TV Blog de Harguindey

TV Blog de Harguindey

La televisión es la reina de la casa. Lo que se pretende en este espacio es comentar la actualidad televisiva más inmediata, los programas del día, desde cualquiera de los que se definen como “telebasura” a las retransmisiones deportivas, los espacios informativos, documentales, las películas o las series. Son los comentarios y recomendaciones de un telespectador común.

Sobre el autor

Ángel Sánchez Harguindey

Ángel Sánchez Harguindey perteneció a la plantilla de El País desde su fundación en 1976. Fue jefe de la sección de Cultura, responsable del suplemento cultural Babelia, redactor jefe de El País Semanal, redactor jefe de la sección de Opinión y Adjunto a la Dirección.
Ha publicado el libro "Memorias de sobremesa. Conversaciones con Rafael Azcona y Manuel Vicent" (Editorial Aguilar)

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Cascos y el Mirandes

Por: | 31 de enero de 2012

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Es uno de los temas políticos del día. Francisco Álvarez Cascos disuelve las cortes asturianas y convoca elecciones seis meses y medio después de haber sido elegido presidente del Principado. El motivo no es otro que el no haber conseguido que se aprobasen los presupuestos para 2012, y no lo consiguió porque su partido tiene 16 escaños de los 45 que conforman el parlamento. En las tertulias políticas matinales, Cascos recibía todo tipo de calificativos: desde autoritario a valiente. Al parecer, como los jesuitas, cubre toda la gama. En todo caso lo que parece estar claro es que el exministro de Fomento del Gobierno de Aznar (todavía se acuerdan de su actuación en el caso Prestige, mejor dicho, de su no actuación pues prefirió proseguir la cacería en la que se encontraba cuando ocurrió el accidente del petrolero en lugar de ejercer sus funciones de ministro) es de los de ordeno y mando y si no se obedecen sus órdenes, pues disuelve el parlamento. Sin duda, habrá sopesado las ventajas y los inconvenientes de no intentar pactar los presupuestos. otra cosa distinta es que acierte.
Pocos meses de gobernante pero, todo hay que decirlo, inolvidables para algunas instituciones del Principado. El centro cultural Oscar Niemeyer, paralizado en la actualidad, pasó de ser un lugar emblemático y vivo a convertirse en un páramo. La televisión y radio autonómicas aún se están recuperando del shock que les produjo la negativa presidencial de pagar las partidas aprobadas en el Parlamento, y el director del Festival Internacional de Cine de Gijón, José Luis Cienfuegos, después de 16 ediciones de un certamen que consiguió el respeto de crítica y público, ha sido fulminantemente cesado. El escritor y periodista Juan Cueto lo explicó muy bien:  "Se han cogido, con mucha puntería, los éxitos del anterior gobierno y han intentado machacar a todos los representantes de aquel tipo de cultura que durante unos años funcionó en Asturias. Y realmente han caído todos. Es un ensañamiento total". El 25 de marzo los asturianos, una vez más, tienen en sus votos la posibilidad de cambiar, o no, el paisaje político. Es su turno.
Y del ordeno y mando presidencial asturiano a la epopeya del Mirandés. Hace unos días, tras eliminar al Español, un lugareño de Miranda explicaba a la audiencia que si en ese momento les subían un 200% los impuestos, allí no pasaba nada, se aceptaba todo lo que quisieran. El rebufo del éxito deportivo les daba alas. Hoy media España estará pendiente de lo que ocurra en Anduva. La lógica determina que sea el Athletic quien gane la eliminatoria y alcance la final  de la Copa pero una de las cualidades del fútbol es que es un juego y, como tal, la lógica no siempre se impone. En todo caso, el fútbol no admite comparaciones con la política: es mucho más competente.

