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El chino, el paki y el kebab

Por: | 15 de septiembre de 2012

Euskokebab

 

El chino, el paquistaní y el kebab son establecimientos presentes en nuestro día a día urbano. Para algunos serían un ejemplo de la “invasión de los inmigrantes”, del diferente amenazante, siguiendo la idea del supuesto choque de civilizaciones representada en medios de comunicación hegemónicos (como este mismo) en las informaciones referentes a las más recientes protestas en el mundo arabo-islámico. En realidad, el chino, el paquistaní y el kebab (y su consumo frecuente) evidencian la falsedad de esta idea “naturalizada” de que estamos en constante conflicto cultural. Lo que ocurre en el día a día es una lucha mucho más económica que cultural. Comemos economía. Comemos kebab. Y paqui. Y chino.

    Vamos a hablar de dos grandes batallas: un choque (de civilizaciones) mediático y una lucha latente (de clases). El choque de civilizaciones fue ideado por Samuel Huntington, ideólogo de los EE.UU. más recientes y más racistas. Estos días han agitado una vez más el fantasma de este supuesto choque, que en el fondo no es más que islamofobia y una manera de intentar abrir abismos, generar odios y separar a los grupos humanos. La teoría de Huntington aspira a justificar las invasiones y el terrorismo de Estado encarnado en monstruos vestidos de militar. La lucha de clases viene, por lo menos, de los libros de Friederich Engels y Karl Marx, donde este conflicto se convertía en el motor de la historia hacia el comunismo. Esta lucha señalaría el enfrentamiento determinado por la economía entre dos grupos (o clases) antagónicos en sus intereses y en su forma de vida.

    El primero, una gran cortina de humo, intenta esconder la segunda.

   Parece que, según algunos, estamos entrando en una etapa de profundización de ambas líneas de separación. Por una parte, el mito del choque religioso y cultural entre la civilización occidental, portadora de la modernidad, y el resto, estandarte de la barbarie. Un discurso artificial materializado en el odio al diferente. Por la otra, la realidad de la pobreza creciente, la conversión de la sociedad en general en asalariado precario y el desclasamiento de mucha clase media hacia el empobrecimiento.

    El problema es que precisamente eso -lo que nos cuentan grandes ideólogos, comentaristas y políticos- entra en conflicto con la contraparte que vemos cotidianamente en las calles de nuestros barrios. Y ahí está lo interesante. Por ejemplo, en que el consumo más barato se ha generalizado y mantenido en España en gran medida gracias a los establecimientos -más o menos nuevos- de migrantes y a su fuerza de trabajo frecuentemente explotada.

    El chino, el paquistaní y el kebab han ampliado y complejizado la oferta. Al igual que lo ha hecho el aumento de ventas de las marcas blancas, imparables en medio de la contracción económica. Los bares están cada vez más regentados por personas de origen chino, antes lo fueron los ultramarinos, las tiendas de todo a un euro y los restaurantes. El paquistaní ha sustituido muchas de las fruterías de barrio e incorpora la integración de diversas fases del sector productivo (logística y venta, incluso muchas veces la propia recogida). El kebab se ha instaurado como una oferta muy barata para la comida fuera de casa y para llevar. Estos y otros tipos de establecimientos (las carnicerías musulmanas, los colmados latinos o rusos) han modificado el paisaje del pequeño comercio de nuestro entorno. Pero viven y trabajan a nuestro lado y muchas veces fingimos no saber que su jornada laboral es interminable e incluye festivos, que con frecuencia cobran menos que el salario mínimo o que a veces viven en pisos muy pequeños y abarrotados; y que son, en definitiva, uno de los colectivos que está más en peligro frente a los vaivenes económicos.

    El problema es que se incide en la diferencia cultural y religiosa más que en la económica, porque son los intereses de los pudientes los que son representados. Constantemente se nos señala la línea abismal de separación con los otros pueblos, culturas y religiones pero no se hace tanto con lo económico. ¿Por qué tenemos más en común con un embajador occidental que con un chino, un paki o un vendedor del zoco? La convivencia cotidiana en nuestros barrios triunfa sobre supuestos choques con el Otro migrante.

    ¿Por qué el peligroso es el migrante que no viene de un país rico y no el ladrón occidental de guante blanco? ¿Por qué es peor y más diferente el paki que Botín? Se intenta invisibilizar la lucha de clases, la creciente desigualdad social, pero se incide constantemente en el choque cultural. Está claro: es una cosmovisión que no entra en conflicto con los intereses de los poderosos e interesa difundirla, aunque impulse la violencia en todos sus sentidos.

 

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Russafa, te has dejado encendido el iPod

Por: | 06 de septiembre de 2012

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En Russafa, dicen, está la moda. Han abierto muchos bares que celebraron los medios de comunicación, en contra de la opinión de los hosteleros de la zona. Los comerciantes temen saturar la oferta, las asociaciones ciudadanas y de migrantes temen que el barrio se gentrifique y pierda su tejido cívico. Esta parte del Eixample valenciano ha sido durante los últimos años un lugar caracterizado por la lucha vecinal, la demanda de servicios públicos –como el colegio en la calle Puerto Rico– y la integración –por ejemplo, aquí o aquí–.

    La gentrificación es, hoy en día, uno de los peligros a los que se enfrentan barrios populares que, por la proximidad al centro, el ambiente o los precios bajos temen perder su entramado social y comercial más modesto en favor de negocios y clases más pudientes. Ahora Ruzafa es cool y eso nos señala cierta amenaza. La moda es un disfraz. Y cuando la ciudad-mercancía empieza a entrar en juego, las alarmas deben empezar a sonar.

