Oystein Maeland, jefe de la policía de Noruega, dimite de su cargo cuatro días después de que una comisión independiente concluyera que el doble atentado en Oslo y en la isla de Utoya, en los que Anders Behring Breivik mató a 77 personas, pudieron haberse evitado. Maeland explicó que renunciaba a su cargo por la falta de confianza de la ministra de Justicia, Greta Faremo. España cada vez se parece más a Noruega. No hay mas que ver cómo asumen sus responsabilidades sobre la catástrofe de La Gomera el Gobierno de la nación, el Gobierno canario y Arias Cañete. No se puede aguantar tanta capacidad de autocrítica.
Claro que para sentido de la responsabilidad el que ofreció ayer Telemadrid en su informativo de las 20.30 horas. La cadena que tan generosamente subvenciona Esperanza Aguirre mostró ayer, una vez más, su particular concepto de la objetividad informativa. Dicho de otra manera, nos enseñó el camino al cielo de los bienaventurados. Cuando todos los telediarios de las cadenas generalistas habían ofrecido las imágenes en las que los bomberos madrileños abucheaban a la alcaldes, Ana Botella, Telemadrid ofreció exactamente la versión contraria: informó que los trabajadores fueron mal recibidos e increpados por los ciudadanos. "Mal momento han elegido para hacer reivindicaciones laborales", explicaban en el informativo. Un lujo.
La televisión es, probablemente, el útimo reducto de los finales felices. La literatura y el cine hace tiempo que cuestionan esa conclusión moralista de que "los buenos siempre ganan". Es mas, en la literatura tienen más predicamente y atractivo los perdedores, los marginados, incluso los malvados, que cualquiera de los protagonistas de Frank Capra, sobre todo James Stewart. En la televisión, todavía no. El ejemplo más próximo y evidente es la serie Frágiles (Telecinco, 1.446.000 espectadores ayer), en la que su protagonista, Santi Millán, es una mezcla de Madre Teresa de Calcuta y Miss Lonely Hearths, salvando las respectivas distancias. Un fisioterapeuta que consigue resolver cualquier problema físico, psicológico o sentimental que se le presente y que tiene a su mujer en coma desde hace meses en el dormitorio familiar. Contaba Miguel Delibes en una excelente semblanza de Rafael Sánchez Ferlosio, que cuando se acercó a la casa madrileña en la que vivía con su mujer, Carmen Martín Gaite, Ferlosio le dijo a Delibes: "Carmen es como una viuda que tuviera el muerto en casa", una descripción que encaja perfectamente con el fisioterapeuta arreglalotodo.