Lodos y barro

Por: | 30 de enero de 2012

Canalplus.es


La Sexta emite hoy (22,25 horas) el primer capítulo de la serie española Crematorio, sin duda una de las mejores series -sino la mejor- de las producidas y proyectadas en 2011, estrenada el pasado año en Canal +. Con la producción de Fernando Bovaira, la dirección de Jorge Sánchez Cabezudo y basada en la novela de igual título de Rafael Chirbes, lo que la serie nos muestra son los lodos urbanísiticos que trajeron estos barros económicos. En la historia de Rubén Bertomeu (José Sancho), magnate de la construcción y la corrupción levantinas, está representado el origen del actual desastre. Concejales corruptos, mafiosos rusos, asesinatos, prevaricación, cohecho, codicia desmedida... todos los personajes y hechos que se exhiben a lo largo de los ocho capítulos de la serie remiten a la actualidad más escandalosa.
Crematorio se sitúa en Misent, un pueblo imaginario de la costa levantina, imaginario pero absolutamente verosimil. Podría haberse rodado en Polop, en Oropesa, en Marbella, en Fuengirola, en Torremolinos, en Alicante, en Palma de Mallorca, en cualquiera de las docenas o centenares de pueblos de una España mediterránea en la que los constructores y promotores de viviendas comprendieron que el primer paso para alcanzar la cumbre era comprar a los gestores políticos locales. Con la ley de la liberalización del suelo (1998) en tiempos de Aznar, y la posterior incompentencia del Gobierno socialista, incapaz de frenar el vértigo de la construcción, los Roca, Ortiz, Sandokan, el Pocero y muchos más se hicieron los amos del cotarro. Fue el principio de la burbuja inmobiliaria que tan espléndidamente relata Crematorio.
Naturalmente, nada de lo descrito anteriormente hubiera sido posible sin la participación de los bancos españoles. Y fue precisamente el sector bancario el que trató de analizar Jordi Évole en el estreno de la nueva temporada de Salvados. Tuvo 1.764.000 espectadores y rozó su récord de audiencia. Creo que el programa no pasó de aceptable. No todo se puede analizar en 60 minutos. Particularmente irritante resultaba el afán del presentador de indagar sobre si tanta información catastrofista sobre la situación económica actual no propagaba el miedo, al mismo tiempo que no paraba de hacer referencias al llamado corralito argentino, es decir, a la imposibilidad de poder disponer libremente del dinero depositado en los bancos por los cuentacorrentistas. Curiosa manera de criticar la incertidumbre dejando caer la posibilidad de alcanzar situaciones aún más inquietantes. A veces el éxito atonta.

Un mar de ojos

Por: | 27 de enero de 2012

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Gran Hermano, Person of Interest, Materia Reservada, Enemigo Público
..., concursos, series, informes, largometrajes, variaciones sobre un mismo tema: las nuevas tecnologías al servicio del control de los ciudadanos. Los sociologos suelen afirmar que vivimos rodeados de información, que el caudal de lo que se recibe a través de los medios de comunicación, de la red, de los móviles y de la publicidad desborda la capacidad individual de asimilación. Pero ese inmenso flujo no es unidireccional, es recíproco. Necesitan que les veamos para incrementar su control.
El paradigma más burdo es el concurso de Telecinco. Su simple nombre ofrece ya todas las pistas necesarias para saber de que va. Pretende ser un oportunista homenaje a Georges Orwell aunque en realidad es un monumento al mirón. Las cifras de audiencia de su primera gran gala son moderadamente satisfactorias: 2.686.000 espectadores, muy por debajo de la serie Cuéntame (La 1), que ayer alcanzó los 5.117.000 televidentes. En todo caso la máquina ya está en marcha y con toda seguridad productora y cadena demostrarán su habilidad para aumentar la audiencia. De momento, y a falta de confirmación, ya hay una persona que ha ofrecido casi 70.000 euros en una puja virtual para entrar en el concurso. Si alguien es capaz de pagar casi 12 millones de las antiguas pesetas para participar en un concurso lo más sensato sería inspeccionar su declaración de la renta.
El canal de pago Calle 13, por su parte, continúa la emisión de Person of Interest, la serie creada por ese niño prodigio hiperactivo que es J. J. Abrams y en la que Jim Caveziel va desfaciendo entuertos y evitando asesinatos con la valiosísima colaboración de Michael Emerson, autor de una gigantesca computadora con la que se controla, prácticamente, a todos los ciudadanos de Nueva York. Una serie muy entretenida que ha comenzado a emitir también, en abierto, La Sexta. Ese mismo canal de pago emite hoy (22.25 horas) una excelente película, Enemigo Público, proyectada en numerosas ocasiones en abierto y en canales codificados, con unos espléndidos Will Smith y Gene Hackman en los papeles protagonistas y dirigidos por unos de los mejores realizadores de filmes de acción: Tony Scott. Se puede ver varias veces, siempre engancha. De nuevo se utilizan las nuevas tecnologías para el control ciudadano. Espectacular.
Materia reservada (Telecinco) es un programa muy similar a Hormigas Blancas, emitido anteriormente por la misma cadena. El del pasado miércoles giró en torno a Ortega Cano. El programa en esta ocasión utiliza el material de archivo con especial habilidad para describir el largo viaje del torero desde la cima de la popularidad tras su matrimonio con Rocío Jurado a las profundidades depresivas en las que se encuentra en la actualidad, tras el accidente de tráfico que le costó la vida a Carlos Parra y por el que está procesado. Un documental o informe en el que, colateralmente, se demuestra ese doble fluir entre los personajes populares y la llamada prensa del corazón: se necesitan y se alimentan mutuamente, incluso cuando se detestan. Todos somos mirones.