    Esta transformación se impulsó por la declaración de otros lugares de ocio nocturno como Zonas Acústica Saturada (ZAS); así como por la ya típica –y tristemente famosa– política del Ayuntamiento de Valencia de dejar caer los elementos históricos no turísticos favoreciendo la promoción y la nueva construcción (como en el barrio del Carmen o a la hora de dejar fuera del Núcleo Histórico Protegido de Russafa la Av. Reino de Valencia para construir el nuevo tramo de la línea 2 del metro) o degradando los barrios deliberadamente (como ha hecho en el Cabanyal). La combinación de ambas actuaciones puede convertir la actual Russafa en un barrio gentrificado singular que combina inversión para destruir-construir con la falta de ella para intentar degradar el espacio urbano.

    En 2003, Miguel Domínguez (concejal de Seguridad Ciudadana) anunciaba que preparaban “una especie de Plan Riva (Rehabilitación Integral de Valencia) como el que ya se desarrolló en el centro histórico para favorecer la rehabilitación de edificios antiguos y la construcción en espacios ahora libres”. Para ello se aplicó con saña la policía, y en los últimos años vienen siendo comunes las redadas indiscriminadas contra los inmigrantes para “limpiar” el barrio, quizá de forma similar a la que narra la película Grupo 7 en la Sevilla previa a la Expo del 92.

    Este proceso de gentrificación a la fuerza (del dinero y de la represión) se está dando en muchas ciudades del mundo. Responde a la colonización de lo multicultural y marginal para el mercado. Un movimiento que tiene su correlato en la literatura o la música, que hace héroes comerciales a chicos malos y sucios, pero listos. Lo marginal pasa así a convertirse en un movimiento creativo cuyos protagonistas ya han recibido el nombre de “Young Urban Kreative International”. “Yukis”: jóvenes supuestamente alternativos interesados en las artes, la moda y el diseño, que convierten un barrio en la zona de moda, en “lo más moderno, oye”, con restaurantes vegano-macrobióticos, terrazas de diseño o graffitis a lo Banksy. También, en muchos casos, la tribu “gafapasta” impone sus criterios culturales, siempre en la cúspide de lo cool y de que si no tienes dinero para gastar, poca cultura puedes contemplar. La lista de la compra, por ejemplo, empieza consumiendo en los restaurantes vegano-daneses, siguiendo por los pinchos de autor y terminando con los muchos locales peluquería-librería-cafetería-pub-centro cultural. La revolución y lo “cultureta” se vende bien, pero que muy bien.

    Durante los años de transición hacia “un barrio más digno” –que en este caso quiere decir más caro y excluyente– conviven en calles paralelas mundos muy distintos. En Valencia corren peligro los barrios populares de El Cabanyal o Benimaclet. Igual que se dio en parte del Raval barcelonés y en zonas de Lavapiés. Pasó hace años en el SoHo o el Village neoyorquinos; como en la moderna Berlín en los barrios de Kreuzberg, Prenzlauerberg o los proyectos MediaSpree y Tempelhofer Freiheit (que supone recalificar millones de metros alrededor del aeropuerto en medio de la ciudad). También en otras orillas lejanas como en la barriada de San Telmo de Buenos Aires, en Shanghai y en un sinfín de episodios de la conquista de lo cool.

    De aquí emerge aún otro tema más: la autenticidad, la “marginalidad” que patenta esa marca de identidad venerada y vulnerada en el barrio ¿hasta cuándo se mantiene? ¿Qué queda en la sedimentación de una nueva cultura, más comercial, más mercantil, más pueril o excluyente? ¿Por qué no se intervino para “dignificar” el barrio antes? Parece que solo puede “dignificar” el mercado. No recordábamos que aquí de lo que se trata es de dejar de invertir intencionadamente desde el poder municipal para luego permitir el paso avasallador, pero moderno y progresivo, del capitalismo más cool.

    Tras todo este proceso, lo que queda es –por ejemplo– decidir si lo que anuncia esta nota del diario Las Provincias es relativismo o hipocresía: “¿Quieres ser solidario mientras te tomas una tapa y una copa en el barrio de Russafa? ¡Ahora ya puedes!”.

    Lo que queda es apagar el iPod. Lo que más vale de Russafa no se puede descagar en una aplicación.

 

 

Fotografía: Marc Delcan

 

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Machismo institucional(izado)

Por: | 30 de agosto de 2012

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Los comentarios machistas han ido, como era de esperar, reafirmándose en los discursos políticos más retrógrados desde que ya hace unos años el actual Ministro de Agricultura, Arias Cañete, afirmara que “el regadío hay que utilizarlo como a las mujeres, con mucho cuidado, que le pueden perder a uno”. Una escucha y piensa: ¿habrán visto estos señores Mad Men y se han creído que, en lugar de ser un reflejo del machismo de finales de los 50, se ha vuelto a poner de moda (¿o siempre lo ha sido?) eso de juntarse con los amigotes a beber whisky y hablar de trabajo mientras comentan cómo es el culo de las mujeres que les rodean? O eso, o creen que la igualdad es que Ana Botella frivolice sobre el aborto diciendo que es “triturar niños de siete meses” y luego publique un libro de cuentos donde vierte sus ideas sobre ello. Y todo ello sin vomitar.

    A medida que la protesta social se ha ido intensificando, los comentarios se han hecho más sofisticados. Ahora pretenden apropiarse de los conceptos que intentan contradecir. Así, según el Ministro de Justicia, el aborto es producto de la violencia estructural, esa que los estudios feministas definen como la perpetrada por el entramado social e institucional. Dan ganas de recitarle, en el mejor de los casos: Violencia estructural/ ERES TÚ.

