Cuando Cesare Prandelli, seleccionador nacional de fútbol de Italia, explicaba en la rueda de prensa previa al partido que España era la favorita, la mayoría pensó que era una táctica. Nadie se imaginó que era el comienzo de su autobiografía. Tras el rotundo 4-0, el caballero Prandelli declaró: "España ha hecho historia. Se lo merece. Han jugado un fútbol fantástico los últimos cuatro años y tiene jugadores de un magnífico nivel. Aunque no hayan jugado con un '9', nos han causado muchos problemas". Claro que el caballero Del Bosque tampoco le fue a la zaga, reconoció las dificultades creadas por Italia en algunos momentos, la ventaja de un gol tempranero y el hecho importante de que el rival se quedara con diez jugadores por la lesión de Motta cuando faltaba media hora de partido. Dos caballeros en tiempos de pícaros y charlatanes.
15.481.000 espectadores vieron el partido por televisión, el 83,4% de la audiencia en esa franja horaria, lo que le convierte en el partido de fútbol íntegro, sin prórrogas o penalties, más visto de la historia en España. Sorprendentemente, Paolo Vasile, consejero-delegado de Mediaset, al parecer, considera que la Eurocopa ha sido un mal negocio para Telecinco y Cuatro ya que las enormes audiencias no se han visto ratificadas por un aumento de la publicidad. Está claro que la crisis empeora los resultados y engaña a los televidentes pues se pensaba que tanto anuncio -incluso no se vio en directo el pasillo que hicieron los jugadores españoles a los italianos por la emisión de anuncios- llenarían notablemente las arcas de Mediaset.
Se pueden sacar algunas conclusiones tras las retransmisiones de la Eurocopa: en primer lugar, que los tertulianos españoles poseen una cultura enciclopédica. Pueden analizar la crisis bancaria, la evolución de las prima de riesgo, la alineación de la selección de Del Bosque o el terrible caso de los niños desaparecidos en Córdoba indistintamente. Es un lujo que no estoy seguro se sepa valorar debidamente.
En segundo lugar, hay que señalar que Sara Carbonero ha sido la periodista más discreta, profesional y educada del plantel de comentaristas de Telecinco en la final de la Eurocopa. Una mujer frente a varios personajes con vocación de chistosos y con una incontinencia verbal preocupante. Es verdad que mantenerse en antena durante una hora larga después del partido puede ser un problema, pero el cúmulo de topicazos y lugares comunes que soltaron Juanma Castaño, Manuel Carreño y Paco González sobrepasó ampliamente lo aceptable. Al parecer el intercalar con frecuencia el sonido ambiente, el dejar oir lo que se genera en el estadio, sin intermediaciones, resulta inconcebible. Cuando el mencionado Castaño le pidió a Plácido Domingo en el vestuario de la selección, tras el partido, que cantara algo, se fundieron los plomos mentales de buena parte de la audiencia.
Por último, y a la vista de lo que se contempló el césped tras finalizar el partido, si hay algo que está claro en éste plantel de jugadores es que el índice de natalidad va muy bien servido. Fue muy tierno y divertido ver corretear a tanto niño jugando con el confeti, un punto más a favor de la cotidianeidad con la que celebran sus triunfos estos jugadores. Chapéau.
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