DANIEL GONZÁLEZ DE LA RIVERA GRANDAL
JUAN JOSÉ MORENO NAVARRO
Bien podría definirse a un país por cómo trata a sus grandes personajes tanto en vida como después de ella. Los restos de Newton yacen en la Abadía de Westminster, junto a monarcas, primeros ministros y otros grandes británicos. El genial matemático Alan Turing ha recibido reconocimientos póstumos, aunque falta el perdón por su encarcelamiento. El panteón de franceses ilustres de París presume de albergar las tumbas de las más grandes mentes galas, entre ellas una multitud de científicos e inventores, como Marie Curie (doble premio Nobel), Pierre Curie (premio Nobel) o Louis Braille.
Desgraciadamente no es así en el caso de España y la diferencia no es tanto como se despide a sus mejores cerebros sino la falta de reconocimiento tanto a la persona como a sus aportaciones. Podríamos poner una multitud de ejemplos, pero queremos centrarnos aquí en un personaje donde su imaginación solo queda por debajo del desconocimiento que se tiene de sus invenciones.
Pero además nos sirve de paradigma sobre algunos de los problemas con los que se enfrenta la I+D+i y también la educación de este país. Nos referimos a Ángela Ruiz Robles. ¿Su nombre no les dice nada? Pues esta maestra de origen leonés debería pasar a la historia como la inventora el libro electrónico. Lamentablemente todo el mérito (y los beneficios económicos consiguientes) se lo lleva ahora Michael Hart, que en los anales aparece como su inventor en 1971. Pero mucho antes, en 1949, Ángela Ruiz Robles presentó una patente (número 190.698) y desarrolló un prototipo posterior de su libro mecánico.
Es posible que en este punto de la lectura sean un poco escépticos de lo que han leído y acudan a Internet a corroborar esta afirmación. En efecto, hasta hace unos días no aparecía en Wikipedia, lo que puede llevar a algunos lectores a confirmar el escepticismo. En realidad, en Wikipedia solo aparecen 9 informáticos españoles, entre ellos un actor, un jugador de hockey, un hacker y solo 4 académicos. Pero más allá de permanecer en el acervo de la familia y sus allegados, unos pocos estudiosos y en el anuario “200 años de Patentes-OEPM”, una visita al Museo Nacional del Ciencia y Tecnología en A Coruña, nos puede permitir observar y disfrutar el prototipo que está allí expuesto y convencernos de que la información aquí indicada es veraz.
Aprovechemos para conocer un poco más de la vida y las aportaciones de Ángela Ruiz Robles. Nació en Villamanín (León) en 1895 en una familia acomodada de la época pues su padre Feliciano era farmacéutico y su madre Elena ama de casa. Cursó estudios superiores en la Escuela Normal de Maestros de León donde impartió sus primeras clases, de taquigrafía, mecanografía y contabilidad mercantil. A los 22 años fue nombrada maestra directora de la Escuela de Gordón (León), profesora y directora del Centro Ibañez Martín y después empresaria, como propietaria, directora y profesora de la Academia para adultos “Elmaca” de Ferrol. Impartía clases particulares a oposiciones de Aduanas, Correos, Telégrafos y examen de ingreso a las Escuelas de Altos Estudios Mercantiles. A partir de 1938 comienza a publicar sus obras técnicas que incluyen un Compendio de ortografía castellana, Ortografía castellana y Taquigrafía martiniana abreviada moderna. En 1947 le es concedida la Cruz de Alfonso X El Sabio y es a partir de este momento cuando comienza a recibir los premios, nacionales e internacionales.
Ángela Ruiz Robles anticipó la era de las
pizarras digitales con varias décadas de antelación. Una mente privilegiada y
una profunda vocación por la pedagogía y la educación ideó el primer precedente
de e-book con tres objetivos: aligerar el peso de las mochilas de los niños,
hacer más atractivo el aprendizaje y adaptar la enseñanza al nivel y
necesidades de cada estudiante. Tomó forma en los talleres militares
ferrolanos, en una suerte de artefacto con carretes que en la década de los
sesenta la prensa consideró que “rozaba el mundo de la abstracción”. Constaba de dos partes,
la primera de conocimientos básicos: lectura, escritura, numeración y cálculo.
Haciendo presión en abecedarios y números se formaban sílabas, palabras y lecciones. La segunda funcionaba con
bobinas, cada una dedicada a una materia.
Todo en el tamaño de un libro “de facilísimo manejo y peso insignificante”
describía la propia autora.
El concepto de libro mecánico iba más lejos
pues las materias debían poder ser intercambiables, pero, ante todo, el libro
debía ser fácil de usar, intuitivo e interactivo para asegurarse un aprendizaje
entretenido y no tan monótono como hasta la fecha. La primera versión fue construida en cobre
pero estaba pensada y diseñada una segunda versión de plástico con nailon duro
que pesaría aproximadamente 40 gramos, fue diseñada por una empresa italiana,
pero desafortunadamente nunca se llegó a finalizar. Por tanto, el peso del
libro y 5 ó 6 bobinas con asignaturas era muy reducido comparado con sus
equivalentes libros de texto.
