El Viajero: Guía de Viajes de EL PAÍS

Sobre el blog

Turistario es una colección de curiosidades viajeras donde cabe la recomendación de una azafata, un chiringuito de película o el hotel con el mejor papel higiénico del mundo. Destinos, tendencias, souvenirs, muchas pistas y una sola recomendación en firme: Vayas donde vayas, usa protector solar.

Sobre el autor

Patricia Gosálvez

Patricia Gosálvez es periodista y colaboradora habitual de El Viajero y El País. Le gusta viajar, claro, pero se orienta regular y no ha visto los cinco continentes (¿o son siete?). Como turista tiene debilidad por la comida, la gente, la arquitectura y los tours más excéntricos que encuentra. Su lugar favorito del mundo es el sofá.

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Patricia Gosálvez

¿Se puede ser más ñoñi?

Niñas con sombreros floreados dignos de Doña Croqueta y niños con pajarita a la Jordi Hurtado dejaban bien claro que, en los ochenta, lo chachi era pasar el verano rellenando los cuadernos de Vacaciones Santillana. Madre mía, el estilismo veraniego de la EGB...

Hace más de 40 años que Santillana (que forma parte de PRISA, editora de EL PAIS) publica libros de texto, pero no fue hasta finales de los ochenta cuando conquistaron el verano. Ahora, la colección de repaso estival se publica en los distintos idiomas autonómicos, está apoyada por contenidos multimedia y tiene presencia en las redes sociales.

El diseño también se ha adaptado a los nuevos tiempos. Como podemos ver en este versus entre ESO y EGB: una portada actual y un ejemplar ochentero (¡que alguien vende de segunda mano en internet!).

  Niño molón vs niño alpino

Anda que no ha llovido de los calcetines blancos a las gafas molonas... Sin embargo, lo que no ha cambiado es la famosa sintonía de la colección, que sigue sonando en la web de Vacaciones Santillana, aunque en versión casiotonera tropicaloide, es decir, como de videojuego.

El famoso jingle fue compuesto por Manuel Pacho a finales de los ochenta. "Recuerdo que me pidieron una cosa que no asustase a los niños", explica el compositor de temas publicitarios tan míticos como Farala o Alucina, vecina (que se eclipsó al muñeco que anunciaba, un tal Gugú, al que nadie recuerda).

"Ante todo tenía que ser una canción divertida, me hizo gracia, porque los cuadernos eran lo más odiado del verano... Al final funcionó muy bien y ha sobrevivido en la memoria colectiva todos estos años", dice Pacho. "Jingles hay muchos, pero solo recuerdas unos poco", explica el compositor, citando entre sus hits el Himno del PP o el de Papilla Puleva (le va, le va, le va...).

"La clave es encontrar una fórmula musical fácil de entender, pero no es sencillo". De aquella melodía "guitarrera" el músico destaca que es "alegre y pegadiza". ¿La volvería a hacer igual? "Probablemente suena a algo que sonaba en los ochenta, pero creo que sí, ha envejecido bien".

Lo que no quita, que por mucho que ahora Vacaciones Santillana tenga cuenta en Tuenti, hay algo intrínsecamente nostálgico en esa musiquilla. Incluso la última campaña de la colección ahondaba en el rollo retro, con su vídeo "Cuando los veranos eran vacaciones", poblado de niños que ahora tienen edad de ser padres y de comprar a sus hijos aquellos mismo cuadernos...

 

 

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No tenía ni nombre, pero sí un diseño ingenioso que, con forma de supositorio, respondía, en principio prefectamente, a su fin: ¿Dónde meto los cinco duros cuando me voy a la playa para no perderlos? Cabían justo.

Por supuesto, también cabían billetes, pero quién los tenía. Poco más, igual una llave suelta. O un cigarrillo robado de extranjis.  Muy bonitos no eran, pero oye, eran manos libres y herméticos (aunque no tanto) así que te podías bañar con ellos para que no te robasen el dinero de polo.

Hoy necesitamos muchas más cosas que cinco duros para ir a la playa, y el concepto se ha renovado dando paso al Tansafe, que sí tiene nombre y significa bronceado-caja fuerte. Dentro, además de los euros, cabe la Blackberry.

 

La idea es que como parece un bote de crema solar, el ladrón no se llevará el iPhone que hay dentro. Esto es, claro, si no ha visto el anuncio.

Aún así, parece mejor que meter el móvil en el zapato, ese viejo truco. ¿Cuál es el tuyo?

