Es tiempo de hacer balance sobre la famosa frase de "pan y toros", actualizada por la de "pan y fútbol". Está claro que de fútbol estamos sobrados. La selección se clasificó ayer para la próxima eurocopa con un rotundo 6-0 ante la modesta selección de Liechtenstein. Los sub-21, sub-20 y sub-16 siguen jugando bien o muy bien. La liga comenzó con sendas goleadas del Barça y del Madrid, es decir: todo controlado.
José María del Nido, presidente del Sevilla, abogado que fue de los ilustres alcaldes de Marbella Jesús Gil y Julián Muñoz, e imputado él mismo en el "caso minutas" (facturó al ayuntamiento marbellí 6,7 millones de euros por presuntos asesoramientos jurídicos), está dispuesto a hacer la Revolución Francesa en la liga de fútbol profesional por lo que respecta al reparto de los muy suculentos ingresos por los derechos de televisión. Claro que no estamos seguros si, de hacerla, también estará dispuesto a utilizar la guillotina con Florentino Pérez y Sandro Rosell. Todo es posible. Del Nido tendrá serias razones para convocar esa especie de arrebato revolucionario pero pocos ejemplos mejores de lo de "la viga y la paja en el ojo ajeno y en el propio" que el de él mismo.
Pero si de fútbol vamos sobrados, de pan vamos escasos. El número de parados sigue cerca de los 5 millones, casi el 21%. Los sindicatos e indignados ya se han manifestado en contra de la reforma de la Constitución que sigue sus trámites parlamentarios. Los maestros lo están haciendo. La bolsa y la prima de riesgo (de la prima de orden, aburguesada, nada sabemos) mantienen su ya tradicional sube y baja, y los candidatos de los dos partidos mayoritarios, Rubalcaba y Rajoy, siguen a la greña. Uno de los últimos temas sobre los que discuten es el de si elevar, o no, los impuestos a los más ricos. Rubalcaba, como Warren Buffet -el tercer hombre más rico de EE.UU- están a favor de que quienes más tienen más paguen. Buffet, incluso, señaló que él había pagado el año pasado en impuestos un 17,4% de sus ingresos frente al 36% que pagaron sus empleados. Rajoy, por su parte, no es partidarios de que paguen más los ricos, aunque sí parece que está dispuesto a hacer una profunda reforma fiscal, sin especificar, cuando llegue a la Moncloa. Es curioso que el candidato socialista coincida con un supermillonario en cuestiones fiscales. Rajoy, por su parte, parece coincidir con Salvador Dalí cuando el provocador pintor declaraba que "me encantan los accidentes de tren siempre que a los de primera clase no les pase nada".
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