       Y va a más. El juego de pervertir los conceptos les ha gustado. La retórica política se ha llenado de grandes novedades consistentes en que las palabras no defiendan aquello que prometen. La libertad es la privación del derecho a elegir sobre tu propio cuerpo; la autenticidad como mujer se basa en que cumplas tu determinación a ser madre y, ahora, la igualdad es segregar por razón de sexo. Entonces nos viene Wert(güenza), el ex respetable tertuliano de Intereconomía, con que el Tribunal Supremo se equivoca, y que la educación basada en el sexismo en realidad no discrimina. Menos mal que ellos eran los que siempre aceptaban las decisiones judiciales, "máxime" cuando provenían del Tribunal Supremo. O eso decían, por ejemplo, cuando el Supremo inhabilitó a Baltasar Garzón.

     El argumento principal con el que Wert y los colegios sexistas defienden esta postura es el siguiente: hay que adaptarse a los diferentes rumbos de aprendizaje de cada sexo, ya que entre hombres y mujeres existen diferencias cognitivas probadas por estudios científicos que diferencian ambos cerebros. Esto, según ellos, es la prueba de que a) las mujeres somos buenas con el macramé y b) los hombres tienen más capacidad para las matemáticas.

    Aparte de la politización que se hace de los textos científicos, cabe también cuestionar la presunta inocencia de dichos estudios. ¿Por qué la prioridad es probar científicamente que los cerebros de H y M son distintos y no lo es investigar sus semejanzas? ¿Por qué se parte de la hipótesis de que existen tales diferencias entre hombres y mujeres, si hay numerosos estudios que arguyen que los sexos son una creación cultural? Más claro aún: puedes intentar probar una teoría basada en valores positivos, o puedes partir de una hipótesis machista y discriminatoria forjada en una sociedad patriarcal. Los estudios que prueban la inferioridad del cerebro de las mujeres (sí, porque ya sabemos a dónde lleva eso de “se os da bien por naturaleza cuidar del hogar”) no son novedosos. Solo se limitan a defender con un nuevo discurso los estereotipos de género. Esto lo dicen feministas como la bióloga Anne Fausto Sterling y también revistas científicas de gran prestigio como Science, que en su artículo “La seudociencia de la escolarización por sexos”, concluye que los estudios sobre diferencias cerebrales entre sexos no justifican una educación por sexos, y su instrumentalización política lleva a solidificar los prejuicios existentes.

    Qué casualidad que antes de que se utilizaran estos estudios para justificar la educación sexista, la ley franquista ya obligara a los colegios –todos diferenciados– a que incluyeran, en el caso de las niñas, la materia de Hogar (porque si son buenas con el macramé, hay que potenciar su habilidad). Qué casualidad también que casi la totalidad de los 150 colegios sexistas de España estén vinculados a la Iglesia Católica, esa a la que le importa un pepino si es científico o no decir que “la escuela mixta promueve la promiscuidad y la igualdad”.

   ¿No será que la educación diferenciada intenta disfrazar con un discurso pseudocientífico prejuicios sociales y morales, al igual que en el gobierno existen jerarcas católicos disfrazados de Ministros que quieren seguir subvencionando la educación sexista? A lo mejor lo que a Wert (y a Gallardón, y a Cañete), y a los defensores de las escuelas sexistas les gustaría, es institucionalizar que “la mujer sea mujer” mientras que el hombre decide todo lo demás, tal y como dijo Aznar y defiende hoy (tanto como ayer) la Iglesia Católica. Que no lo llamen ciencia, ni igualdad ni libertad: llámenlo prejuicio, esencialismo, conservadurismo y utilización de las estructuras del Estado para conservar un sistema retrógrado y patriarcal. Llámenlo machismo institucionalizado.

 

Collage: Barbara Kruger

#llamenlomachismo #machismo

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Sacco y Vanzetti en la España del 2012

Por: | 23 de agosto de 2012

                                                                                                                                                        Sacco_vanzetti04

 

 

 

 

 

 

Dicen de Niccola Sacco y Bartolomeo Vanzetti que fueron los prisioneros políticos más famosos de los Estados Unidos. Y lo dijo Joan Baez en 1971 durante el estreno de la película que narró la historia de estos dos anarquistas italianos ajusticiados en Estados Unidos un 23 de agosto de 1927. Hoy hace 85 años de ello.

    ¿Qué nos queda? Conciencia, la verdad bien poca. La memoria pública, si no se escenifica y se recuerda, cae rápidamente en el saco de los silencios históricos. En cambio, durante los setenta se recordaba constantemente quiénes fueron estos dos hombres, incluso en esa España franquista en Transición. Se recordaba, por ejemplo, el miedo de los EE.UU. a un estallido similar al de la Revolución Soviética y la campaña de deportación para los inmigrantes estadounidenses asociados con actividades políticas radicales aprobada con la excusa de la emergencia nacional que suponía la Primera Guerra Mundial. Jugó un papel vital, como ejemplo y como excusa, la ciencia que antes había desarrollado Cesare Lombroso basándose en la medición y catalogación del cuerpo humano. Su criminología positiva relacionaba la delincuencia y la locura con las características físicas. Entre sus estudios destacan los que intentaban identificar al anarquista por su aspecto físico y endosarle enfermedades mentales y delitos. Una lotería, no mucho más peligrosa que la moderna Predpol, un algoritmo encargado de predecir los delitos.

    ¿Y en España? quizá la historia de italianos en Estados Unidos nos suene a la mafia, o al éxito del verano pasado “We no Speak Americano”, adaptando el “Tu vuo fa l'Americano” de Renato Carosone. Pero la verdad es que aquí no hemos dejado de lado la criminalización según el aspecto físico y las condenas políticas a activistas sociales, injusticias absolutas dentro del marco democrático. Por ejemplo, el caso de Laura Gómez (Secretaria de Organización de CGT-Barcelona) a la que tuvieron en prisión preventiva 23 días tras ser acusada de quemar una caja con billetes falsos frente a la bolsa de Barcelona, y ahora enfrenta una condena de hasta 36 años. O el procedimiento de las implicadas en la acción de Toma el metro en Madrid. Sobre estas últimas sentenció la Marquesa de Murillo (Esperanza Aguirre) que “no se irían de Rositas”. Parece que J. M. Sánchez Gordillo (alcalde de Marinaleda) y los del Sindicato Andaluz de Trabajadores tampoco se irán de rositas si atendemos a la orden dictada por el supernumerario del Opus Dei y Ministro del Interior (Jorge Fernández Díaz).

