Pocos títulos resumen mejor la situación de la mayoría ciudadana (la que no se abrocha el cinturón cospedaliano, naturalmente) que la serie Con el culo al aire (Antena 3, estreno segunda temporada: 3.839.000 de espectadores, el mejor registro de ayer). Tiene ese punto de disparate que, al parecer, tanto gusta por estos pagos. Quizá eso explique en parte su éxito, como lo tuvo otra serie nacional desmadrada y profética en su título, La que se avecina. Nos va la marcha, eso está claro, aunque no tanto como a nuestros dirigentes económicos y políticos.
La que se avecina, efectivamente, dejará a muchos con el culo al aire, pese a lo cual el muy insigne José Ignacio Goirigolzarri, presidente de ese paraíso que forjó en poco tiempo Rodrigo Rato, se manifestó muy satisfecho con el inicio de arbitraje de las preferentes "porque va a permitir que una gran parte de los pequeños ahorradores recuperen su inversión”. Lástima que la prensa canallesca aporte el dato de que el Estado ya tiene claro el castigo que va a imponer a los pequeños ahorradores: la pérdida efectiva es de más de la mitad para la mayoría y llega al 70% en algunos casos. No es de extrañar que Goirigolzarri esté satisfecho, se va a ahorrar una pasta salvo que los tribunales lo impidan. Como diría Andrea Fabra: "Que se jodan".
Españoles en el mundo, dedicado ayer a la ciudad asutraliana de Perth, tuvo un resultado discreto (780.000 espectadores) pese a emitirse a las 12 de la noche, la hora en la que los no votantes del PP están a punto de acabar la digestión de sus abundantes cenas y comienzan a calcular los beneficios que les aportarían la dación en pago para poder comprarse una nueva mansión (Martínez Pujalte sicum dixit). En realidad el programa es un homenaje a Fátima Báñez y su "movilidad exterior" juvenil. Homeland, por su parte, mantiene una buena velocidad de crucero (Cuatro, dos capítulos con una media de 2 millones de espectadores), la misma que mantiene el caso Bárcenas. La ambigüedad triunfa sobre la certeza y aunque, ciertamente, hay mucha distancia entre el sargento Damian Lewis y el tesorero Luis Bárcenas, ambos comparten una actitud turbia, oscura, ante la vida. La diferencia es que el sargento actúa desde la confusión y el gerente, desde la codicia. La síntesis de ambos es la cúpula del PP.
El que no levanta cabeza es Risto Mejide y su concurso Money Time (Cuatro, 284.000 espectadores, la peor audiencia en su franja horaria). No son buenos tiempos para el nihilismo de salón.
Después del varapalo del FMI sobre las previsiones macroeconómicas del Gobierno español, con la enésima manipulación de Cristóbal Montoro, surge por fin una buena noticia para nuestros amados dirigentes: Alta Films, la distribuidora del mejor cine que se exhibía en nuestro país, es barrida por la crisis. Es una de las primeras consecuencias de la subida del IVA al 21% en la cultura, una benéfica decisión para quienes tienen depositadas todas sus esperanzas, y subvenciones, en Garci.
Hay 2 Comentarios
señor Harguindey, qué bien se está diciendo las cositas que están de moda. Su blogg denota tanta falta de originalidad que no me extraña que escriba dnd escriba. En fin, así es el periodismo actual. Partidismo sin disimulo. Crítica unidireccional.
No crea usted señor, que detrás de la algarada popular, está la mayoría. La mayoría caballero, vota en las elecciones lo que cree conveniente para España.
Publicado por: Geranio | 18/04/2013 17:52:49
Apenado profundamente por el cierre de ALTA FILMS y sus salas de cine en V.O. Ahora sí que hemos tocado fondo. Lástima no poder emigrar a Francia, donde la cultura tiene todo el aprecio social y político. Estoy consternado, la verdad.
Publicado por: jo_na | 18/04/2013 15:52:40