Son días extraños. Los informativos de televisión muestran indistintamente las manifestaciones de quienes se sienten estafados por las decisiones del Gobierno y los incendios que convierten el país en un erial: nóminas y bosques arrasados por la acción humana. En el primer caso, el Gobierno dice que no hay alternativas, el FMI anuncia más recesión para el 2013 y los expertos que proliferan por las tertulias audiovisuales ofrecen cada uno análisis y recetas distintas: es la comprobación de que la Economía no es una ciencia exacta, es más, para algunos es una especie de ritual, un exorcismo con el que ahuyentar cualquier atisbo de igualdad y fraternidad, utilizando, eso sí, la legalidad.
Luis de Guindos, ministro de Economía, se mostraba entre patético y desconcertado cuando pedía a las mayores empresas del país que dieran ejemplo rebajándoles el sueldo a sus cúpulas directivas. Patético porque quien lo pedía era corresponsable de los mayores recortes (hachazos habría que decir) que ha sufrido la ciudadanía: subidas de impuestos, copagos farmacéuticos, reducciones de salarios, etcétera. Desconcertado, probablemente, porque ese mismo día Telefónica renovaba el contrato laboral de su directivo de lujo, Iñaki Urdangarin: 2,7 millones de euros al año, brutos, eso sí, aunque con las habilidades que distinguen al yerno del Rey para el manejo de cuentas poco le faltará para que sean netos. En todo caso es un sueldo suficiente para superar la crisis, y más -como es su caso- si prentende pagar al servicio doméstico en negro y sin contrato. Que se note que el feudalismo aún impera en determinados sectores.
El problema, o uno de ellos, de esta ola de calor que nos invade es que afecta a los cerebros, sobre todo a los de la clase política. las declaraciones del ministro Wert en El Escorial ejemplifican lo afirmado. No se pueden decir más generalidades y vulgaridades en menos tiempo. Un botón de muestra: "Tengo toda la confianza en que la industrias culturales y creativas afectadas por la subida del IVA van a saber combinar, de la forma más inteligente y beneficiosa, la posibilidad de absorber una parte de esa subida y otra tendrá que ser trasladada". Cómo diría el momentáneamente desparacido Federico Trillo (Yak 42): "Manda huevos".
En fin, ya en terrenos más inteligentes, señalar que la serie catalana Pulseras rojas que emite Antena 3 se confirma como la gran revelación del verano. Sus 2.809.000 espectadores en la emisión de dos nuevos capítulos lo confirman. Una serie, como ya se ha dicho, que pese a tener todos los ingredientes para convertirse en un melodrama barato, lo solventa con elegancia y buen hacer, tanto en sus guiones como en sus jóvenes intérpretes.
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