Un problema mas

Por: | 26 de enero de 2012

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A Mariano Rajoy se le acumulan todo tipo de problemas, desde los psicológicos hasta los económicos y, ahora, los jurídicos. Puede parecer una broma pero no lo es. Que el presidente del Gobierno tiene un problema con los medios de comunicación es evidente. Huye de las ruedas de prensa con la convicción de que las carga el diablo. Es lo que llamó en su día Valdano, "el miedo escénico". Al igual que sus ministros económicos, prefiere explicar sus planes y reformas en el extranjero: en Portugal o en el confesionario de Angela Merkel. De los problemas económicos nada más que añadir a la catarata informativa diaria.
Por lo que respecta a los jurídicos, señalar que la disputada absolución de Camps y Costa (5-4) supone un problema mayor para el PP que el haberles declarado culpables. Después de lo visto y escuchado en las siete semanas del juicio de los trajes nadie se cree la sentencia del jurado popular. Sabemos, eso sí, más cosas de los dos personajes: de uno, que ha dejado la comunidad que presidió como un sembrado, prácticamente en quiebra, y que tiene un amiguito del alma que en cuanto puede le llama gilipoyas. Del otro, que dentro de un tiempo tendrá que volver a sentarse en el banquillo de los acusados por presunta financiación irregular de su partido, que le gusta el caviar y que está socarrao, dicho lo cual la pregunta clave -citando a Lenin- es: ¿qué hacer? Ahí está el problema.
Puesto que políticamente parece complicado rehabilitar la imagen de los dos personajes, proponemos una posible solución laboral para tan distinguidos próceres: Camps podría ser nombrado presidente del aeropuerto de Castellón y consejero-delegado de la Fórmula 1 en Valencia. Con su curriculum y su capacidad de gestión ayudaría también a resolver el problema económico de Mediapro (La Sexta), obligada, al parecer, a subastar los derechos de retransmisión de las dos próximas temporadas de las carreras por no poder afrontar los pagos correspondientes. Costa, por su parte, sería un perfecto jefe de Bomberos de la Comunidad por su chamuscada experiencia personal.
Ya en terrenos más específicamente televisivos, aunque no más divertidos, hay que dejar constancia de que algo está cambiando en los gustos del personal. Después de la fuga de anunciantes del programa La Noria, Telecinco parece dispuesta a retirar de su parrilla de fin de semana Vuélveme loca, trasladándola a su segunda cadena, La Siete. En éste caso el problema es una cuestión de audiencia. Añadase el cierre hace semanas de DEC, el programa-estrella del corazón de Antena 3, mas el auge de programas como El Hormiguero, Otra Movida o El Intermedio, y sin que se puedan tirar cohetes, lo cierto es que se intuyen cambios. Que así sea.

