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Los seis tuits con los que Prince se burló de Internet

Por: | 23 de agosto de 2013

Imagen 3

Prince irrumpió la semana pasada en Twitter en un acto de incalculables dimensiones contradictorias. El grandilocuente artista llevaba años renegando de Internet hasta el punto de anunciar, en 2010, que "Internet ya ha pasado" porque la Red era, a su parecer, "como la MTV, que un día es lo más y de repente está anticuado". En su batalla por el Ludismo digital, empleaba a un ejército de abogados para que cualquier contenido que llevara algo de música suya fuera inmediatamente retirado de YouTube o cualquier cosa que se le pareciera. Este mismo año ha denunciado a Vine, la plataforma de vídeos de Twitter, porque uno de sus clips de seis segundos utilizaba una canción suya como banda sonora.

Pero lo verdaderamente contradictorio es que, con semejantes antecedentes, Prince se ha zambullido en Twitter como Michael Phelps en una clase de natación de parvulitos: allí donde otros famosos devenidos en tuiteros tardan semanas en dar con la traducción exacta de su personalidad al esotérico formato de la red social, él ha conseguido desprender ese aura de forzada perfección que le caracteriza desde que alcanzó la fama a principios de los ochenta con el disco 1999 ya en el primero de los delirantes tuits que fue publicando desde la cuenta de su grupo, 3rd Eye Girl, el 14 de agosto.

Tan teóricamente aparatosa conversión no ha dependido, como suele suceder en estos casos, de una retórica genial en 140 caracteres ni en un despliegue de contenidos exclusivos, como tradicionalmente recomiendan las agencias de social media que asesoran a famosos. En su lugar, el cantante de 55 años ha optado por una estrategia razonablemente más inteligente: llevar Internet en general al absurdo. En una semana ha tocado casi todos los palos que conforman la experiencia 2.0 de una forma tan inconfundiblemente histriónica que, por un lado, no queda ninguna duda de que el autor es el mismo que el de Purple rain; pero, por otro, esta parodia le permite tanto burlarse de la cultura de la Red como participar en ella. Estos son los hitos a los que ha llegado en estos siete días:

1. El primer tuit

Para un famoso, estrenar una cuenta en Twitter es un doloroso trámite que centra toda la atención del público y los medios en el peor momento. Da igual que a los seis meses, con la red social mucho más controlada, se cree el tuit más brillante de toda una carrera; el que más atención mediática suele recibir es el primero, cuando se está en frío y lo único que se puede decir con total honestidad es "A saber dónde me estoy metiendo".

Hillary Clinton, por ejemplo, publicó un primer tuit quirúrgicamente calculado para dar una imagen desenfadada y digital, como si hubiera pasado los últimos 65 años tuiteando mentalmente antes de abrirse una cuenta. Sobre esa obra maestra de la arquictectura semántica en 140 caracteres se estuvieron escribiendo ríos de bits durante una semana entera.

Prince optó por resolver el problema de una forma algo más categórica:

2. El segundo tuit

Cuando el primer tuit no se presta, como suele hacer, a ofrecer apresuradas predicciones sobre qué tipo de tuitero es el famoso en cuestión, siempre existe el corolario del segundo, del que se puede extraer una cantidad mucho más agradecida que el anterior. Puede medirse, por ejemplo, el tiempo que ha pasado entre los dos, y calcular si estamos ante un famoso potencialmente tutierreico o un solapado promocionador de sus productos. Permite también ver si se dirige a algún otro usuario que le haya contestado al primer tuit o si sigue con su propio discurso; ambos casos son igualmente reveladores. Liberado del peso introductorio de su hermano mayor, el segundo tuit resulta generalmente más goloso y aparenta ser menos falaz.

Prince afrontó esta cuestión publicando el siguiente tuit un minuto después que el primero:

3. La foto de comida

Un plato apetecible actúa de la misma forma que el ala de un avión sobrevolando el atardecer o unos pies sobre la arena de una playa: la forma más fácil de que un usuario sienta que eleva su estado sobre la miríada de personas que están publicando cosas infinitamente más mundanas.

Todas ellas son instituciones en sí mismas pero quizá la foto del colorido, delicioso y digital plato con comida tenga algo más de peso que los demás porque, a diferencia de la playa y del avión, suele estar al alcance de cualquiera un par de veces al día en diferentes formas y goza, por tanto, de superioridad numérica, que es todo lo que se necesita para que algo sea parodiable. Prince cumplió con el trámite  apuntando hacia el lado contrario:

En lugar de publicar una suculenta ración de comida con un chascarrillo facilón estilo "Rico, rico" o "Sufriendo", el cantante preguntó: "¿He añadido demasiada pimienta?" (sustituyendo el sujeto I, en inglés yo, por eye, que suena exactamente igual, recuerda al nombre del grupo y resulta un finísimo giro de irreverencia promocional). A la esmirriada ensalda no solo se le quitó el inevitable filtro de Instagram que la hubiera convertido en otra en obra maestra de la gastronomía doméstica, sino que se le añadió una lluvia de pimienta en una de las presentaciones cuinarias más deprimentes fuera de las cenas de Cuéntame. Tópico cumplido, tópico invertido. Tópico burlado.

4. El 'selfie'

Uno de los mayores ejes de la experiencia 2.0 reside en convertirse en una versión perfectamente mejorada de sí mismo y de su propia vida, y el papel del autorretrato fotográfico juega en este proceso un papel fundamental. Es lo que todo el mundo conoce como selfie, un vocablo con el que se ha convertido tan delicioso impulso narcisista en un juego entre otros usuarios igualmente narcisistas y por tanto obligados a aceptar que compartamos las fotos que nos hacemos a nosotros mismos.