    La conexión ultraconservadora del Ministerio de Interior funciona también entre el ministro Fernández Díaz y el consejero de Interior catalán (Felip Puig). El 19 de Julio aprobaron en el Congreso una moción de CiU que modifica el derecho de reunión, posibilita la prisión provisional, redefine el significado de “alteración del orden público”, promueve las penas que comporten trabajos forzados, plantea la modificación del Código penal para poder escudriñar internet. A su vez, conductas como la resistencia pasiva, la desobediencia y la ocultación del rostro pasan a ser catalogables como infracciones. El argumento es proteger los derechos de todos, “aportar un estado de libertad” que se basa en aumentar el catálogo de prohibiciones -por ejemplo prohibir la Muixeranga o el himno de la República en el cementerio de Valencia, o prohibir el bañador para andar por Valladolid-, al mismo tiempo que se incentivan las denuncias de ciudadana a ciudadana y la actuación policial. 

    El caso Sacco y Vanzetti nos lo enseñó hace más de ochenta años; el Estado condena continuamente por razones políticas. En nuestra sociedad del 2012, con los gobiernos quitándose la máscara frente a la crisis, las razones que marcan La Ley y su aplicación siguen siendo, como antaño, abiertamente políticas y marcadamente reaccionarias. 

 

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Y una mierda

Por: | 16 de agosto de 2012


Y una mierda
 

España debe estar hoy más unida que nunca (Alfonso Alonso, portavoz del PP en el Congreso, al ser preguntado sobre la orden ministerial por la que se pretende cobrar a los migrantes “sin papeles” por la asistencia sanitaria, 08/08/2012).

 

Aquí estamos para hablar lo más claro y rotundamente posible. Y eso vamos a intentar hacer una vez más. Habéis pasado una nueva línea roja. Y estas líneas desbordan rabia, rabia de quien las escribe y de quien padece vuestro desdén por la vida humana.

    Habéis puesto invenciones y artificios de mierda por encima de la vida de las personas. Esas invenciones y esos artificios no son otros que los que imponen que nacer en uno u otro lugar determine si eres legal o ilegal. Esto no es nada nuevo, lleváis haciéndolo siglos mediante vuestras fronteras inventadas, naciones inventadas y Estados inventados a lo largo de la historia para legitimar la desigualdad social y el monopolio de la violencia. En efecto, esto es algo viejo, pero ahora habéis dado una nueva vuelta de tuerca de mezquindad e ignominia.

    Cuando pretendéis que una persona, por el mero hecho de no haber nacido dentro de unos lindes específicos de mierda, no pueda recibir asistencia sanitaria si no paga entre 60 y casi 150 euros al mes, sobrepasáis límites que demuestran que no atesoráis ni un gramo de humanidad; que ni siquiera sois humanos, sino que solo lo parecéis en la forma. Límites que, hay que recordarlo, ya rebasáis día tras día con vuestras redadas policiales racistas y xenófobas o manteniendo los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE); auténticos campos de concentración, verdaderos Guantánamos en medio de las ciudades de vuestra España, vuestra España que así solo puede ser de mierda.

    Y es que recurrir a la unidad de España, como hizo Alfonso Alonso mientras se hablaba de la asistencia sanitaria a migrantes irregulares, es increíblemente vil y patético. Las fronteras, las patrias, las banderas, los himnos y todos los inventos que se les han ocurrido a unos pocos para aumentar su poder, separar o guerrear mediante los Estados-nación valen menos que la vida y la salud de un solo ser humano.

    Diréis que medidas como estas son “dolorosas”, pero que la culpa de la situación actual la tiene el anterior gobierno. Diréis que todo el mundo tiene que hacer un esfuerzo en este contexto de crisis. Diréis que no tenéis alternativa. Y una mierda. Si los mayores terroristas del planeta, los terroristas económicos, os mandan recortar presupuestos, sabéis que tenéis múltiples opciones para elegir. Aquí ya propusimos una con cierto detalle: el escandaloso gasto en armamento. Pero no vamos a extendernos en las numerosas alternativas posibles para ajustar (ejército, iglesia, monarquía, lujos de las autoridades, despilfarro en grandes eventos e infraestructuras, SICAV, fraude y evasión fiscal de grandes empresas y millonarios, etc., etc., etc.), pero sí queremos recordar que si no lo hacéis es por pura ideología. La misma depravada ideología, la misma ideología de mierda, que permite el turismo sanitario pero quiere poner en riesgo la salud de seres humanos por no haber nacido en países "ricos", dentro de unas fronteras artificiosas y deshumanizadoras, tantas veces levantadas a sangre y fuego y mantenidas por impávidas infamias. ¿Por qué no solventáis la incapacidad de las CCAA para agilizar el cobro de los turistas comunitarios? ¿Por qué no reclamáis los 81,1 millones de euros que la UE (más Islandia, Liechestein, Noruega y Suiza) deben a España por la atención de cataratas y demás enfermedades de una Comunidad rica pero vieja? 

    Diréis que la ley es ley, que hay que cumplirla. Pero cuando el Estado promueve una injusticia tan ilegítima como la que estamos tratando, el derecho de rebelión es lo mínimo que se debe poner en marcha. Las leyes no son entes naturales e inmaculados; las conciben gentes poderosas en unas circunstancias y con una ideología determinada. Vuestra orden ministerial, que se situará entre los anales del desdeño a la vida humana, considera más importante dónde has nacido o una mierda de carné con foto a la salud y la vida de seres humanos. Y una mierda.

