Como no podía ser de otra forma, entramos en la Semana de la Marmota. Un hastío. Ya tenemos a todas las televisiones con La túnica sagrada, o similar. Los informativos con los pasos, los fans procesionales llorando porque llueve, las autoridades locales y comunitarias vistiéndose de domingo. Supongo que la Cospedal, después de dejar tirados en la cuneta a los dependientes, sin dispensarios de salud nocturnos a los mayores de los pueblos castellanomanchegos, de deleitarnos a todos con su empanadilla de Mósteles simulada y de elogiar una y mil veces a quien la da de comer, estará desempolvando la mantilla y la peineta para la foto. Un lujo de clase dirigente.
Una noticia que sirve de contrapunto: el boletín.com publica: "El diario estadounidense The Washington Post ha efectuado un cálculo sobre el dinero que la Iglesia española tendría que pagar a Hacienda si se suprimieran sus exenciones fiscales. Unos 3.000 millones al año. Una cantidad casi equivalente a los recortes sociales aplicados en los últimos tiempos", y eso sin contar lo que costaron eventos como las Jornadas Mundiales de la Juventud que tan generosamente patrocinaron la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento con el dinero de todos, o los viajes del Papa a esa entrañable y quebrada Comunidad valenciana para satisfacción de El Bigotes y compañía.
Pero en estos días del reverdecer del espíritu religioso, no todo son películas de romanos, o Biblias adaptadas a las play-station (Antena 3 consiguió el récor de audiencia del día con el primer capítulo de la Biblia: 3.873.000 espectadores, un millón y medio más que Gran Hermano 14, con una disparatada y graciosa Mercedes Milá y su semistreap-tease), también alguno de nuestros próceres parecen haber vuelto a ver la luz: El depredador de la sanidad pública madrileña Lasquetty, sin ir más lejos, ha declarado que cree "firmemente en la existencia de Dios”. Asegura que "gracias a la existencia de Dios y a la creencia en Dios", los seres humanos se han visto a lo largo de la historia como "susceptibles de recibir el mismo trato, los mismos derechos, las mismas obligaciones", como recogía el pasado 22 de marzo elplural.com. El mismo trato, el mismo trato, no exactamente. Algunos reciben bastante más que otros, por ejemplo los fondos de inversiones en paraísos fiscales que codician gestionar privadamente la salud. En fin, cómo cree en Dios, irá al cielo si se arrepiente de sus pecados.
Cuando alguien recurre a un argumento fácil e indemostrado en realidad nos está diciendo que es una persona simple, de pocas luces, y no nos referimos a Ana Botella: esa dama ya es del Libro de los Récords. Nos referimos a Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno en Madrid y su lúcida conclusión sobre las Plataformas de Afectados por las Hipotecas y los filoetarras. La derecha y sus voceros nunca han tenido el menor escrúpulo en manipular el dolor y la crueldad en su propio beneficio. Desde la interesada versión del terrible atentado del 11-M hasta las declaraciones de un idiota de las Nuevas Generaciones poniendo en duda que el hijo de Pilar Manjón fuese en el tren que voló por los aires.
Lo dicho: sigan ustedes cerrando dispensarios, recortando las subvenciones a los dependientes, inaugurando aeropuertos peatonales, mintiendo, estafando y privatizando: se maquean y a comulgar, que son dos días.
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