Prince se sumó de inmediato a esta venta de humo personal con lo que anunciaba a bombo y platillo era su primer selfie. Consistía, efectivamente, de humo.

5. La nostalgia egocéntrica

Los usuarios de redes sociales estadounidenses cuentan con una importante ampliación de los principios del selfie en lo que llaman Throwback Thursday, que se podría traducir como Jueves de Mirar Atrás y que, por los poderes que otorga la aliteración en el mundo anglosajón (sobre todo en el mundo digital; todavía no ha desaparecido del todo el Follow Friday o #FF), permite que el usuario al que docenas de autorretratos no hacen suficiente justicia suba una foto de cuando era un niño y arañar así puntos de candor y ser, esencialmente, mono.

La versión de Prince fue mucho más acorde con su personalidad y, por ende, más destructiva con este principio.

6. El 'meme'

Prince presentaba, hace unos días, la que se supone es la portada de su nuevo single, titulado Breakfast Can Wait (El desayuno puede esperar), enterrada en una compleja lógica que solo los muchos conocen bien la cultura estadounidense de las últimas décadas pudieron apreciar: quien figura en la carátula no es él, sino Dave Chapelle, un cómico que hace años tenía el mejor programa de sketches desde los de Monty Python, centrado en explorar, a golpe de parodias, la cultura afroamericana. Quizá el mejor segmento de aquel programa fue uno en el que Chappelle hacía de Prince y jugaba un partido de baloncesto contra Eddie Murphy y su hermano (conviene verlo para entender por qué resultó tan memorable). La cara del cómico haciendo de Prince es la que se ve en esta carátula y la imagen recrea hasta un detalle del final del feroz sketch, que terminaba con Prince comiendo tortitas.

Si usar la imagen de alguien que se ha burlado de uno mismo en la portada de un single no resulta lo suficientemente interesante, téngase en cuenta que la apropiación de ideas es uno de los motores de la cultura cibernética. Es lo que se llama, de forma intraducible, meme: se toma una idea cultural, generalmente una imagen, que sea conocida por el público al que se quiere dirigir; se le añade una variación que le cambie el significado y el resultado es un guiño privado e irrepetible.

Eso tan largo de explicar y tan fácil de ver, eso que es el pan de cada día en Internet y que se le escapa a docenas de famosos cada vez que abren sus cuentas en redes sociales, es lo que acabó haciendo, voluntariamente o no, el hombre que había declarado muerto Internet.

Todo esto no es más que una interpretación personal. Es difícil saber qué pretendía el artista con este renacer virtual, pero se puede intuir. Prince no da muchas entrevistas pero sabe comunicarse con el público. Lo hace a través de su imagen antisistema, de su soberbio dominio de la guitarra y, ahora, a través de Twitter. Es más personaje -icono, casi- que persona. Era, por tanto -y da que pensar que haya tenido que ser él quien lo demostrara-, el personaje perfecto para dominar Internet.

Hay 18 Comentarios

A Citizen Cani, en ningún momento se hace referencia a la música de Prince, simplemente se explica como este tío hace una crítica y se burla del uso que la mayoría de personas da a las redes sociales actualmente. Es tu opinión pensar que es un análisis desmesurado e idolatra pero quizás lo que te molesto es que estas siempre tomándote autorretratos y publicándolos, o fotografiando lo que comes porque crees que a tus amigos (seguidores) les importa.

A Citizen Cani, en ningún momento se hace referencia a la música de Prince, simplemente se explica como este tío hace una crítica y se burla del uso que la mayoría de personas da a las redes sociales actualmente. Es tu opinión pensar que es un análisis desmesurado e idolatra pero quizás lo que te molesto es que estas siempre tomándote autorretratos y publicándolos, o fotografiando lo que comes porque crees que a tus amigos (seguidores) les importa.

Con algo deben de llamar a atención, eso es todo en esas profesiones de la Fama.

¿¿¿¿¡¡¡¡PRINCE SIGUE VIVO!!!!????

:O

Muy bueno el artículo!

Articulo excelente. Me gusta!

- ¿Eh?
- eh
-¿Como?
- ¿Qué?
- Eh, eh

Se puede decir que se burló de internet o que sus primeros tuits están a la defensiva con ironía carente de sutileza por haber sucumbido tan tarde a la red. En cualquier caso, el análisis de Avendaño es desmesurado e idólatra.

A ver si se deja caer por aquí pronto...... Algunos fans han creado un hashtag #princecome2spain, quien se anime a utilizarlo que cite a @3rdeyegirl Gracias.

Sí, sí... Tontito. Jajajajajaja... Este tío es más listo que nadie. Y un músico de la cabeza a los pies.

Confirmado, Prince es tontito, ya lo sabíamos, hace tiempo

WTF! (what a fuck!)

excepcional!

Excel·lent!

Por fin alguien hace un artículo inteligente sobre Prince lejos de topicazos sobre su cambio de nombre o sus excentricidades. Gracias Tom C. Avendaño.

Excelente artículo. Brillante tuitologo!

Excelente artículo. Brillante tuitologo!

Buenísimo.

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Tuitología

Sobre el blog

Un blog sobre las ansiedades, ínfulas, confesiones y caprichos diarios que comparten las personalidades públicas en redes sociales. Lo más llamativo del mundo visto por los famosos, lo más delirante de los famosos vistos por el mundo y todo sobre ese insólito punto en el que ambos fenómenos se entrecruzan.

Sobre el autor

Tom C. Avendaño

es periodista. Se hace un lío con el país al que pertenece, si España o Estados Unidos, y suele resolverlo declarándose ciudadano de las redes sociales. Lo de los intereses lo tiene más claro: investigar cuánto dice la cultura popular sobre el mundo en que vivimos.

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