    Las personas primero. Seguimos siendo humanos.

 

#yunamierda

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Cant a València

Por: | 29 de julio de 2012

Hay quien se empeña en resaltar que València es solo corrupción, despilfarro, incapacidad o chabacanería. Hay quien se empecina en querer reeditar una especie de llanto noventayochista sobre lo sombrío de nuestra ciudad y de nuestro país. No sin razón. Pero no debemos confundir el partido gobernante y su política institucional, que refleja a lo cutre una identidad regionalista y conservadora, con toda València. Blavènsia no es València. No vamos a dejarnos llevar por un Consell desastroso. Ni tampoco por interpretaciones que confunden este (mal)gobierno con nuestra sociedad civil.

    Solo hay que dar un paseo por las calles, los barrios. Recuperar esos lugares desde donde emergen innumerables iniciativas sociales, políticas y culturales construidas desde abajo que muchas veces no son tenidas en cuenta a la hora de valorar València. Se trata de proyectos situados al margen de lo institucional, con objetivos de difusión cultural o reivindicación socio-política en ocasiones unidos a diversas formas de ocio. Centros sociales, bibliocafés, ateneos, radios libres o distintas asociaciones culturales irrumpen en los barrios de València intentando responder al sopor social que se trata de imponer desde los poderes oficiales. No solo lo intentan, sino que consiguen contrarrestar, sin salir en los medios de comunicación de masas ni en carteles de propaganda, la imagen de una urbe hueca presa de tópicos y grandes eventos. Demuestran que la ciudad puede bullir con iniciativas contrahegemónicas que no solo no requieren la tutela estatal, sino que pueden impugnarla desde la horizontalidad y formas no monetarias de establecer relaciones sociales.

    Desde aquí queremos destacar la inmensa labor de los Centros Sociales Okupados (CSO), muchas veces criminalizados. En una España que tenía a principios de este año entre cinco y seis millones de viviendas vacías, en la que se han pulverizado todos los récords en el primer trimestre de 2012 al ser ordenados 46.559 desahucios, el problema de la vivienda es uno de los asuntos más dramáticos de nuestra sociedad y que requieren más respuestas. Los CSO no solo suponen formas de resistencia ante la suma iniquidad de casas sin gente - gentes sin casa; sino que crean alternativas, descabalgan lógicas sociales unidireccionales y ofrecen múltiples actividades gratuitas: talleres, cinefórums, reuniones de colectivos, exposiciones, jornadas de lucha, cabarets, huertos colectivos que intentan recuperar L’Horta, actividades infantiles, comedores sociales, iniciativas de análisis social o urbano, bibliotecas, eventos musicales y culturales…

    Este post también es una invitación a acercarse a estos espacios, a participar en y de estas lógicas en las que no solo somos meros consumidores de lo que nos ofrecen empresas de toda índole o instituciones viciadas. Aquí se forma parte de la co-creación y se fomentan dinámicas sociales que van mucho más allá de nuestro día a día de gastar y producir, de nuestras cotidianidades emponzoñadas por la competitividad individual, por la maximización del beneficio, por las jerarquías epidurales o por el tragar sin escupir.

    Poco después de que un patético Consell pidiera el rescate, nos acordamos de València.

 

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Valenbisi explica la 'mano invisible'

Por: | 23 de julio de 2012

 

Hay dogmas que son una risa. La mano invisible, si no fuera por la de veces que se ha utilizado por personas del poder, parece hoy uno de los mayores hazmerreíres de la historia. Esta metáfora, apenas comentada en la obra del economista clásico Adam Smith, se ha forrado de popularidad. Viene a decir que el egoísmo racional, que en la práctica se articula en la competencia, es el responsable de promover un fin común que la intención inicial “desconocía”. Ese fin común sería el motor inmóvil del crecimiento económico. Todo esto sin necesidad de intervención estatal ninguna, aunque ahora veamos más que nunca que la única forma que nos presentan para salvar al mercado de la mano invisible que en realidad lo ahoga, es que el Estado haga de intermediario pagando el interés de los préstamos a los mercados.

 

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Luis de Guindos, 'ahogado' por la 'mano invisible'  de Jean-Claude Juncker, presidente del EUROGRUPO

 


    Además, en el modelo neoliberal que nos gobierna se le supone a la mano invisible la capacidad de proteger a los consumidores. Solo que en el día a día vemos que esto funciona más bien mal. O que, quizá, es solo una triquiñuela más para colarnos lo que les dé la gana hacer. Por ejemplo, subidas de tasas y privatización de servicios. Por ejemplo, contratos abusivos.

    De los contratos abusivos de los que nos protege la mano invisible hay uno que afecta directamente a Valenbisi. La Fiscalía de Valencia admitió en junio una denuncia de Carmen Barrafón que advertía que en el contrato "solo figuran obligaciones para el cesionario y no para el cedente" y terminaba preguntándose: "¿tiene algún derecho el consumidor frente a Valenbisi?".

    El otro ejemplo de la mano invisible en Valenbisi es el de las subidas de tasas y la externalización de servicios. La empresa concesionaria JC Decaux es caso paradigmático de manipular correctamente la idea del dejar hacer: líder mundial en préstamo de bicis públicas, su división de Transportes ganó 874,8 millones de euros (un 12,5% más que en 2011). Mientras, en el mes de mayo el precio del abono anual en el servicio público de préstamo de bicis aumentó un 35%, y un 20% en el abono temporal. Es cierto por una vez lo que comenta el concejal de patrimonio circulación y transporte de Valencia (Alfonso Novo) que el abono no subió el año pasado. Pero, también lo es que el servicio dobla la cantidad de usuarios previstos convirtiendo a la ciudad en un buen negocio y en la primera de España en clientes-usuarios por población total (unos 112.300 abonados al final de junio).

