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Twitter da por auténtica la cuenta de Marilyn Monroe

Por: | 09 de febrero de 2012

Marilyn-BertSternFoto: Bert Stern

Que se sepa, la última vez que Marilyn Monroe interactuó con otra persona corría el verano de 1962 y el icono del siglo XX en ciernes andaba rodando Something's gotta give con George Cukor. Luego vendría el suicidio, el mito y el monopolio del concepto glamour en las mentes del mundo entero. Y ahí, entre casas de subastas y coleccionistas y la encandilada memoria colectiva, quedó la cosa.

Hasta que llegó Twitter.

Esta semana, la red social ha otorgado a @Marilyn Monroe, una cuenta creada el 11 de marzo del año pasado, el distintivo más sagrado en su haber: el tic azulado de una cuenta validada, el que asegura que, a ojos de Twitter, la persona que está detrás de los tuits es quien dice ser y no un imitador. Ese tic indica que la cuenta es Marilyn Monroe. Vivita y tuiteando a estas alturas de 2012.

 

En realidad, ese misterioso distintivo es fruto de un carácter comercial que no siempre se le atribuye a Twitter pero que está ahí. Quien escribe en nombre de Marilyn es Authentic Brands Group, una agencia de márketing especializada en propiedad intelectual que hace año y medio se hizo con los derechos de todo lo relacionado con la actriz por unos 20 o 30 millones de dólares. Lo mismo que hacen los herederos de Bob Marley, Elvis Presley y Michael Jackson cuando tuitean en sus sacrosantos nombres.

Hay que hacer un par de consideraciones para terminar de entender todas las aristas del caso. La primera de todas, la ola de popularidad póstuma que está disfrutando Marilyn últimamente, 50 años después de su muerte. Es achacable a la confluencia del comentadísimo biopic My week with Marilyn, la campaña para la que Dior la resucitó digitalmente en septiembre de 2011, y el hecho de que el piloto de la serie Smash, cuyo estreno este lunes congregó a 11,5 millones de espectadores en EEUU, gire alrededor de un musical sobre ella. Estamos hablando, pues, de una marca comercial de alto nivel.

 

A eso hay que sumar la ambivalencia de Twitter ante las cuentas falsas de personajes púbicos, vivos o muertos. A estos últimos o se reconoce directamente como parodias (está George Washington, Franco, incluso Darth Vader) o sencillamente se les pierde de vista (ya no está la cuenta de Liz Taylor, esa tan conocida por ganar unos 100.000 seguidores 24 horas después de su muerte). La cosa se complica con las cuentas de las celebridades vivas. Con ellas, todo vale. Algunas han seguido activas después de la muerte del dueño (Amy Winehouse) y otras nunca han tenido nada que ver con él. Ahí está la historia de Tommasso Debenedetti, el periodista freelance italiano que en enero de este año suplantó, con relativo éxito, a cinco ministros españoles y dio lugar a aberraciones tuiteras como cuando invitó oficialmente a Rupert Murdoch a venir a España a opinar sobre la situación económica.

MarilynAnte este tipo de cuentas es más fiable el sentido común que el criterio de Twitter. Primero porque famosos, sobre todo los no estadounidenses, no se han molestado en contactar con la red social para que esta valide su presencia (el trámite requiere entregar dos direcciones de e-mail personales, un número de teléfono y tener al menos 5.000 seguidores).

Pero también porque Twitter puede equivocarse. A finales de 2011, su propio co-fundador. Jack Dorsey, se encargó de validar la llegada del magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch. Lo que delegó en su secretaria fue la cuenta de su esposa, la flamante asiática Wendi Deng. Al final, se  terminó validando la cuenta más reciente, la que no paraba dirigir tuits a Murdoch (este le contestaba, todo sea dicho) y de tontear con el cómico Ricki Gervais.

Hubieron de pasar 24 horas hasta que el londinense que estaba escribiendo esos tuits confesara que era falsa. Resulta que la verdadera cuenta de Deng era otra creada y abandonada hacía meses y durante un día se había estado poniendo palabras en su boca. Twitter se escudó diciendo que hubo un malentendido porque todo había ocurrido entre Nochebuena y Nochevieja, cuando parte de su personal estaba de vacaciones, y no pudieron contactar con la secretaria de lady Murdoch. La falsa Deng borró los tuits publicados en nombre de la verdadera y la red social se negó a volver a hablar del tema.