Ricos y pobres

Por: | 25 de enero de 2012

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Con la retransmisión del espléndido partido  de cuartos de final de Copa entre el Mirandés y el Español, Cuatro alcanzó una de sus mejores audiencias (2.504.000 espectadores), y la afición futbolera disfrutó de un gran espectáculo. Todos contentos, menos el Español, naturalmente. Fue un partido que admite todo tipo de calificativos positivos pero, probablemente, la mejor lección de sabiduría y humildad la dio el entrenador del Mirandés, Carlos Pouso, quien no dudó en explicar en la posterior rueda de prensa que "me siento más feliz que Mourinho, al que no llego ni al barro de los zapatos. Él está triste y está haciendo la de Dios. Es lo que tiene la vida, que a veces los pobres somos más felices que los ricos". Tiene razón aunque Mourinho más que triste está encabronado. Es la contradicción permanente. Lo tiene todo: dinero, poder, reconocimiento..., sólo le falta ganar a Guardiola y eso, al parecer, le amarga la vida. Hay veces en las que la competitividad se convierte en torpeza.
Kit Nelson
fue el título del tercer capítulo de la serie Alcatraz, el nuevo invento de ese genio del espectáculo que es J. J. Abrams (Perdidos, Fringe...). La serie, que en la actualidad emite el canal de pago TNT, ya se anuncia para su emisión en abierto (La Sexta) el próximo mes de febrero. Será el momento perfecto para comprobar si tiene el gancho popular que ya demostró en EE. UU, con un estreno que alcanzó los 10 millones de espectadores. Las andanzas de Sarah Jones, Jorge García y Sam Neill son mucho más entretenidas que las ruedas de prensa de Mourinho aunque a decir verdad, dan mucho menos que hablar, sobre todo por la infatigable capacidad de repetir una y otro vez lo mismo que demuestran todos los programas deportivosde las televisiones.
Hoy comienza su emisión la nueva serie de Fox Terra Nova, una superproducción que emitirá Cuatro y en la que se utiliza el nombre de Spielberg como productor ejecutivo, utilización bastante abusiva a tenor de las declaraciones del propio realizador. Todo lo que rodea a la serie remite al poderío económico de la industria norteamericana: entre 10 y 20 millones de dólares el piloto de dos horas, 4 millones de dólares cada episodio normal, localizaciones en Australia, seis semanas de postproducción de cada capítulo (el doble de lo normal) y dinosaurios por doquier. La acción transcurre hace 85 millones de años, en el periodo cretácico.
Mañana, por su parte, llega a Fox Crime la sexta temporada de una serie excelente: Dexter, apreciada por sus fans y muy criticada por quienes creen que un forense psicópata asesino no puede ser el protagonista. En todo caso, Dexter no sólo tiene los mejores títulos de crédito de un serial televisivo sino que ha demostrado con creces su calidad. Resulta curioso que uno de sus mayores críticos, David Simon, se al autor de esa maravillosa y violenta serie que es The Wire.

 

 

Togas como champiñones

Por: | 24 de enero de 2012

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La estupenda serie norteamericana The Good Wife demuestra la habildad de los hermanos Scott para producir entretenimiento a la vez que entronca con una larga tradición de la televisión. Desde Perry Mason a nuestros días se podría hilvanar una historia de la pequeña pantalla a través de los bufetes de los abogados. Si trasladáramos esa posibilidad a los juzgados, salas, pasillos y despachos españoles relacionados con la justicia, el resultado sería una historia de la humanidad vista desde el esperpento al sainete, desde la infamia a la estupidez. Bastaría con situar cámaras ocultas en unos cuantos tribunales y bufetes estratégicos para compendiar toda la mezquindad del ser humano.
Hoy surgían las togas como champiñones. Los telediarios y tertulias no daban a basto para ir de un tribunal a otro. Incluso la calle se llenó de protestas vinculadas al quehacer de los jueces y sus sentencias. Garzón era la estrella internacional. Nadie entiende nada salvo el magistrado Varela, algún grupo de extrema derecha y unos cuantos tertulianos de la exultante caverna. No se juzga a Garzón, se está juzgando al sentido común de la ciudadanía.
Al duque de Palma, por su parte, le pasa lo que a Mourinho: se han convertido en manantiales informativos. No hay un sólo día en el que no produzcan algún sobresalto al personal. Que si dan de alta a tres empleados fantasmas en su empresa para desgravar impuestos aunque eso suponga estafar a la seguridad social. Que si ya está preparando su marcha del Real Madrid porque no se le puede hacer el menor reproche. De momento, el más fantasmal es el propio duque del que se sabe de sus idas y venidas pero no le ha visto nadie salvo ese paciente y educado comemarrones que es el abogado Vives. Del permanentemente tenso portugués, en cambio, se sabe y se le ve demasiado. Se sabe que tiene un punto barriobajero, como Pepe, el central. Se sabe que su incapacidad para conectar con los medios de comunicación es total. De su vanidad lo mejor que se puede intuir es que es la tapadera de su timidez. En cualquier caso, y al igual que al magistrado Varela, sólo le entienden los de la extrema derecha del fondo sur.
Después están los de Milano y Forever Young. Procesados y jurados encerrados las 24 horas del día para dilucidar si la aceptación de la culpabilidad que presentó en su día por escrito Francisco Camps, y retiró en el tiempo de descuento de la fase previa al juicio, era auténtica o un ejercicio de masoquismo. Y si faltaba la guinda para el enorme pastel judicial, pudimos ver y oir a ese gran delincuente empresarial que es Ruiz Mateos llamar "mierdas" y "maricones" a los jueces. En honor a la verdad hay que señalar que su amplia prole -procesada también por estafa, en un claro homenaje a su progenitor al seguir la tradición familiar- mantuvo la boca cerrada.

