El impertérrito primer ministro de las Islas Salomón -es lo malo de no entender el inglés- no está por la labor de realizar un debate sobre el estado de la Nación. Quizá tenga razón, tal y como está la nación, mejor no menealla en demasía. Bien. Llega el verano y se acaban varios culebrones. Al mismo tiempo comienzan otros. Esto es un sin vivir. El culebrón judicial acabó como el sentido común tenía previsto, es decir, como no lo tenían previsto ni el obcecado Ruiz Gallardón ni el obstinado Carlos Dívar. En esta historia, los que de verdad pierden son las agencias de viajes.
Con Revenge (Fox y Telecinco), por su parte, concluyó ayer uno de los mejores folletones de la temporada. La larga y constante sed de venganza de Amanda Clarke por el daño que Victoria y Conrad Grayson causaron a su padre fue el eje central de una trama inteligentemente estructurada en la que nunca se pierde de vista el entretenimiento del espectador. Acaba una primera temporada cuando ya se había firmado la segunda en la que, aparecer, Sharon Stone cogería la antorcha de la malvada que dejó vacante Madeleine Stowe, un cambio que sólo reprocharán los cirujanos plásticos. De lo que no hay duda es que los elegantes Hamptons imponen su elitismo a los populares decorados de Dallas (TNT), el culebrón que renace de sus cenizas.
También concluye hoy la emisión en abierto (Cuatro) de la excelente House. Ocho temporadas en las que los ácidos comentarios de un maleducado doctor se convirtieron en un fenómeno social en todo el mundo. Hugh Laurie y sus 700.000 dólares por capítulo pueden retirarse con la dignidad que le otorga un sistema que agradece los servicios prestados a quienes agradecieron sobradamente sus arcas. Una de las grandes virtudes de la industria del entretenimiento es la imprevisibilidad de sus apuestas. Imagínense a una gran productora de televisión a la que le ofrecen una serie mas de hospitales, en la que el protagonista es un deslenguado, mordaz y drogadicto doctor cojo que maltrata a su equipo, a sus amigos y al lucero del alba. La respuesta, probablemente, sería la de cerrarle las puertas. House se convirtió en una serie que cada temporada fue vista por una media de 80 millones de espectadores en más de 60 países. Totalmente imprevisible.
También concluyó ayer una serie entretenida, Person of Interest (Vigilados, en La Sexta), ideada por J.J.Abrams y Jonathan Nolan, dos de los poderes emergentes de la televisión estadounidense, sobre todo después del fenómeno Perdidos. Habrá una segunda temporada, lo que un tinglado tan pragmático y mercantilista como es la televisión supone ya un pequeño triunfo. Incluso lumbreras como Abrams tuvieron que tirar la toalla en series como Alcatraz.
Y una guinda final: aunque no se lo crean también acabó Gran Hermano 12 + 1 y su secuelas, la Revuelta y el Debate de la Revuelta. 1.861.000 espectadores es una discreta audiencia (unos 900.000 espectadores menos que Comando actualidad: me siento estafado, en la 1, con un título que representa como ningún otro el sentimiento ciudadano). En todo caso, ya se anunció la próxima edición (Gran Hermano 14, o 12 +2), que una vez mas, y en palabras de Mercedes Milá, volverá a ser lo mejor del mundo mundial.
Hay 1 Comentarios
Para culebrones estamos nosotros, si tenemos uno a diario en el telediario.
http://casaquerida.com/2012/06/20/si-volvieran-los-quijotes/
Publicado por: Tinejo | 21/06/2012 18:27:07