Todo el diseño estaba inspirado en las
necesidades de sus alumnos con especial énfasis en dos aspectos, el peso de los
libros y el manejo y visión de los números y las letras. El libro disponía de
sonido, luz y cristal de aumento, elementos estos indispensables para la
enseñanza con necesidades educativas especiales y de idiomas.
No se pueden estudiar las características del libro mecánico sin esbozar una sonrisa de sorpresa e incredulidad: Era transportable, de poco peso para usarse en casa y en el colegio. Apoyaba el aprendizaje con sonidos e imágenes, permitía usarse en la oscuridad y aprender en varios idiomas. Podía adaptarse a alumnos de todos los niveles incluso con ciertas discapacidades (como problemas de visión). Permitía que otros maestros añadieran sus propios materiales y, en general, aminorar costes. ¡Todo un ideario de la educación más progresista!
Para hacerse una idea de su funcionamiento, además de observar la fotografía, hay que indicar que favorecía la interacción del alumno mediante botones, facilitaba los cálculos en huecos específicos, permitía la escritura de números y palabras (con un plástico-teclado para dibujar o escribir), con el cambio de bobinas el contenido era personalizable para el alumno, creado específicamente por su profesor y tenía la posibilidad de leerlo en horizontal y vertical. ¿De verdad que Michael Hart o Steve Jobs no tenían conocimiento anticipado del libro mecánico?
Pese a que la invención fue autorizada por el Ministerio de Educación y Ciencia en un tiempo record, finalmente el proyecto no tuvo el empuje y la proyección que se merecía. El motivo fundamental fue que Ángela Ruiz no podía invertir la cantidad de dinero necesaria para la producción masiva y a gran escala del libro y, pese a sus esfuerzos, no encontró inversores ni personas que creyeran y vieran potencial en el proyecto. Cuentan quienes la conocieron que Doña Ángela recibió una oferta de “los americanos” para la compra de su patente que rechazó con la ilusión de que su invención se desarrollara y comercializara en España. Esto no sucedió, pero fue la primera inventora oficial española, toda vez que su patente es la primera formalizada por una mujer.
Aquí hay que pedir un esfuerzo adicional al lector para ponerse en contexto. Ángela Ruiz Robles desarrolló su carrera en los años 50 en lo que entonces se llamaba El Ferrol del Caudillo.
Le correspondió vivir en una época en que las mujeres que no se quedaban en su hogar (la mayoría) eran aguadoras, descargadoras, transportaban tierra para el dique,… y a lo más que podían aspirar era a ser maestra. No tenían cabida en el campo de la invención ni de la empresa ni en el emprendimiento. Ella no solamente consiguió entrar en él, sino que fue reconocida nacional e internacionalmente, con medallas en las Ferias y Exposiciones de Bruselas (1957, 1958 y 1963), Zaragoza (1957), Sevilla (1964) y Ginebra (1968).
Por sus propias convicciones pedagógicas no sería hoy feliz contemplando cómo muchos jóvenes tienen que marchar fuera para desarrollar y aprovechar su conocimiento. Sin duda les transmitiría un mensaje de seguridad en ellos mismos con la convicción personal de que ella misma rompió límites al desarrollar su creatividad y ser una pionera del libro electrónico. También ideó un atlas científico gramatical y un método taquimecanográfico.
En las circunstancias en que se mueve la educación en nuestro país y con la importancia que la digitalización puede tener en ella, podríamos preguntarnos cuál sería el escenario actual si hace casi 65 años el invento español del libro mecánico se hubiera rentabilizado convenientemente. Todavía hoy los niños tienen que ir cargados con mochilas, no hay libros escolares electrónicos que sustituyan plenamente a los de papel y aun no se puede escribir un libro electrónico personalizado, adaptando contenidos y presentación a cada niño con sus adaptaciones curriculares propias.
Esa visión y anticipación del futuro, su pasión por su vocación, el seguir caminos diferentes a lo esperado asemejan a Ángela Ruiz Robles con Alan Turing y parece imprescindible reivindicar su memoria a la vez que lo hacemos con la suya.
Daniel González de la Rivera Grandal es el Subdirector de Transferencia de Tecnología del Ministerio de Economía y Competitividad y nieto de Ángela Ruiz Robles.
Juan José Moreno Navarro es catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid e investigador sénior del instituto IMDEA Software.
Hay 11 Comentarios
Una herramienta que transformo la forma de leer, las lecturas clasicas que a mi opinión las disfruto más.
Publicado por: Hosting | 07/04/2013 15:27:34
muy interesante, gracias!
Publicado por: Coral | 15/03/2013 21:06:39
Que buen patente, pero creo el libro electrónico nunca podrá sustituir los libros tradicionales.
Publicado por: Ruva | 04/03/2013 12:46:32
España ha invadido Portugal, Colombia y Filipinas y ahora se lanza contra China en lo que sera la mas dura de las campañas militares. En clave interna, derecha e izquierda siguen en lucha por el gobierno. Tu país necesita tu ayuda en un nuevo juego de estrategia militar, economía y política online. Registrate gratis en [ http://bit.ly/UqObyi ] y juega desde tu navegador.
