Los informativos, bien de los telediarios o de documentales con más ambición, nos ofrecieron ayer dos ejemplos espléndidos de lo que es, o puede ser, la manipulación. Varias intervenciones de destacados líderes del PP y el documental que Telecinco ofreció sobre Urdangarin son prefectos para comprender en alguna medida la manipulación política y la ética, además de la contabilidad empresarial.
Miguel Arias Cañete y Javier Arenas, ministro de Agricultura y candidato popular a la presidencia de la Junta de Andalucía respectivamente, tuvieron unas destacadas intervenciones en las que trataron de justificar los primeros recortes del Gobierno de Rajoy como consecuencia del incremento del déficit público que se encontraron al tomar posesión de la poltrona. Olvidado queda el que el mismo Partido Popular definió como "ejemplar" el traspaso de poderes, incluso anunciaron que no recurrirían al manido argumento de que la culpa fue de los otros. Bien. No es verdad. Tras las primeras e impopulares medidas, utilizaron la artillería pesada de la culpa ajena además de ratificar buena parte de las medidas socialistas demonizadas cuando eran oposición.
Sorprendentemente ninguno de los dos hicieron alusión al porcentaje del déficit público que es consecuencia directa del despilfarro autonómico, por más que como en el caso extremo de la Comunidad de Valencia se llegara directamente al impago y a la necesidad de avales del Estado para pagar sus créditos. Parece un sarcasmo que una Comunidad prácticamente quebrada tenga que asistir diariamente a un juicio a su expresidente por haberse dado el capricho de encargar doce trajes y varias chaquetas y zapatos que, todo parece indicar, no pagó.
El documental sobre Urdangarin que emitió ayer Telecinco fue mucho más sólido e interesante que el que emitió días atrás La Sexta. Pese a que se programó a las doce de la noche tuvo una audiencia de 1.746.000 espectadores. Su rasgo difrencial con el de La Sexta es que el de ayer tenía mucho más valor documental de archivo, muchas más imágenes de su infancia, juventud, boda y madurez. Naturalmente, no se aportó ningún dato desconocido -en eso la prensa escrita es mucho más rigurosa, analiza mejor el sumario- pero narró espléndidamente la trayectoria vital del personaje, desde su infancia acomodada a una madurez en la que la codicia parece irrefenable, para lo cual manipula factura, objetivos y fines de todas sus empresas. Entre el material visual seleccionado destacaron las imágenes de la boda con la Infanta Cristina, demostración una vez más de la espléndida realización que ofreció TVE de la ceremonia. Pilar Miró y Javier Montemayor fueron sus responsables directos.
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