 

 

09 ago 2011

Arqueología playera: La venganza de las cangrejeras

Por: Patricia Gosálvez

  Ahora, a este color lo llaman "nude"
En el ranking de debates veraniegos de altura (melón o sandía, cerveza o sangría etcétera) hay uno harto polémico: Cangrejeras, ¿sí o no?

Algunos recuerdan sus cangrejeras azules con purpurina incrustada como lo más de sus veranos, otros (me incluyo) como ese horror sudoroso que te obligaba a ponerte tu madre "por si los erizos... ¡o las jeringuillas!".

Eran los ochenta.

Tito y Piraña las llevaban blancas.

Tito y Piraña, de Verano azul, con cangrejeras blancas.

Se te cocían los píes, se te escapaban los detitos y dejaban una marca ridícula de mugre y bronceado a trozos. Pero, lo que no se le puede negar a la humilde cangrejera (jelly sandal en EE.UU, T-bar en Australia, méduse en Francia o skippy en Argentina) es que es un icono del diseño del siglo XX.

Sus orígenes nos están claros, aunque la historia más repetida es que el primero en fabricarlas, fijándose en el modelo tradicional de las sandalias de los pescadores, fue el francés Jean Dauphant en 1946, cuando el cuero escaseaba tras la Segunda Guerra Mundial. Su empresa de plásticos (que se centró en hacer zapatos a partir de los sesenta) estaba en Les Sarraix, Auvergne, por lo que sus sandalias se quedaron con el nombre Sarraiziene.La compañía quebró en 2003, pero los moldes originales fueron adquiridos por una empresa británica que todavía comercializa el modelo original.

Sarraiziene, son vintage.
En los cincuenta y sesenta, la era del "plastic is fantastic", otras marcas de calzado alrededor del mundo empezaron también a experimentar con el novedoso PVC y el modelo cangrejera triunfó por ejemplo en Australia con las Talisman T-Bar, como atestigua el consenso en esta clase del 61.

Clase australiana de 1961

El boom ochentero de la cangrejera hay que buscarlo en Brasil en 1971. Fue entonces cuando Alexandre y Pedro Grendene Bartelle fundaron en Farroulpilha una fábrica que hacía corchos de plástico para vino (barato, se entiende). Con el tiempo Grendene se ha convertido en una empresa de calzado líder, sobre todo gracias a la creación de la marca Melissa en 1979. Solo en 1980 vendieron 5 millones de pares de sandalias de plástico.

Lo que yo decía del bronceado a trozoz...


En 1981 un banquero estadounidense llamado Preston Haag viajó a Sudamérica en busca de un negocio para invertir. En una fiesta en casa de un embajador alucinó con los coloridos zapatos que llevaban las mujeres más jóvenes. Hizo un pedido a Grendene y las presentó en la Feria de Knoxville. Y así, la cangrejera conquistó América y volvió a ser sexy.

¿En serio?

En los noventa, otra vez. Y en los dosmil, de nuevo. Hasta hoy, la sandalia no deja de reaparecer de cuando en cuando (para ver una galería histórica de modelos: El maravilloso mundo de la cangrejera).

El modelo actual de la Aranha Melissa de 1979, que a primera vista es una cangrejera de toda la vida, es un "must" de las revistas de moda desde hace tres o cuatro años. Tarda en fabricarse por inyección en molde 26 segundos, lo que no quita no bajen de 30 euros.

Melissa

Los estilistas adoran la marca y diseñadores como Vivianne Westwood o Jean Paul Gaultier, diseñan modelos para ellos en plástico fantástico.

 

 Para nostálgicos con menos recursos, en los grupos de Facebook de fans de las cangrejeras, recomiendan ir al Carrefour (o similar) más cercano, donde el modelo básico sale por desde 4 euros.

para el niño y la niña

Una última reflexión: Cuando las revistas de moda dan la razón a tu madre aconsejándote que te pongas algo que creías superado, ¿significa que estás mayor?

 

 

 

04 ago 2011

Papel higiénico vaticano para peregrinos

Por: Patricia Gosálvez

PapelEspecialRenovaJMJ_2011

El merchandising de la visita del Papa a Madrid llega al humilde rollo de papel higiénico. La marca Renova, que ya revolucionó los hoteles de lujo con sus rollos de papel negro, ha lanzado una edición limitada con los colores del Vaticano para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en Madrid del 16 al 21 de agosto.

De acuerdo con la organización, la marca donará a los peregrinos 7.000 rollos, en packs de dos, uno blanco, uno amarillo, adornados con una pegatina en la que se puede leer: "Yo (corazón) el Papa".

