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"¿La gala de los Goya o la gala de los Twitter?"

Por: | 20 de febrero de 2012

1329687711_485975_1329688842_album_normalFoto: Susana Vera (Reuters)

La gran fiesta del cine español. Ya. Los 6 Goyas de No habrá paz para los malvados, el feo/merecido vilipendio a Pedro Almodóvar, la escultórica Elena Anaya, los espontáneos... Todo eso está muy bien. Pero lo que se vivió ayer durante la gala de los Goya fue, una vez más y como siempre que acontece un evento de relevancia nacional, la gran fiesta del Twitter español.

Tanto estuvimos dándole a Twitter que, durante al menos 17 minutos, ocupamos seis de los diez trending topics mundiales (los pobres tuiteros indonesos todavía deben estar explicándoselo). Mantuvimos un mínimo de tres trendings durante toda la gala, del inamovible #PremiosGoya a Florinda Chico. Básicamente, provocamos que, a los tres minutos de entregar un nuevo premio, el presentador, el ganador o uno de los nominados fueran lo más tuiteado en el mundo en ese momento. Más que el cumpleaños de Rihanna, el capítulo 500 de Los Simpson y más que el anuncio de Lindsay Lohan va a presentar un Saturday Night Live. Curiosamente, menos que el movimiento Shave Your Pubes, Justin (Aféitate el vello púbico, Justin) dirigido a Justin Bieber. Todo tiene sus límites.

No fue así desde el principio. Hubimos de franquear primero el tedio de la alfombra roja, ese trámite de la vanidad reservado para periodistas, blogueros y famosos. No ayudó que estos últimos estuvieran de lo más holgazanes, comentando solo que ya habían llegado o con quién estaban compartiendo canapés. Hasta la ávida tuitera Melanie Griffith, trending topic a las 11.14 de la noche por su estética a lo Tita Cervera y su constante gesto de plácido aturdimiento, estuvo de lo más desaborida.

Todo cambió al arrancar la gala. La cosa quedó dividida en tres bandos: los protagonistas de la ceremonia, que no tuitearon casi nada; los famosos que andaban por ahí, que tuitearon algo; y la población española, que lo tuiteó todo. Como nunca hemos tenido tantos tuiteros llevando una ceremonia (hasta muchas de las películas tenían su propia cuenta), hubo ratos en los que era difícil saber dónde acaba un equipo y empezaba el otro. El guionista Sergio Barrejón, nominado al Mejor Cortometraje en 2009, comentó la gala enterita con esa mala baba que caracteriza a los grandes fenómenos tuiteros españoles. Eva Hache dedicó uno de los muchísimos segmentos de la noche a leer tuits falsos (Fernando Trueba: "Tengo un ojo puesto en los Goya y otro en los Oscar"). Y Eduardo Noriega no se separó del smartphone.

El caso es que anoche la liamos. Mientras los españoles se centraban en los detalles más fascinantes de la ceremonia (la cara de Wert cuando Eva Hache se dirigió a "los líderes de España, Merkel y Sarkozy"; ese fugaz instante en el que se le vio el culo a María León -¿o estaba promocionando su serie?- y luego las bragas a María Jenner; esa duda que ahora tenemos todos de si Jorge Sanz murmuró o no el nombre de Elena Anaya antes de que Victoria Abril y su turbador vestido fosforito lo gritaran como quien invoca a una deidad al terminar una dechada sesión onanística...), los famosos se centraban en aportar lo que la gala no pudo en tres horas de tópicos: factor humano.

Sin ir más lejos, en el primer tercio de la ceremonia Paco León ya mostraba (muy a su estilo) su entusiasmo por el Goya a la Mejor Actriz Revelación que ganó su hermana por La voz dormida:

Y vale que tuitear, tuitearon poco. Pero en los puntos álgidos de la ceremonia, esos de consesuada aprobación por parte del público y compañeros, no fallaron. Nadie dijo nada, por ejemplo, sobre el deprimente discurso de González Macho sobre cómo Internet no va con el cine español (ay, lo distintas que eran las cosas hace un año). Pero cuando nuestra Natalie Portman patria, Elena Anaya, se alzó como mejor actriz y ni siquiera los tuits sobre su inconcebible colgante pudieron con su trending topic, ahí estaba Cayetana Guillén Cuervo canalizando el momento:

Santiago Segura fue lo más punk de la noche, en una intervención estilo Ricki Gervais que le ganó pocos tuits de sus congéneres. Eso fue cosa del público, que habló de la mirada letal de necesidad que le proyectó Pedro Almodóvar a través de esas gafas de sol que le conferían un aspecto a caballo entre Jack Nicholson en los Oscar y Anna Wintour.

