Es uno de los temas políticos del día. Francisco Álvarez Cascos disuelve las cortes asturianas y convoca elecciones seis meses y medio después de haber sido elegido presidente del Principado. El motivo no es otro que el no haber conseguido que se aprobasen los presupuestos para 2012, y no lo consiguió porque su partido tiene 16 escaños de los 45 que conforman el parlamento. En las tertulias políticas matinales, Cascos recibía todo tipo de calificativos: desde autoritario a valiente. Al parecer, como los jesuitas, cubre toda la gama. En todo caso lo que parece estar claro es que el exministro de Fomento del Gobierno de Aznar (todavía se acuerdan de su actuación en el caso Prestige, mejor dicho, de su no actuación pues prefirió proseguir la cacería en la que se encontraba cuando ocurrió el accidente del petrolero en lugar de ejercer sus funciones de ministro) es de los de ordeno y mando y si no se obedecen sus órdenes, pues disuelve el parlamento. Sin duda, habrá sopesado las ventajas y los inconvenientes de no intentar pactar los presupuestos. otra cosa distinta es que acierte.
Pocos meses de gobernante pero, todo hay que decirlo, inolvidables para algunas instituciones del Principado. El centro cultural Oscar Niemeyer, paralizado en la actualidad, pasó de ser un lugar emblemático y vivo a convertirse en un páramo. La televisión y radio autonómicas aún se están recuperando del shock que les produjo la negativa presidencial de pagar las partidas aprobadas en el Parlamento, y el director del Festival Internacional de Cine de Gijón, José Luis Cienfuegos, después de 16 ediciones de un certamen que consiguió el respeto de crítica y público, ha sido fulminantemente cesado. El escritor y periodista Juan Cueto lo explicó muy bien: "Se han cogido, con mucha puntería, los éxitos del anterior gobierno y han intentado machacar a todos los representantes de aquel tipo de cultura que durante unos años funcionó en Asturias. Y realmente han caído todos. Es un ensañamiento total". El 25 de marzo los asturianos, una vez más, tienen en sus votos la posibilidad de cambiar, o no, el paisaje político. Es su turno.
Y del ordeno y mando presidencial asturiano a la epopeya del Mirandés. Hace unos días, tras eliminar al Español, un lugareño de Miranda explicaba a la audiencia que si en ese momento les subían un 200% los impuestos, allí no pasaba nada, se aceptaba todo lo que quisieran. El rebufo del éxito deportivo les daba alas. Hoy media España estará pendiente de lo que ocurra en Anduva. La lógica determina que sea el Athletic quien gane la eliminatoria y alcance la final de la Copa pero una de las cualidades del fútbol es que es un juego y, como tal, la lógica no siempre se impone. En todo caso, el fútbol no admite comparaciones con la política: es mucho más competente.