    Pero, el ejemplo más claro de la mano invisible en la economía informal del Valenbisi lo vemos cuando la usuaria tipo se dirige a tomar prestado un vehículo en el centro de la ciudad y ¡oh, sorpresa!, no hay bicis disponibles o no hay lugar dónde aparcar. Ya sabemos que Valenbisi se atasca en horas punta (entre semana de 7.30 a 9.00, y de 13.00 a 19.00). También que “no existen ni las instalaciones ni las infraestructuras (carriles bici y aparcabicis) necesarias para absorber 2700 bicicletas de préstamo, más la oleada de ciudadanos que comienzan a utilizar la bicicleta como medio de transporte” como argumenta Biciutat. Si hay un barrio de trabajadores, les harán falta bicicletas a las horas de entrada y salida. Si hay un barrio de concentración de oferta cultural, hará falta bicis ajustadas a los horarios.

    Si no debiéramos dejar a la mano invisible la gestión de algo aparentemente poco importante como Valenbisi, si Luis de Guindos, ministro resabiado e hipócrita de campeonato, pide ahora “actuar contra la 'irracionalidad' de los mercados”; ¿por qué nos entregamos al mecanismo perverso de la mano invisible para que gestione las finanzas públicas? ¿Por qué lo hacemos si sabemos que la utopía liberal es un timo?


Fotografía: Gtresonline.

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Crónica de una carga no anunciada

Por: | 14 de julio de 2012

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La carga no anunciada es cualquier carga policial. Podría haber pasado en Barcelona. Podría haber pasado en Valencia. Pero pasó en Madrid. Las cargas de estos días han sido, como todas las cargas, sanguinarias, bélicas y abominables. Nada que ver con la intención del Ayto. de Madrid al colocar a la caballería de Selur (Servicio de Limpieza Urgente) a la cola de la manifestación en apoyo a los mineros de la mañana del 11J, tratando de transmitir un: aquí no está pasando nada, no se preocupen, sigan tomando su Starbucks Coffee, que ningún panfleto les amargará el café en el Paseo de la Castellana. La sangre de tres cabezas abiertas, las bolas de goma que alcanzaban a niñas y mujeres mayores y el miedo generalizado en que acabó esa mañana, dejaron claro que ni todo un concesionario de Selur puede limpiar la suciedad que provocan los Perros.

    11J. Nueve y pico de la noche. Un grupo de unas 500 personas seguía en la Puerta del Sol, en apoyo a los mineros y contra los nuevos recortes anunciados un día antes por Rajoy. Quizás eran más pero, en cualquier caso, eran muchas menos que las que consumían en masa en la calle Preciados. Los convocantes hablaban por megáfono, las turistas se hacían fotos con el azul de las lecheras detrás.

    En cuestión de minutos, la plaza se vació. Las turistas corrían y las familias agarraban a sus hijos llorando mientras la policía avanzaba en formación pegando indiscriminadamente, incluso a un barrendero que hacía su trabajo. En Preciados, varios contenedores empezaron a arder. El escenario dantesco se trasladó hasta Callao, donde un grupo de skaters fueron confundidos con manifestantes y, por tanto, reprimidos a golpes por estar esperando en grupo para entrar al cine. Irremediablemente, masas de gente corrieron de un lado a otro desorientadas y sin saber qué pasaba ante cada escopetazo. Pum! Las pelotas de goma alcanzaban a quien estuviera en su camino. Pum! ¿Cómo recuperará Madrid todo el turismo que perdió en sólo una hora? Pum! Tácticas de guerra a lo Sun Tzu. Trrrrr, trrrrr: suena el garrote de uno de los Perros deslizándose de arriba abajo en el interior del escudo de plástico mientras grita: ¡¡escudo!!, y los que tiene alrededor se ponen a su lado, formando un círculo de escudos, moviéndose en grupo, protegiéndose de sus fantasmas.

    -   Ese hijo de puta, a ese hijo de puta –señala uno a un chico– hay que abrirle la cabeza.

    La noche se saldó con nueve detenidos. Al menos nueve fueron las personas detenidas también dos días después. Dieciocho cabezas de turco con las que justificar los abusos de poder.

Sol corriendo


    13J. Calle Génova. A las ocho de la tarde ya había unas mil personas. La sede del Partido Popular de Madrid estaba cercada por policías que decidían quién hacía uso de la acera pública y quién no. A la pregunta de bajo qué criterios denegaban seguir con su trayecto a unas personas y no a otras, respondían: “esto es así, si no le gusta, ponga una denuncia”. Ante la insistencia, amenazaban: “deme su identificación”.

    La manifestación se dirigió a la calle Ferraz, sede del PSOE. En algún momento del camino, durante el que se iban sumando más manifestantes, Cristina Cifuentes apareció en escena. Iba comiéndose un helado, muy urban casual, como quien se pasa por su negocio para ver si todo marcha según lo previsto, si el dispositivo policial es “suficiente y adecuado” como había dicho ante la llegada de los mineros.

    Cuando la manifestación estaba a punto de irse hacia otro lado debido al blindaje de las calles, empezaron las cargas. Cabe decir que eran los bomberos (“Bomberos Quemados”) quienes se ponían en primera fila. Defendiendo la dignidad de un gremio frente a la vergüenza de otro.

    Las cargas fueron igual de crudas que las de un día antes. Las personas corrían, se escondían en portales cercanos, huían de los agentes. ¡Fuera, hijos de puta!, decían los Perros a quienes se apartaban en las paredes. Quienes se quedaban, recibían. Quienes corrían, podían ser alcanzadas. La imagen de una funcionaria de cincuenta y ocho años cuyo brazo está siendo agarrado por tres agentes está hirviendo en las redes sociales. La detuvieron por el grave delito de que el pico de su pancarta diera en la boca a un antidisturbios.

