Ayer, Cuatro, estrenó una nueva serie: Strike Back. Seis capítulos de una producción británica, con un poderío de producción y localizaciones, y una trama acorde con los tiempos que corren: los malos son pakistaníes, iraquíes, terroristas islamistas..., los buenos, que en realidad no responden a los prototipos tradicionales y se acercan a los anti-héroes marginados, pertenecen a un cuerpo especial británico rayano en la clandestinidad oficial. Mucha acción, alusiones a las nunca descubiertas armas de destrucción masivas iraquíes, sugerencias de intereses ocultos y bastardos por parte de los aliados, con una realización eficaz y, en ocasiones, brillante. Está más cerca de la saga cinematográfica de Misión imposible que de la excelente serie 24 pero, sin duda, las andanzas del sargento Michael Stonebridge y del outsider Damien Scott prometen acción y adrenalina.
Y mientras los elegidos por Mariano Rajoy esperan su llamada telefónica al borde de un ataque de nervios, un selecto grupo de militantes socialistas -con algunos exministros incluidos- han elaborado un manifiesto crítico y autocrítico con vistas, imaginamos, al próximo congreso del partido. En el texto Mucho PSOE por hacer, además de sorprender la dureza de los hipotéticos diagnósticos sobre el fracaso electoral, no estaría de mas el asumir la coresponsabilidad en el mencionado fracaso. El problema de los políticos, o uno de ellos, es la utilización de una jerga tribal que no consigue lo buscado: la comunicación con la ciudadanía. ¿De verdad se creen que "la pérdida de credibilidad y coherencia ha sido fruto de la erosión de nuestros mecanismos democráticos y del aislamiento social progresivo de nuestro partido"? Es más funcional la sencillez. No les votaron por lo mal que lo hicieron. No le den más vueltas.
Claro que la sencillez, el reducir al mínimo los argumentos, resulta también inquietante. Si, como se ha dicho en numerosas ocasiones, el PP no ganó arrolladoramente las elecciones por su programa o sus propuestas (inéditas hasta hoy mismo, al menos en datos concretos) sino por los errores del Gobierno socialista, el futuro político del nuevo Gobierno va a depender mucho más de sus aciertos, o de sus errores, y no del posible y renovado programa socialista. 30 años de sistema democrático suponen, entre otras cosas, el arraigo del pragmatismo ciudadano. Se vota a quien se piensa que lo ha hecho bien, se castiga a quien lo ha hecho mal y, como en el caso de la Generalitat valenciana, se vota a lo malo conocido que a lo desconocido ( la falta de atractivo de la alternativa socialista comienza a ser una tradición).
Hay 1 Comentarios
Manda narices que el nombre que más suena de la "renovación" sea el de una persona que ha ido con Zapatero hasta el final, que ha conseguido el peor resultado en Catalunya de nunca y que su candidato al PSC diga que este ha de ser independiente al PSOE cuando seguro que si se separarán PSC y PSOE éste sacaría bastante más votos
Publicado por: nan | 22/12/2011 11:32:20