Frivolidad y cutrerio

Por: | 23 de enero de 2012

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Truman Capote
y Andy Warhol fueron, probablemente, los paradigmas de la frivolidad entendida como una de las bellas artes. Con un gran talento y una genial intuición para analizar los nuevos usos y costumbres sociales, tanto el escritor como el pintor demostraron su inteligencia sin necesidad de apabullar con datos eruditos. Eran el ingenio y la rapidez de reflejos en estado puro. Todo lo contrario que la gran mayoría de los tertulianos de los llamados programas del corazón que deambulan por Antena 3 y Telecinco.
En programas como Vuélveme loca (Telecinco) se despachaban largo y tendido sobre una posible separación matrimonial de la infanta Cristina y Urdangarin. Naturalmente ninguno de los tertulianos -entre los que figuraban lumbreras del periodismo como Jaime Peñafiel- aportaban la menor prueba de lo que dejaban caer. Incluso hacían suposiciones sobre un video en el que la infanta Cristina leía unos papeles en las escaleras de su casa de Washington, analizaban sus gestos, sus diálogos no escuchados con su marido y de todo ello deducían lo que había en los papeles y el estado de ánimo de la infanta. Después se supo que esas imágenes tenían más de un año pero esos detalles son secundarios a la hora de demostrar que se sabe de lo que se habla. Esta misma mañana, el muy educado y amable abogado del duque de Palma, Mario Pascual Vives, negaba en nombre de su defendido la mencionada separación. Todo pasa y todo queda. Por cierto, ¿no se podría hacer una colecta entre los medios que envían a sus reporteros a las ruedas de prensa del señor Vives y pagar a escote una sala de hotel para evitar ese cutrerío de realizarlas en la acera del Paseo de Gracia?
Donde no parece que se escatime dinero es en la Guinea Ecuatorial del dictador Teodoro Obiang. En el partido inaugural de la Copa de África (21 de enero. Eurosport) entre la selección del país organizador (Guinea) y la selección de Libia, los jugadores ecuatoguineanos ganaron por 1-0. Bien. Lo que ya es más sorprendente es que tenían una prima de un millón de dólares por ganar ese partido de la primera fase del campeonato. Un despropósito.

