PABLO NOGUEIRA
Alan Turing demostró en su famoso teorema de
indecibilidad que no es posible escribir un programa de ordenador que nos diga
si otro programa cualquiera se queda o no se queda colgado. Este es el famoso
«problema de la parada» para el que no hay programa posible.
Este teorema tiene consecuencias importantes para la programación de ordenadores. En esta entrada voy a intentar explicar el teorema sin usar matemáticas. Además, para no aburrir a los que ya se lo saben, voy a explicar que el mismo resultado se aplica a las personas, y que ese famoso debate acerca de que la indecibilidad es lo que distingue a los programas de las personas no tiene fundamento (más abajo hablo un poco más de esto y doy algunas referencias).
El problema que Turing deseaba estudiar era el de si dada una función matemática sobre números se puede escribir un programa que la calcule. Para ello Turing tuvo que definir qué es un programa y así inventó sus famosas «máquinas». Nosotros asumiremos sin más que los programas son esos prodigios que instalamos y utilizamos.