Si ustedes no tienen nada especial que hacer esta noche me permito recomendarles que vean Silver City (La 2), una película de John Sayles que habla de las miserias de los políticos y la prensa con un estupendo enfoque irónico. La aparición de un cadáver en un lago cuando el candidato a Gobernador de Colorado está rodando un spot para la campaña electoral permite que las investigaciones de un detective pongan de relieve las corruptelas, torpezas y demagogias de quienes instrumentalizan a un descerebrado candidato para su codicia particular, encubriendo sus mensajes en un patrioterismo y una religiosidad elementales y desfasadas.
Cuando se estrenó la película en 2004 Georges W. Bush era el presidente de EE.UU. La crítica internacional no dudó en señalar al presidente como la fuente de inspiración del candidato a Gobernador: al fin y al cabo los dos eran unos descerebrados. Lamentablemente para su ego, en el filme no sale José María Aznar, otra de las lumbreras que se reunieron en las Azores para declarar la guerra a Irak, y único de los tres Jefes de Gobierno, con Bush y Blair, que todavía no ha reconocido su error ni, por supuesto, ha pedido perdón. Así es nuestro expresidente del labio partido.
El programa Al rojo vivo (La Sexta) de ayer, martes, consiguió un rércord con 728.000 espectadores y un 12,7% de la audiencia total, más del doble que Las mañana de Cuatro, su rival en la misma franja horaria. El éxito se debió a la presencia de Felipe González, un político que años después de abandonar su escaño parlamentario para dedicarse a los consejos de administración sigue teniendo una gran autoridad moral y política. Sus opiniones pueden ser compartidas, o no, pero siempre tienen interés y, lo que es más difícil, consiguen que los tertulianos más cavernícolas le respeten, al menos en directo.
El mensaje más claro e inquietante que lanzó ayer el expresidente socialista fue el de señalar como el Gobierno del PP ha decidido que el fin prioritario, y prácticamente único, es la contención del déficit público en lugar de priorizar el bienestar de la ciudadanía. La pregunta del millón, que también la hizo González, es: ¿Y si no se consigue, como todos los expertos señalan? La respuesta, de cajón más que de millón, es: el Gobierno ha demostrado su incompetencia. Pues, relativamente. No conseguirá reducir el déficit a los niveles que le exige la Unión Europea pero sí habrá desmantelado el frágil Estado de Bienestar, y lo hará con conocimiento de causa y alevosía. Privatizará todo aquello que hasta ahora funcionaba (la Sanidad y la Enseñanza públicas, entre otras cosas), marginará a los desheredados de la Tierra, defenderá a capa y espada los privilegios de los poderosos y de la Iglesia, y conseguirá -de hecho ya lo ha consegudido- que 2.267.000 niños en España vivan por debajo del umbral de la pobreza, y tratará con todas las argucias y engaños a su alcance, de ganar las próximas elecciones gallegas. Ya se pueden dar por satisfechos.
Hay 3 Comentarios
Muchas gracias por la recomendación. Visto lo visto, lo que queda por venir es aún peor, algunos hablan de que esto es la Tercera Guerra Mundial y no creo que anden desencaminados. Salud.
Publicado por: Angel Martín | 10/10/2012 18:19:01
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Publicado por: BLOG METODO PARA *ADELGAZAR* FACIL | 10/10/2012 17:44:33
O sea que, "La que se avecina"...
Publicado por: Mayte | 10/10/2012 17:17:40