Según la nota de prensa de la compañía, la idea es que este papel papal sea utilizado como serpentinas para fomentar el "buen rollo" en la visita del pontífice. Se ha acordado con la organización que los rollos/serpentina se lancen desde los puentes por los que pasará el Papa el 18 de agosto en su llegada y traslado en Papamóvil desde el aeropuerto de Barajas a la Nunciatura y de allí a la Puerta de Alcalá.

"Con tan original pack asociado a este evento, Renova pretende animar Madrid y ayudar a que los jóvenes y no tan jóvenes, reciban al Papa de una forma colorida y divertida", explica la empresa.

Además de los rollos donados, el pack higiénico se puede comprar por 3,50 euros. Tiene tres capas, aroma y está testado dermatológicamente, por lo que también se puede utilizar para fines menos celebratorios.

 

02 ago 2011

Arqueología playera: Potingues para ponerse moreno

Por: Patricia Gosálvez

 

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Antes de que el factor solar fuese un factor, ser una gamba molaba.

Ya no hay excusas. Todos sabemos que hay que protegerse del sol. Lo dicen los reportajes científicos y los posts divertidos en los que aparece Bob Esponja. Resumiendo: hay que buscar la sombra entre las 11 y las 4 de la tarde, no hay que exponerse mucho al sol aunque se lleve protector, este debe tener un factor superior al 15 para que haga algo (y conviene no bajar del 30) y hay que reponérselo con frecuencia aunque el bote diga que es resistente al agua.  El precio por acabar "renegría" es altísimo: manchas, envejecimiento prematuro de la piel y melanoma. La Asociación española contra el cancer explica con detalle en su web cómo protegerse. Además, estar muy moreno es muy feo, y quererlo obsesivamente tiene hasta un nombre de enfermedad: tanorexia.

Así que, no intenten nada de lo que sigue en sus casas. 

Hubo un tiempo en el que inventar potingues caseros para ponerse moreno hacía furor.

Confieso, que como muchas adolescentes idiotas de mi generación, cometí barbaridades como aquella vez que me unté las pantorillas de aceite de oliva para tomar el sol. Acabé en el médico con quemaduras del dos y una bronca del factor 60. Sí, fui tonta (en otra ocasión me eché mayonesa en el pelo como mascarilla, fue apestoso, pero más inocuo).

No estaba sola en mis experimentos. Rebuscando en la arena de la arqueología playera, encontramos muchas otras barbaridades solares...

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La más famosa: Mercromina con nivea. Mezclarlas ya era toda una hazaña (también había quien versioneaba el mejunje añadiendo betadine). Factor de protección nulo, pero al menos hidrataba. No así la Coca Cola que algunas ilusas se ponían en la piel, y luego hala, a la piscina a dejar el rastro.

La más gastronómicas optaban por el agua con sal o limón, o el aceite de oliva con vinagre, en plan sardina a la plancha. Yo tenía una amiga que se frotaba aceite Johnson con zanahoria. Rallada, la zanahoria; rayada, ella.

"Lo de la mercromina no lo había oído nunca", se sorprende el doctor Juan Carlos Moreno de la Academia Española de Dermatología. "Sí que había oido lo de echar yodo o limón a las cremas hidratantes". En el caso del limón, explica el médico, como en el de otros extractos vegetales, lo que se consigue es que el sol se acumule y dañe más la piel. "Es cierto que te pone moreno más rápido, pero los efectos negativos también se multiplican". Con el yodo la cosa es más sencilla: "Te pinta".  "El aceite de oliva, como en la sartén, puede llegar a hervir", dice el doctor. ¿Y lo de comer zanahorias? "Eso es bueno, porque tienen antioxidantes, pero el efecto moreneante del betacaroteno es simplemente porque tiene ese color y tiende a depositarse en la piel, sobre todo en las palmas de las manos". "Lo que parece mentira es que con la tabarra que damos, haya gente que sigue haciendo estas barbaridades", se despide el médico.

Por el camino de una nostalgia más sana encontramos el temazo Wear sunscreen (Usad protector solar). Un hit de hace algo más de una década, que explica las cosas importantes de la vida, entre las que NO está ponerse moreno.

 

(Por cierto, la canción tiene una historia deliciosa detrás en la que aparece Kurt Vonnegut y el nacimiento de los bulos de Internet.)

Confiesa, ¿qué barbaridad cometiste tú para ponerte moreno?

 

El País

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