    La actuación policial se recrudece con los días y se regocija en la impunidad. Las identificaciones, detenciones, cargas y denuncias no responden a una llamada a la “seguridad ciudadana”. Es inútil exigir legalidad a la actuación de los antidisturbios. Las identificaciones son amenazas; las detenciones, avisos para las demás manifestantes. Las denuncias a las manifestantes, justificaciones de las cargas y las cargas, la forma de provocar terror. Son acciones que responden a decisiones previas basadas en prejuicios de los responsables políticos y policiales. Se han convertido en herramientas rutinarias para aterrorizar, disolver e instaurar la noche en las calles vacías. De la semilla de la frustración, la rabia y la impotencia; y en la búsqueda de caminos de protesta que no terminen saqueados, nace el sentimiento de que, antes de que nos ataquen, necesitamos defendernos.

 

Fotos: Marc Delcan

 

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Esto se llama capitalismo

Por: | 12 de julio de 2012

 

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   El día en el que los mineros han llegado a Madrid, recibidos por una inmensa multitud y un clima de emoción, Mariano Rajoy ha anunciado unos funestos recortes de derechos que no son necesarios reproducir aquí. En esta era de la infamia, el dinero (con sus nombres, con sus caras) tiraniza sin necesidad de intermediarios. Goldman Sachs gobierna España. Goldman Sachs dirige el mundo. Frente a la dictadura de la tecnocracia y el economicismo, la solidaridad de la gente y la emoción protagonizan el recorrido de la marcha minera. En este escenario, ¿cuál es el papel del Estado? Sobra decir que el Estado se ocupa de ser el gendarme, el perro guardián de los mercados; debe disciplinar la mano de obra, mientras la precariza cada vez más para poder competir. Al tiempo, debe reprimir las expresiones de dignidad de los que no agachan la cabeza ante el avasallamiento del capital contra el trabajo, como los mineros. Como diría nuestro apreciado Foucault, Vigilar y castigar.

    Los llamados mercados tienen nombres, tienen caras. En el escenario global, uno de los más destacados es Goldman Sachs (GS). Desde hace tiempo, el grupo GS no oculta que dirige el mundo, tal y como enunciaba el título de un conocido libro de Marc Roche publicado el pasado año. Expresión del terrorismo económico, GS ha agravado o provocado la hambruna en numerosos lugares del planeta especulando con alimentos de primera necesidad con el único fin de lucrarse. Encarnación del bandolerismo financiero, también fue acusado por la Comisión del Mercado de Valores estadounidense de obrar fraudulentamente en la comercialización de hipotecas subprime, y fue cómplice en la ocultación de la deuda griega. Un destelllo más del matrimonio entre política y mercado, dos instituciones deshumanizadas hace tiempo. Mario Monti, primer ministro italiano, trabajó para este grupo como asesor. El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, fue vicepresidente europeo de GS. Para el prestigioso economista Simon Johnson, profesor del Massachusetts Institute of Technology (MIT): “poner a Draghi al frente del BCE es como tener a un zorro guardando el gallinero”. Hace varios meses, Gregg Smith, director ejecutivo de GS, presentó su renuncia afirmando: “hoy es mi último día en la firma. Después de casi 12 años […] digo con honestidad que su ambiente es hoy muy tóxico y destructivo”.

    Desde múltiples lugares, como Latinoamérica, se escribe rotundamente sobre cómo Goldman Sachs gobierna España. El pasado mayo, Luis de Guindos contrató a GS para tasar BFA-Bankia. Hace unos días, mientras la “Marcha Negra” se acercaba a Madrid, salió a la luz que GS acumulaba en Gijón más de 150.000 toneladas de carbón, teniendo intención de elevar esta cifra hasta las 600.000. La intención, como siempre, es especulativa. Su significado, ante la situación de la minería en Asturias-León y en el resto de cuencas mineras de España, verdaderamente espeluznante. También lo es que Victorino Alonso, presidente Carbounión y propietario de gran parte de las minas de España, acumule ingentes cantidades de dinero que pertenecen legalmente a los trabajadores de las minas. Trabajadores que, como ellos mismos declaran, van a ser condenados junto a sus familias “por apenas 200 millones de euros”. Una cantidad inferior al precio de 5 helicópteros de combate Tigre, para cuyo programa armamentístico, junto a otros 19 aparatos más de este tipo, el Estado español dedica desde hace 15 años más de 1.500 millones de euros.

    El día en el que la “Marcha Negra” se ha manifestado por la capital, Goldman Sachs se regocijaba en el congreso. El día en el que la “Marcha Negra” se ha manifestado por la capital, Goldman Sachs se frotaba las manos por sus contingentes de carbón en Gijón. El día en el que la “Marcha Negra” se ha manifestado por la capital, los perros de los perros de Goldman Sachs han vuelto a disparar, herir, detener y humillar a muchos de sus integrantes, “Ratas” en su concepción. Algunas de estas, como una anciana, han sido heridas por pelotas de goma, las mismas que dejaron a varias personas sin uno de sus ojos el 29M en Barcelona, las mismas que se llevaron la vida de Íñigo Cabacas en abril. Las mismas que la semana pasada, mientras Pola de Lena era gaseada indiscriminadamente por su apoyo a los mineros, entraron en casa de una niña de cinco años para impactarle en la cara.

    El día en el que la “Marcha Negra” se ha manifestado por la capital, no podemos dejar de recordar que Goldman Sachs, sus especulaciones, su dirigencia mundial o su gobierno de España también tienen un nombre. No podemos dejarnos embaucar por los eufemismos; por ejemplo, esta “crisis” tiene sus culpables: los terroristas financieros como Goldman Sachs. También tiene sus perros, sus perros de los perros y sus víctimas. Y todo esto se llama capitalismo.