Hasta el cariño verdadero

Por: | 22 de enero de 2012

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"Ni se compra ni se vende el cariño verdadero", dice el pasodoble. Pues no. También se compra y se vende, y, desde luego, se comercializa. Y si no que se lo pregunten a Telecinco, esa popular cadena generalista que ha hecho del sentimentalismo una industria muy rentable. Lleva muchos años en el negocio. Su parrilla está repleta de programas en los que la razón ha dejado paso a los sentimientos más elementales y constantes del ser humano. Murdoch afirmaba que sus programas nunca debían ser más inteligentes que los anuncios. Berlusconi y sus adláteres demuestran que sus programas no sólo no son más inteligentes sino que ni siquiera se lo plantean. Lo importante es lo sensiblero, lo demás son zarandajas.
Por una serie de circunstancias, en el último fin de semana la cadena ha conseguido el pleno en cuanto a litros de sensiblería por centímetro cuadrado. Comenzó con el Sálvame de luxe del viernes. La cadena anunció su enésimo momento histórico, en esta ocasión referido al reencuentro -17 años después- entre un padre, Leandro de Borbón, y una hija, Blanca de Borbón. Hace años sería impensable que dos personajes con tan sonoros apellidos mostraran sus sentimientos ante las cámaras de una televisión. Hoy, no sólo los muestran sino que lo hacen mediante talón bancario, claro que la transparencia exigida a los otros Borbones no parece requerirlo en este caso, ni el apellido pasa por sus mejores momentos.
A lo largo de la semana todos los programas del corazón de la cadena, y son muchos, ya habían dejado muestras de su querencia al drama sentimental. La desgraciada enfermedad de Terelu Campos -un carcinoma en el pecho-, su operación y su vuelta a casa se convirtió en uno de los leit-motiv de la semana. Todos los programas y todos los tertulianos se esforzaban por ser los que más la querían, los que más deseaban su recuperación y los que más explicaban que no se pensara en maldades de buscar audiencia por encima de todo. Por razones que todos entendemos, tampoco podía falta su madre, María Teresa Campos, ni su programa, Que tiempo tan feliz, en incluir un apartado dedicado a la enfermedad de su hija. El cariño y la audiencia, en ocasiones, van juntos.
El Gran Debate, el espacio que sustituyó deprisa y corriendo a una buena parte de La Noria ante la virulencia de los internautas y el abandono de la publicidad, publicidad que por cierto aún no ha regresado, fue la demostración clara de que un programa nunca puede superar el nivel intelectual de los anuncios, y más si no hay anuncios. Cada vez que el tema sobre la justicia en España alcanzaba unas ciertas cotas de interés, allí surgían Jordi González o Sandra Barneda para reconducirlo hacia la banalidad. El momento cumbre fue cuando anunciaron que había una invitada de lujo (una profesora de Derecho Constitucional) a la que únicamente le preguntaron si no creía que en las cárceles españolas era discriminatorio el uso de internet y el catering caro puesto que sólo lo podían tener los presos ricos. Ante la estupefacción de la profesora, que negó el que se usara internet y se rió cono lo del catering, los presentadores pasaron a otra cuestión.
La guinda ante tanto disparate la puso TVE, un ente que demuestra su camaleónica capacidad de adaptación a los nuevos tiempos gubernamentales: la retransmisión en directo del funeral de Manuel Fraga, tanto en la catedral de Santiago como en la plaza del Obradoiro con las docenas de gaiteiros, remitía al espectador al funeral por la Reina Madre de Gran Bretaña, o similar. Un alarde técnico y una muy costosa retransmisión de las exequias de quien fue ministro con el franquismo y presidente autonómico con la democracia.

La maldicion de las videotecas

Por: | 20 de enero de 2012

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Desde que la televisión se convirtió en el electrodoméstico más influyente e importante de la casa, los partidos políticos entendieron que valían más dos minutos en antena, en un buen horario, naturalmente, que un mitin o diez reuniones de militantes. Lo importante es el prime time y no los actos de gobierno. Lo que los partidos políticos no entendieron, o no lo consideraron, es el demoledor uso que puede hacerse de la videoteca. Recuperar la memoria audiovisual próxima se está convirtiendo para el Gobierno de Mariano Rajoy en un arma de destrucción masiva.
Esta mañana, por ejemplo, en la tertulia política Al Rojo Vivo se recuperaron tres o cuatro declaraciones, realizadas hace menos de un mes, del nuevo Presidente del Gobierno en las que afirmaba categóricamente que se cumpliría el déficit público sin la menor duda. Venía a cuento dicha recuperación porque el nuevo ministro de Hacienda había declarado al Financial Times que veía improbable conseguir el anhelado ajuste de las cuentas estatales. Pasó lo mismo con la subida de los impuestos. Donde dije no, hago sí. Si ya es molesto el que se diga una cosa y se haga otra, aún es más irritante que la ciudadanía se vaya enterando de todo ello por el Wall Street Journal o el Financial Times. Consciente o inconscientemente es un desprecio a los españoles. Aquí se rechazan de plano las ruedas de prensa o se envían a subalternos para que apechuguen con ellas, y fuera se conceden entrevistas en las que se explican con mucha más claridad las previsiones y planes. Se puede ser más hábil pero no se puede ser más servil ante los mercados internacionales.
Ocurre lo mismo con el juicio que concluye hoy en Valencia y en el que Francisco Camps es la estrella. Una simple utilización de la videoteca resulta catastrófica para el procesado. Uno de los muchos aspectos lamentables de éste juicio -con el inevitable tufo de sainete berlanguiano, género que, al parecer, lo promueve esa espléndida tierra de arroces y corrupciones- será llegar a conocer el coste económico del proceso, sobre todo si tenemos en cuenta que el señor Camps había enviado a su abogado al Tribunal con la carta en la que se declaraba culpable del cohecho impropio, rectificando en el último minuto.
En fin, ya en terrenos mucho menos inciviles, habrá que dejar constancia del espectacular arranque de Gran Hermano 13: cocinas inclinadas, salones donde el techo es el suelo, habitaciones más propias de Alicia en el país de las maravillas, pantalla gigante en la Plaza de Callao, todo un alarde de tecnoescenografía para ir recibiendo a los concursantes. El esfuerzo ha sido recompensado: 3.528.000 espectadores.

