El programa Salvados del domingo, A su servicio, empresas públicas (La Sexta, 2.594.000 espectadores), fue varias cosas pero sobre todo una: el retrato de un cacique, José Luis Baltar (foto: cadena SER). En tiempos de vacas flacas resurge lo mejor y lo peor del ser humano. Desde la solidaridad entre los desfavorecidos al nacionalismo más agresivo, la corrupción, el caciquismo, la intolerancia y la exclusión social. Claro que el término "caciquismo" tiene dos acepciones según el diccionario de la RAE. La primera es pintiparada para el expresidente de la Diputación de Ourense y padre del actual presidente de la Diputación de Ourense: "Dominación o influencia del cacique de un pueblo o comarca". Bien.
Un par de datos: la mencionada Diputación llegó a tener 1.000 empleados en nómina. La actual, como se ufanaba Manuel Baltar en el programa de Évole, sólo tiene 750, aunque sigue siendo la segunda empresa de la provincia en cuanto a número de trabajadores. Otro dato: el primero de los Baltar está procesado por haber "enchufado" a 104 personas en la Diputación. Y un añadido curioso: entre las extravagancias con dinero público del expresidente cabe mencionar la construcción de un hipódromo sin carreras. Está claro que a estos tipos de personajes tan generosos con el dinero ajeno le fascina todo aquello que es caro y no sirve para nada. Un último ejemplo de los miles posibles, en el que, además, se unen el caciquismo y la Iglesia, es la desinteresada donanción de la Generalitat de Jordi Pujol a la fundación religiosa de Sant Pau de la propiedad del nuevo hospital, financiado íntegramente por la Generalitat y con un coste de 300 millones de euros. Así gana el cielo cualquiera.
La segunda acepción de "caciquismo" es más sutil: "Intromisión abusiva de una persona o una autoridad en determinados asuntos, valiéndose de su poder o influencia". Se puede entender o aplicar de diversas maneras. Particularmente me parece una excelente descripción de lo que está haciendo la jerarquía eclesiástica española. Estos monseñores que no pagan el IBI, que venden humo y están en el machito desde hace más de veinte siglos, no paran de dar la lata sobre el aborto, el matrimonio homosexual, el uso de los preservativos y la Educación para la Ciudadanía. Es verdad que cuentan con un aliado poderoso y servil, el Gobierno, pero deberían valorar los resultados de la encuesta de Metroscopia que publicó ayer El País.
Veamos algunos datos: el 79% cree que la Iglesia debería financiarse con las aportaciones voluntarias de sus fieles. El 99% opina que debería investigar sin tapujos y a fondo los casos de pederastia que se dan en su seno. El 93%, que debería admitir el uso de anticonceptivos. El 90%, que debería acabar con la discriminación de la mujer en el gobierno de la Iglesia. El 82%, acabar con cualquier trato especial en materia fiscal a su favor y el 75%, cree que debería admitir el concepto de que la familia no tiene por qué referirse exclusivamente a la constituida por un hombre y una mujer. En resumen: la distancia que hay entre lo que dice la jerarquía eclesiástica y lo que dice la ciudadanía sólo es comparable a lo que dice el Gobierno y los datos que ofrece Bruselas. Un par de ellos: De Guindos se cae de sí mismo y admite una caída del PIB este año hasta un triple de los previsto. Y dos, el rescate de la banca eleva el déficit al 10,6 %, el mayor de la UE.
En fin,a unos siempre les quedará París, y a otros, Marc Márquez, Dani Pedrosa y Jorge Lorenzo. Algo es algo.
Hay 1 Comentarios
para caciquismo podía visitar este señor Andalucía.... uy no, que Andalucía es progre
Publicado por: Geranio | 22/04/2013 17:26:22