Ese vacío se compensó un poco tarde, cuando en el escenario empezaron a prodigarse espontáneos que se paseaban como Pedro por su casa. Era otro tono. Fueron momentos de incertidumbre, en los que se dudó si eran miembros de Annonymous o gente que quería distraer del discurso a favor del juez Garzón que pronunciaba Isabel Coixet. Por fortuna, esta supina complejidad ideológica fue también diligentemente plasmada en tuit:

Pero el globo ya se había pinchado entonces. O Twitter se hartó de ver el #PremiosGoya en los trending topics durante una ceremonia que no terminaba nunca, o nosotros nos hartamos de escribirlo. El caso es que, a eso de las doce y veinte de la noche, tras casi dos horas y media de reinado ininterrumpido, el hashtag desapareció. Una hora después, rematado por fin el asunto y los malabares del equipo de realización para no mostrar ningún plano de Almodóvar, los españoles dejamos de ser trending topics. El vello púbico de Justin Bieber, eso sí, seguía ahí.

El año que viene, si somos listos, haremos unos premios paralelos a los Goya para honrar la gala de los tuits.

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Siento que mi comentario nada tenga que ver con el contenido de este blog. Simplemente es para denunciar la desaparición de los comentarios libres en este cada vez más instrumentalizado diario. Por favor señores, saquen de ESKUP la sección de comentarios (es infumable) y dejen de tenernos a todos fichados. Gracias. Continúen ...

Redes Sociales = Cotilleo 2.0.

Totalmente de acuerdo, Twitter está lleno de mamarrachos faltonas y tristes. Tampoco soy seguidor de la Sra. Coixet pero me pareció ajustado su discurso de aceptación, e incluso su presencia. Otra cosa es que esa entrevista, que es interesante, pueda considerarse un documental. Aunque lo que más me ha sorprendido es la poca repercusión y el poco debate que ha suscitado su premio, por otro lado cantadísimo desde que se supo de su nominación. Supongo que es un síntoma positivo, podría parecer que estamos empezando a superar algunos complejos respecto a las filias y fobias ideológicas de nuestros artistas y su derecho a manifestarlas, pero seguro que es un espejismo. Todo esto lo digo sin haber leído la crónica de los Goya de La Razón o El Mundo

Pues Isabel Coixet es una de las grandes directoras de este país. Estuvo contenida y emocionada, como no podía ser de otra manera. Todo lo demás son zarandajas sin sentido alguno. El cine de Coixet es extraordinario y eso es lo que cuenta.

Y el supuesto entusiasmo (a tenor de lo que tuiteaban desde Yo Dona) de Salma Hayek. Por la gala, por España, por nuestro cine... Y yo sufriendo por su marido, Francois-Henri Pinault.
Dicho esto: ¿quién es ahora Salma Hayek aparte de una biencasada? Si lo pensamos, debe estar bastante agradecida a la industria cinematográfica española por darle un papel y star treatment. Así que lo que tuitea Yo Dona no debería distar de la realidad.

Me encantan las infiltradas estilo Sonia Monroy, son en el fondo la quintaesencia de nuestra industria cinematográfica, por mucho que intenten ocultarlas o sonrojen a los organizadores

A mí lo que me da pena es que se desaproveche a EVa HAche con un guión Taaaan aburrido. Me da lástima que no sepamos hacer una fiesta de verdad, un gran espectáculo que sea para vender nuestro cine. ¡Qué aburrimiento!¡¡Qué falta de entusiasmo! ¡Qué dén la cara los guionistas! ¡Qué oportunidad desaprovechada para lucirse los guionistas y para animar a la gente a ir a ver las pelis!!! Me quedo con Kike Maíllo y con poco más. Una de las galas con menos sangre en las venas de unos y otros. Lo de twitter... una flojera también...

Un lector con muy buen ojo nos avisó desde Twitter que teníamos una errata, un "no" escrito "n o". Ya está corregida. Gracias, @RayOfLight

A mí me da un poco de lástima que Twitter se haya convertido en una masa cruel y homogénea de frívolos y criticones marujones. La manera en que destrozaron a la Coixet (q no es santa de mi devoción, admito) por su imagen, cuando ella pasa de todo y no entra en la estúpida competición de los looks me pareció desproporcionada. Vamos de adalides de la libertad de expresión y la malgastamos en esas chorradas

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Sobre el blog

Un blog sobre las ansiedades, ínfulas, confesiones y caprichos diarios que comparten las personalidades públicas en redes sociales. Lo más llamativo del mundo visto por los famosos, lo más delirante de los famosos vistos por el mundo y todo sobre ese insólito punto en el que ambos fenómenos se entrecruzan.

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Tom C. Avendaño

es periodista. Se hace un lío con el país al que pertenece, si España o Estados Unidos, y suele resolverlo declarándose ciudadano de las redes sociales. Lo de los intereses lo tiene más claro: investigar cuánto dice la cultura popular sobre el mundo en que vivimos.

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