Tiempo de excesos

Por: | 19 de enero de 2012

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Hoy comienza el Gran Hermano número 13. Un exceso. La condición humana tiene ya su particular espejo. Un grupo de 10 personas se encierra voluntariamente en una casa en la que todo es retransmitido televisivamente durante las 24 horas del día. En esta ocasión, la gran novedad es una ducha transparente. Siempre hay que alimentar el morbo. Naturalmente cuantas más broncas, bajezas y mezquindades, más audiencia. Lo sorprendente es que tanto los concursantes como los espectadores ya han presenciado antes el mismo programa en doce ocasiones. Todos llegan con el colmillo retorcido.
No hay sorpresas y sí la constatación de las torpezas del ser humano para relacionarse socialmente, lo que, al parecer, resulta gratificante para los espectadores que en esta ocasión, además, alcanzan la condición de voyeurs. El programa se ha emitido ya en 87 países aunque el éxito más rotundo lo alcanzó en España. Para la edición de 2012 se han elegido a la decena de particpantes entre 70.600 aspirantes. Parece una oposición al Cuerpo Nacional de Policía. Mercedes Milá será una vez más la señorita Rottermeier del programa. El reto es superar la audiencia de Gran Hermano 12: 2.600.000 espectadores de media. Telecinco tratará de ser la reina de los jueves. Usted decide.
Pero los excesos no se ciñen al reality orwelliano. Los hay por todas partes, desde los disparates que se le ocurren al madridista Pepe cuando desahoga su impotencia en la mano de Messi a la alcaldesa de Valencia, para la que el que anualmente le regalen un bolso de Louis Vuitton entra dentro de lo normal. ¿A quién no regalan todos los años un Vuitton, por favor...?
La ficción televisiva también se deleita en los excesos. La noche del miércoles en Fox es un puro delirio sentimental. Comienza con un nuevo capítulo de Revenge, un melodrama que en su lanzamiento comercial se la describe como "libre adaptación de El Conde de Montecristo, de Alejandro Dumas", por mas que esta vengativa condesa (Emily VanCamp es la joven protagonista) poco o nada tenga que ver con el extraordinario personaje del novelista francés. El marketing ya no respeta ni a los clásicos. En todo caso, Revenge es un folletón actual situado en los elitistas Los Hamptons, esa especie de Costa Azul de los neoyorquinos ricos y famosos, que está mucho más cerca de series como Dallas que de Alejandro Dumas.
Pero la noche de los miércoles en Fox alcanza su cumbre sentimental con la octava, y última, temporada de Mujeres desesperadas, el gran culebrón creado por Marc Cherry y que ha conseguido una audiencia media en Estados Unidos de 15 millones de espectadores. Esa temporada comienza con un homicidio encubierto por la peña femenina de Wisteria Lane y, ciertamente, no sabemos como acabará pero con toda seguridad asistiremos a una enorme desfile de todo tipo de sentimientos: enamoramientos, separaciones, rencores, una habilidosa montaña rusa de lo que se suele llamar el espíritu humano.

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