía, el beneficio de unos pocos. Estamos ciegos, y aún damos gracias por ello.

    En este blog hemos dedicado nuestro tiempo a escribir por puro compromiso, por decir lo que no se dice en medios de comunicación como este. Nuestro horizonte: el cambio social. Por el camino, para aprender a caminar pero sin heroicidades, intentos de crítica cruda. Todo ello en la forma de trabajo no asalariado, es decir: sin salario. Nada más lejos. 

    ¿Y ahora qué? Ahora el límite ha estallado. No podemos dejar de lado lo que escribimos, porque en ello va nuestro compromiso y coherencia. Permitir que se veten nuestras palabras y seguir como si nada es como saber la verdad y actuar como si no se supiera. Ryszard Kapuściński dijo que “los cínicos no sirven para este oficio”, y es extensible a muchas esferas de la realidad práctica.

    Este País no es una asamblea de trabajadores, es una mesa de propietarios y políticos apuntados al festín. No se puede hablar de periodismo con un empresario, así como es inútil dirigirte en términos democráticos a un muro. Aquí hemos sido un ejemplo más de lo que muchss periodistas han sido y son en este País, un repetidor de nuestro periodismo, de nuestra generación y de muchas otras, de nuestra “democracia” que ejerce sistemáticamente el terrorismo de Estado. Trabajadoras gratis formadas en el sistema antes de entrar en el desguace. En este País no se cobra y todo se vende, pero somos democráticos y una sociedad sin fisuras. Y así nos va Democracia. Así nos va Sociedad. 

    Andamos en precario, hacia el populismo, el camino único: la frustración de las expectativas y los futuros. La bolsa de parados es una montaña que ciega la vista del entorno: si me salvo de lo precario, sobrevivo. Gano, aunque ellos siempre ganen más. Ellos siempre ganan más con la reproducción que hacemos de un sistema en el que poco o nada podemos aportar, en el que casi nada decidimos, con el que se frustran las intenciones de muchas de intervenir en la vida política y social.

    Nos tapan la vista, y nosotros cerramos los ojos. ¿Dónde miras cuando se cansa la vista?

    Este País somos ahora también nosotros, aunque nos moleste. Pero vamos abriendo los ojos. Queremos ver.

    ¿A dónde miras cuando se cansa la vista?

    Afuera.

 

 

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Música y acción desde habitaciones propias

Por: | 07 de octubre de 2012

 

Hay algo aparte del lenguaje grandilocuente, vacío y tradicional de la oda politiquera y complaciente a la que estamos acostumbrados en las celebraciones de la identidad valenciana. A través de la música, se han dado en nuestra tradición reciente, procesos de reinterpretación de lo que significa “ser valenciana”. Música que no es per a ofrenar noves glòries a Espanya, canciones que no son préstamos de los 40 principales para bailar con el traje de fallera; sino emociones que nacen de un espacio propio. Aspencat y La Raíz, conjuntos de reciente éxito son un ejemplo de ello. Siguen la estela de grupos como La Gossa Sorda, Obrint Pas, comparten generación con Rapsodes Orxata Sound System.

     Nacen de un caldo de cultivo privilegiado. Aspencat y La Raíz emergen rompiendo el estereotipo de la cultura institucional valenciana habitualmente escorada hacia la tradición, el catolicismo y los símbolos de lo que antaño se denominó blaverismo y hoy muchas instituciones consideran la (única) cultura valenciana.

    Si hablamos de Aspencat, un grupo de la Marina Alta nacido en 2005, veremos cómo se ha consolidado como uno de los referentes valencianos de la música fusión, reggae y electrónica con el premio Ovidi Montllor 2012 al mejor disco de electrónica y hip hop con “Inèdit”. El componente valenciano está por todos lados, pero también los referentes globales. Es una reinterpretación clara de lo que puede significar ser joven y vivir en este territorio.

  

    De un conjunto confirmado a uno en ascenso, La Raíz. Creado hace diez años como un grupo latino, han mantenido su base pero han añadido a su música mucho Rock y Reggae como denota su último trabajo “El lado de los rebeldes”. Hace dos años tocaban ante quinientas personas y este año han llenado plazas y párquines de asfalto con su música. Con base en la Safor, el grupo cuenta con integrantes de orígenes diversos Colombia y Mozambique, además de valencianos.

  

     La producción en ambos es exquisita. En el caso de Aspencat, autoeditada desde el principio, y descargable en internet. Demostrando que sí se puede, que se puede triunfar desde las descargas y la cultura compartida. Porque, como defendió Virginia Woolf en referencia a la mujer escritora de su tiempo, para hacer algo bueno hace falta una habitación propia: independencia y libertad. Aspencat quiere reivindicar la herencia al lado de los cantautores del pasado inmediato, La Raíz quiere romperla del Lado de los rebeldes. Ambos grupos valencianos, con muchos otros a su lado, abren un espacio de expresión que siempre ha existido pero que suele ignorarse y despreciarse por parte de las instituciones. Son otra voz del país que no pudo ser. Hace ya tiempo que el sol brilla más de la cuenta, canta La Raíz. Ahora el compromiso musical y político de ambas formaciones se actualiza recogiendo los referentes de una política activa, que tenga en cuenta la diversidad, la integración y rechace los enchufismos y las imposiciones institucionales que castran la cultura local.

    De vez en cuando se puede echar el cerrojo, y crear cultura desde habitaciones propias. 

 

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