 

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Fotografía: Marc Delcan -  Manifestación y cargas del 11J  en el centro de Madrid

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TVE: buenas noches y mala suerte

Por: | 02 de julio de 2012

A la hora de escribir esta entrada, nos tienta seguir las recomendaciones que Julio Somoano vierte en su trabajo final de máster: “antes de analizar la mejor forma de vender un producto repararíamos en qué es lo que vamos a vender; qué valores y planteamientos fundamentales”. Es tentador y muy actual, sin duda, eso de convertir la comunicación en publicidad. Sin embargo, todo su discurso nos recuerda más bien a lo que decía Chomsky: “la propaganda es a la democracia lo que la cachiporra al Estado totalitario”. Y de esto precisamente vamos a hablar: de por qué Julio Samoano ha llegado a ser director de informativos de TVE.

Sin título

    El nuevo director de informativos de TVE era hasta ahora director y presentador de Telenoticias 1 en Telemadrid, programa que ha sido acusado de manipulación por sus propios trabajadores, al igual que los (des)informativos de Canal 9. Entre otros títulos, este señor obtuvo un Máster en Gestión de la comunicación política y electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona en 2005, con una “tesis de fin de curso” muy esclarecedora: “Estrategia de comunicación para el triunfo del Partido Popular en las próximas elecciones generales”.

    La tesis de Somoano -como la del comisario general de coordinación territorial de los Mossos d'Esquadra, David Piqué- es de un rigor muy cuestionable. Rápidamente queda claro que lo importante es vender humo: recomienda que el PP se presente como un partido joven mientras ofrece “ayuda jurídica encubierta” a una plataforma católica para que presente un recurso contra el matrimonio homosexual, de forma que “a través de un tercero, pueden quedar cubiertos todos los flancos” sin que se ensucie la imagen del partido. Vender humo, como manipular a los habitantes de Andalucía en contra del anterior tripartito catalán porque “es demagógico, pero calará en el electorado”. Vender humo y veneno en una hipotética estrategia de comunicación, como que el número dos del partido tenga como misión “hacer críticas despiadadas al Gobierno”.

    El nuevo director de informativos parte de una afirmación que es todo objetividad, “en estos momentos [2005] el PP está muy bien de moral”, para pasar a dar cuenta de uno de los rasgos típicos del mítico senador estadounidense Joseph McCarthy y su Caza de brujas: la paranoia. En su tesis de 2005, sostuvo que:

El PP no debería dejar pasar estas formas de politizar el entretenimiento en televisión, igual que no lo ha hecho el PSOE, que en TVE ya ha retocado los guiones de “Cuéntame” para que quede clara la superioridad moral de su pensamiento, […] [ya que] la línea ideológica que subyace en muchos de los programas de Telecinco —“Crónicas marcianas”, “La noche Fuentes”, etc.— en alguno de Antena 3 y TVE, y ahora ya en todos los del nuevo canal de televisión de PRISA, Cuatro, no es la adecuada para el PP.

    Se habla en la tesis de dos campañas contra públicos especialmente sensibles: migrantes y "gays". La falta de conocimientos y la hipocresía son aquí especialmente visibles. Para los "gays", sería idóneo que “el PP se sacase de la chistera algún compromiso”. A los inmigrantes, los populares deben “explicar hasta la extenuación que, si no se apoya la política de papeles para todos es precisamente por ellos, porque sin una regulación de la entrada a nuestro país, diremos adiós al Estado del Bienestar”. Sobra decir que la idea de que la inmigración es la causa del colapso del derecho a la sanidad o el aumento del paro, forma parte de una xenofobia popular muy arraigada en nuestra sociedad, que no podemos analizar ahora en este texto.

    Por si no fuera poco con la que está cayendo, y debido a que las informaciones sobre el tema son en sí mismas controvertidas, que quede claro lo que estamos queriendo decir: vamos hacia tiempos aún más oscuros de manipulación informativa. El contexto para el periodismo, más allá de TVE, es muy preocupante. Y el director de informativos no es más que un símbolo de la deriva de esta profesión, que debería ser de denuncia y control del poder, hacia la preocupación por “la forma con que ganarse” a la gente y en cómo sacarse de la chistera alguna artimaña con la que vender valores con fines partidistas.

    Hace más de cincuenta años, al senador McCarthy y su centrifugado político conservador se le opuso famosamente un periodista llamado Edward Murrow, inmortalizado en la película Buenas noches y buena suerte (2005). El periodista se enorgullecía de que su cadena se definiera “por los logros del departamento de informativos”. En parte, así debería serlo TVE como garante de esta democracia mantenida con pinzas y lavados de cara. Así que, como Murrow y debido a que las informaciones son siempre controvertidas, no objetivas e ideológicas, queremos decir exactamente lo que estamos diciendo.

 

 

 

Imagen: Manfred Salomon 

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#TVEbuenasnochesymalasuerte

Tú ibas de azul

Sobre el blog

Un espacio a pie de calle, desde los bordes de la sociedad valenciana. Este pretende ser un lugar colectivo, un altavoz de lo cotidiano, que también es político, pues la política no solo son las siglas y lo institucionalizado. Una encrucijada flexible donde todo pasa y todo queda, donde se intenta dar luz a las sombras de los muros que se han construido.

Sobre los autores

Mayka de Castro Rodríguez, Marc Delcan Albors y Jorge Ramos Tolosa

Los autores son jóvenes de una "generación perdida", estudiantes, trabajadores, activistas. Mayka de Castro Rodríguez (1988) es licenciada en Periodismo. Marc Delcan Albors (1986) aprende Periodismo e Historia. Jorge Ramos Tolosa (1986) es investigador de Historia Contemporánea en la Universitat de València. Los tres son de esta ciudad.

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