Pongamos que una mujer, a la que llamaremos Farrah, se ve
inusualmente agraciada en una serie de fotos pero que, por el motivo que
sea, ambiciona verse aún mejor. Con pómulos más elevados y labios más
carnosos, por ejemplo. Supongamos que Farrah deja su sueño de alcanzar
la perfección estética en manos de un tipo anónimo que lleva una página
web en la que se ofrecen retoques gratuitos de Photoshop. Mandaría, pues, imágenes como estas:
Como esto es Internet y no pocos usuarios tienen por objetivo significarse a base de hacer trastadas inesperadas, no sería nada descabellado que lo que Farrah recibiera a continuación fuera una perversión de lo que ella había pedido. Algo así:
Hay que suponer que Farrah es real y que la imagen que recibió estaba hecha con mala leche porque es difícil de confirmar: las imágenes son reales pero la web que empleó para solicitar el barniz de Photoshop se llama PhotoRequest y su objetivo es que el diseñador gráfico a cargo de las imágenes no obedezca ninguna de las instrucciones que se le pide, sino que las pervierta con interpretaciones demasiado literales de sus órdenes. De ahí que muchos de los que le escriben no sean quienes salen en sus fotos, sino gente que quiere jugársela a quienes salen en ellas y se hacen pasar por ellos. PhotoRequest es la cara pública de PhotoTroll, la web de un troll de Photoshop; un longevo arte perfeccionado por países orientales que estos días experimenta un repunte en popularidad tras haber sido descubierto por varios medios occidentales.