Publicado por: Uma | 17/01/2013 21:37:17
Pido disculpas por la falta de ortografía que Susana ha detectado. Ya esta corregida. Gracias Susana.
Publicado por: Año Turing | 17/01/2013 21:06:29
Sí, pero es "acervo" y no "acerbo".
Publicado por: Susana | 17/01/2013 19:52:43
Ahora que he leido el artículo debo considerar que en efecto en este pais no hay nada que hacer con nuestros inventos , Yo mismo patenté un proyector de TV y lo deje porque solo me producia gastos y no encontraba anadie que me ayudase a su fabricación , depues invente un termómetro instantaneo e hice experimentos de muchas clases entre los que hice uno que convertia el agua en gas por mediación de la electricidad y tanta energia consegui que por poco me mato en una explosión por lo que pese a mis inquietudes fuí dejando de investigar, pues como le pasó a esta sorprendente señora , y como dice el refrán nadie es profeta en su tierra. En fin que aquí somos así un poco tontos y nunca arriesgamos ni un centimo en ningún español o española sobre inventos ni literatura ni otras cuestiones y preferimos los productos extranjeros que ya estén en el mercado con éxito .
http://www.antoniolarrosa.com
Publicado por: ANTONIO LARROSA | 17/01/2013 19:02:40
Ami no me convencen los libros electrónicos , tengo uno y no lo utilizo para nada me gusta más el papel, pero cada cual puede encontrar y hacer lo que quiera.
Hoy, mi novela "El film" ha llegado a la 9ª edición, Gracias a todos y a editorial -- www.narrador.es -- www.antoniolarrosa.com ...
Publicado por: ANTONIO LARROSA | 17/01/2013 18:39:39
Hay que leer el artículo... Excelente!!! La capacidad de Doña Ángela para luchar contra todo con tal de sacar adelante su invento es maravillosa. Rechazó la oferta americana para comprarle su patente porque esperaba que se fabricase y usase en España y los americanos lo comprasen aquí. Las circunstancias impidieron todo ello y ahora su invento está en un museo mientras escribo esto en un derivado de sus trabajos. Por aquello de las inteligencias convergentes fue Michael Hart quien llegó a algo parecido, pero en un entorno radicalmente diferente. Lástima. Bien merece Doña Ángela el homenaje, escrito, además, por alguien que entiende muy bien la importancia de la investigación para resolver problemas, como es el Profesor Moreno Navarro, que trabaja en el IMDEA Software, y por alguien que entiende muy bien y organiza la importancia de la transferencia de conocimiento a la sociedad, y especialmente a la sociedad empresarial para que cree empleo, riqueza, más conocimiento, como es Daniel González de la Rivera, su nieto.
Publicado por: Daniel | 17/01/2013 17:30:14
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Publicado por: ★★TECNICAS INCREIBLES PARA PERDER 15KG★★ | 17/01/2013 16:09:17
Muy bonito todo, pero pasa una cosa.
Lo de los ordenadores en las escuelas ha sido el mayor timo y retraso que ha sufrido la educación. Trabajo con jóvenes y es horrible a la hora de hacer deberes, hay que ir constantemente estar al loro ya que están todo el rato en Facebook, escuchando música, viendo videos... no hay quien trabaje. Todos los trabajos son cortar y pegar y no se sabe apenas escribir a mano correctamente. En mi época la profesora de literatura con mas de 5 faltas ya no me corregía el examen. Un chaval me confesó que los exámenes que hacen con el ordenador en la escuela se pasan las respuestas por email. A la hora de ponerse todo son: no me carga la página, me ha entrado un virus, se me ha roto el disco duro, en casa no nos podemos pagar internet. Tenia otro chaval que hasta no le llegó el ordenador en las tutorías o horas libres por puro aburrimiento, a la que le ha llegado el ordenador se pasa el día jugando. Los institutos están llenos de proyectores, pantallas digitales y demás cuyo coste es inmenso, y luego te hacen pagar 3 euros para calentar la fiambrera del niño en el microondas. Aqui quien ha ganado es el comercial y el directivo de las empresas informáticas que ha logrado vender la moto con este rollo digital, somos muy infantiles y al mínimo cacharro nos volvemos tontos. Entre antivirus, derechos digitales de los libros, conexión a internet, programas etc.... las familias se gastan un pastón ingente en estas chorradas. Se ha pasado de consultar el Larousse o la enciclopedia británica a visitar Wikipedia, un sitio en que cualquiera puede poner lo que le sale del pito. A la que me saque plaza fija mis alumnos va a hacerlo todo a mano, me aseguro que los trabajos los han hecho ellos, que ha leido, que han tenido que estructurar la información buscada, al escribir se memoriza, a la vez que los educas en el esfuerzo. Pedazo timo lo de los ordenadores
Publicado por: chupiguay | 17/01/2013 14:44:42