Por estas cosas tenemos hoy a Marilyn Monroe tuiteando entre los vivos. Porque se trata una sinécdoque única entre marca, leyenda y persona real. Justo lo que era Marilyn en vida. 

Hay 15 Comentarios

El artículo comienza diciendo algo que es totalmente falso, jamás un verificación ha significado que detrás de la cuenta está la persona que da nombre al perfil, sino que esta cuenta es oficial, al margen de quien la administre. Detrás de Coca-Cola creeréis que hay una botella escribiendo mensajes, ¿no?

sonrisa temprana

vaya noticion, esta noche no puedo dormir

He aquí el ejemplo más claro de por que se necesitan las redes sociales hoy en día...
Para darle la oportunidada a miles de desadaptados que se sigan sintiendo en su salsa de popularidad ya sea propia o mejor aún tomada, por que en este mundo virtual todo se vale

LOL, digo lo mismo que Javier: "Tweeting on behalf of the Estate of Marilyn Monroe". Está clarísimo que son sus herederos (o en este caso, propietarios de su imagen).
Hay mucho que decir sobre famosos que son o no son en twitter, pero esta forma de empezar el artículo es de pena.

Esa cuenta no es de Marilyn, sino de Marilyn Monroe Estate, esto es, de Herederos de Marilyn Monroe. Pero claro, si dices eso desde el principio te quedas sin artículo y, sobre todo, sin titular amarillista.

Prefiero a la Kelly, que además sale guapísima en esa escena que han cogido para el anuncio.

Pues personalmente, a mí la recreación de Marilyn en el anuncio me parece un poco cutre en la técnica. Hay algún plano que está ben, pero cuando dice "Dior" y especialmente en el thumbnail del vídeo el ordenador chirría a los ojos. Eso sí, estratégicamente ha sido una idea genial, y un buen golpe bajo a Chanel, como comenta mavellaneda más atrás.

Me encanta! Me parece increible este anuncio. a Marylin le encantaría.

Es evidente quien decide sobre la autenticidad. Un algoritmo que además no parece muy "inteligente".

Carla
www.lasbolaschinas.com

Espectacular la recreación del anuncio de Dior, y realmente enfermiza a la vez. Let icons be icons!

Lo mejor que puede pasar

Me ha gustado mucho la proposición con la que finalizas el post: "Porque se trata una sinécdoque única entre marca, leyenda y persona real. Justo lo que era Marilyn en vida"
En mi opinión, si se ha buceado sobre el esfuerzo titánico entre mantener una imagen por parte de una persona. Marylin decía, los hombres se acuestan con Marylin y se levantan con Norma Jean. Y, quedó evidente que no querían a Norma, sino a Marylin. Quizás porque buscaban salvarse.
Cuando la muerte nos ronda, (física, emocional o intelectualmente) solemos tener más ganas de vivir el sexo. Entiendo que es la respuesta a un mecanismo de supervivencia.
Lo que no comprendo es por qué 50 años después se oculta todavía la que se conoció como "caza de brujas" durante la era McCarthy y sus repercusiones en el mundo de la cultura (cine y arte) posteriores. Por qué no existe sinécdoque o recurso que la contempla. Por qué se muestra a la estrella aislada. En un universo cerrado. Porque era también el de sus colegas y amigos. El de todas aquellas estrellas más o menos brillantes, a las que salvó: Kazan y Miller, entre otros.

es injusto que se utilice a marilyn en el anuncio de Dior. Ella utilizaba Chanel número 5. Mal, muy mal

Se abre el telón, aparece una rubia despampanante. Se cierra el telón. Se vuelve a abrir y aparece la misma rubia pero con la mitad de la dentadura rota. ¿Cómo se llama la actriz? Marilyn Nonroe.

P.D. Pido perdón. (Estupendo blog, por cierto).

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Tuitología

Sobre el blog

Un blog sobre las ansiedades, ínfulas, confesiones y caprichos diarios que comparten las personalidades públicas en redes sociales. Lo más llamativo del mundo visto por los famosos, lo más delirante de los famosos vistos por el mundo y todo sobre ese insólito punto en el que ambos fenómenos se entrecruzan.

Sobre el autor

Tom C. Avendaño

es periodista. Se hace un lío con el país al que pertenece, si España o Estados Unidos, y suele resolverlo declarándose ciudadano de las redes sociales. Lo de los intereses lo tiene más claro: investigar cuánto dice la cultura popular sobre el mundo en que vivimos.

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