Foto: Gtresonline
Cuando Beyoncé y Jay Z, esa pareja casi monárquica en la república de Estados Unidos, anunciaron el pasado agosto que iban a tener un hijo, la cosa estaba más o menos clara: la presentación del retoño iba a ser el acontecimiento más épico en azotar el papel cuché desde la boda real inglesa. El proyectado heredero tenía tal relevancia dinástica (hijo del hombre más influyente del rap actual, con una fortuna de 450 millones de dólares, y de una de las reinas del pop) que su presentación en sociedad tenía visos de ser, tirando por lo bajo, como la secuencia inicial de El rey león, versión celebrity. Las cifras, al menos, hablaban de eso. El día que Beyoncé anuncio su embarazo, Twitter explotó con un récord de 8.868 menciones al feto por segundo. Un nuevo ciclo de la vida en la vieja historia del hijo de una pareja de famosos
Pero no. Resulta que, tras un parto relativamente adormercedor (su punto álgido fue, acaso, a las 11.15 de la noche, hora de Nueva York, cuando la insigne primípara terminaba de ejercer como tal y se generaban 2.500 menciones por segundo), la relación del vástago con la prensa había terminado. Lo de conocer cuánto había pagado la revista de turno por la exclusiva de las fotografías del recién nacido era la comidilla de Hollywood. Como cuando Angelina Jolie se embolsaba (y luego donaba a la caridad) 14 millones de dólares por presentar a sus gemelos en People en agosto de 2008. Pero estos decidieron adelantarse a los paparazzi y publicarlas, hace poco, en el Tumblr de Jay Z. En Tumblr. Cuando podían estar en la portada que les diera la gana por el dinero que les diera la gana.
Son nuevos tiempos. Los hijos de los famosos son los máximos exponentes del cambio sistémico que han provocado las redes sociales al fenómeno de la fama. Siguen generando el interés de siempre en su público objetivo, en eso están condenados, pero ahora su existencia, su ciclo de la vida, es un proceso totalmente distinto. Lo desgranamos:
Nadie encarnaba mejor ese cambio de mentalidad que la cantante Jessica Simpson. En octubre de 2011, su peso creció considerablemente. Su estado parecía ya difícil de disimular. Se dijo que su agente andaba esperando a que una revista le pagara unos 500.000 dólares por la confirmación oficial de que estaba encinta. La forma tradicional, casi atávica, de acometer el asunto. Pero días después, sus cuatro millones de seguidores se enteraron, gracias a un somero tuit que exclamaba "Anuncio", que, efectivamente, la señora iba a ser mamá. La nueva forma de hacer las cosas.
!!!ANNOUNCEMENT!!!bit.ly/uaAqZ7
— Jessica Simpson (@JessicaSimpson) October 31, 2011
A partir de entonces, su cuenta fue jauja. De anunciar el embarazo a tuitear las incómodas flatulencias de una mujer en estado resultó haber un paso.
Se podría marcar aquel tuit como el cambio oficial de algo que se llevaba cociendo desde 2011. Lo que hizo Simpson ya lo había hecho antes Lily Allen y lo haría después Selena Gomez con el embarazo de su madre. David Beckham, muy dado él a publicar fotos de su Harper Seven para quien quiera verlas, había quemado por Twitter el revistero dato de por qué la niña se llama así (es una mezcla de homenaje a Harper Lee, autora de Matar a un ruiseñor, y el excitante esoterismo del número siete). Antes de todo esto, Lance Armstrong había anunciado, henchido, el alumbramiento de su hija Olivia prácticamente en tiempo real.
Olivia Marie Armstrong has arrived!
— Lance Armstrong (@lancearmstrong) October 18, 2010
Si a las madres no las pillara el momento en un ay, de piernas abiertas y ensalzando la epidural, es de suponer que ellas mismas harían el anuncio entre una contracción y la siguiente. Mariah Carey no lo hizo, pero sí marcó tendencia: cuando alumbró a sus gemelos en abril, lo que quedó para la posteridad no es que la cantante diera a luz a los 41 años, sino que fue la primera en publicar las fotos de los chavales en una web creada ex profeso para los rorros, llamada Dembabies.com, en honor al hashtag con el que se refirió a ellos en Twitter durante su tardía preñez.
Dicen los frustrados editores de revistas del cotilleo que esto se debe a un deseo de contentar al público sin perder el control de la imagen de un menorcísimo de edad. Pero tan presentes están estos bebés en las redes sociales, importan tanto al público al que le importan, que ha surgido un nuevo fenómeno, endémico y reconocible: las cuentas falsas de los bebés en Twitter. Son claras parodias, pero muy útiles a la hora de medir la relevancia de los recién nacidos.
El hijo de Beyoncé, por ejemplo, tuvo la suya propia pocos minutos después de que se anunciara su existencia. Tuits como "como no haya un par de Timbs o Loubutins esperándome al otro lado, yo no nazco") le ganaron 5.000 seguidores en un par de horas. Un poco por detrás anda uno de los hijos de Gwyneth Paltrow. Otras son increíblemente informativas, como aquella en la que se escribe en nombre de Suri, la hija de Tom Cruise y Katie Holmes: un ómnibus que recoge cada aparición de la infanta y los cotilleos del día, todo con toda la altivez que se le puede imaginar a la princesa destronada por el niño de Beyoncé.
Tom is still on the east coast, now Blackberry-less. Best day? Or best day ever?
— Suri's Burn Book (@surisburnbook) October 12, 2011
Luego los chavales crecen, se hacen sus propias cuentas y se meten en los jardines que antes se veían en las revistas: que si la hija de Bruce Willis posa con un condón en la boca, que si la hija del presidente venezolano Chávez publica en su Instagram una foto en la que se restriega un manojo de dólares estadounidenses por la cara...
A partir de aquí, se supone que si el niño de turno no se labraba su propia carrera en la fama, pasaba a la infravalorada categoría de personal normal. La fama, ya se sabe, era un gen muy recesivo. Ahora no está tan clara la cosa. Unas personas que están creciendo tan expuestas en Twitter, ¿llegarán a desechar a los miles de seguidores que solo quieren saber de ellos por su apellido? ¿O serán los miles de seguidores la norma en el futuro?
El ciclo de la vida sigue girando. Pero en otra dirección.
Hay 2 Comentarios
¿es realmente necesario compartirlo todo?
Publicado por: Yoli | 24/02/2012 21:41:16
No creo que esos niños sean nunca "personas normales". La vida sigue girando pero esas vueltas vertiginosas los van a llevar, seguro, en direcciones equivocadas!!
Publicado por: javier | 24/02/2012 20:51:35