"Rajoy: los corruptos hace años que no tienen responsabilidad en el PP". El presidente tiene un problema. Mejor dicho: la ciudadanía tiene un problema. Bueno, en realidad todos tenemos un problema, o mas. Son frases rotundas que quedan en las hemerotecas y que resurgirán cuando los juicios por prevaricación, cohecho, falsificación, y tantas otras cosas lleguen a su fin. Recordar a estas altura nombres como los de Bárcenas, Sepúlveda, Carlos Fabra, los de los diez diputados del PP en la Comunidad valenciana, alcaldes, exalcaldes, concejales, consejeros, gürtellianos, etcétera, etcétera, sería hasta grosero por obvio.
En realidad, al presidente lo único que le interesa es ganar tiempo. Siempre lo ha hecho así. Antepone las hipotéticas rentabilidades electorales a cualquier otra consideración, incluída una gestión política más funcional y considerada con el ya casi inexistente Estado del bienestar. Está esperando a que escampe en el catastrófico campo de batalla para sacar la cabeza. Anuncia tímidos proyectos de mejoras que se redoblarán cuando se acerquen las elecciones generales y guardará en alguna sala de Génova los nuevos recortes. Es tan burda su táctica, tan elemental su concepto de la política, que cree que con no nombrar a Bárcenas o a Sepúlveda el problema desaparece. Para su desgracia tuvo a bien elogiar en un pasado cercano a los Camps, Matas, Rato, Fabra, incluso al tan citado Bárcenas. Unos pivotes de su partido que han ido pasando por distintos juzgados de guardia.
En fin, no todo es Rajoy. También hay Rodrigo Rato. La gran esperanza blanca de José María Aznar, primer candidato a sucederle, prófugo civil del Fondo Monetario Internacional, expresidente imputado de Bankia y uno de los cinco peores ejecutivos del mundo en 2012 según el semanario Bloomberg Business Week, sigue siendo una fuente -en realidad, un manantial- de noticias sorprendentes. Ahora sabemos por la declaración en la Audiencia nacional de su amigo y socio Jaime Castellanos, presidente de Lazard, que la entidad presidida por Rato llegó a aprobar, cuando ya estaba al borde del colapso, un presupuesto de asesoramiento corporativo encargado a su banco de inversión que ascendía a 10,6 millones de euros. Nuestro particular lince de las finanzas trabajó a las órdenes de Castellanos tras su fuga del FMI con un salario de un millón de euros anuales. Ningún problema: la amistad es la amistad. Cuando accedió a la presidencia de Bankia comenzó a contratar a su antigua empresa por diferentes motivos y minutas sorprendentemente elevadas. Se calcula que el monto total fue de 36 millones de euros. Lo molesto de éste tipo de personajes es que, ademas, se creen los más listos.
Ya en territorios menos hostiles, señalar que la segunda temporada de Luna, el misterio de Calenda consiguió ayer la mayor cuota de pantalla en su horario (13.4%) y 2.358.000 espectadores. Curiosamente, la serie, que en su primera temporada era un frenesí de asesinatos y hombres lobo, en esta su segunda parece apostar descaradamente por el estilo de los culebrones: mucho sentimiento a flor de piel, algún denostado padre de familia que resurge cuando nadie se lo esperaba, separaciones, reencuentros, algo de sexo...toda la parafernalia de los melodramas de andar por casa que, sin embargo, parecen gozar del favor popular.
Y ya para cerrar el círculo, señalar que hoy La Sexta 3 ha programado -en un mal horario, todo hay que decirlo: a las 14.00 horas- la primera película de Woody Allen, con un título que parece pintiparado para el inombrado Bárcenas: Toma el dinero y corre.
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Marhuenda y los razonianos http://histericapeninsula.blogspot.com.es/2013/02/marhuenda-y-los-razonianos.html
Publicado por: ManuelTirado | 21/02/2013 15:41:51