Dijo ayer la Cospedal que ningún dirigente del PP conocía los "tejemanejes" que se traía entre manos Bárcenas. Es decir: fin de mes. Bárcenas entra en el despacho de Mayor Oreja, de Arenas, de Trillo, de Arriola, de Álvarez Cascos o de Rato, por citar tan sólo a unos cuantos, les entrega un sobre con varios miles de pesetas o euros pero allí nadie se enteraba de nada. En ocasiones, era Álvaro Lapuerta el que se acercaba al ministerio (no sabemos si con su protegida de las naves industriales para aprovechar el viaje) para entregarle a Mariano una caja de puros, pero tampoco se enteraba de nada. Definitivamente: el PP no es el partido de la transparencia, es el de la invisibilidad.
En todo caso, seguro que ya están funcionando las numerosas casas de apuestas en la muy ludópata Gran Bretaña para calcular el número de veces que al presidente del Gobierno, en su comparecencia en el Congreso, le saldrá ese tic inconsciente de medio guiñar un ojo cada vez que miente. Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, nuestro registrador de la propiedad favorito decidió eliminar la molesta rueda de prensa que se hacía tradicionalmente ante de las vacaciones alegando que ya iba a ir al Congreso, al que hasta hace nada no iba a ir porque el calendario político no lo marca un presunto delincuente, al que hasta hace menos que nada nadie podría demostrar que no era inocente,..., el cuento de la buena pipa.
Lo que, en cambio, cada vez son más conocidos son los tejemanejes de Ana Mato (también para ella los coches de alta gama eran invisibles): ahora se está pensando atacar la realidad. Si, como parece, las campañas en contra de la violencia machista no han conseguido reducir el número de víctimas y estas son cada vez más molestas para las estadísticas y los presupuestos (por cierto, reducido en un 27%), se cambia el concepto de víctima y a otra cosa, mariposa. A partir del próximo año todas aquellas mujeres que permanezcan menos de 24 horas en un hospital, no serán cuantificadas como mujeres maltradas. Bien. A usted, señora, su compañero sentimental, o lo que sea, le puede romper un brazo, ponerle un ojo morado o partirle la cara de un puñetazo: lo siento, no entra usted en las estadísticas de violencia machista. Necesita algo mas: ser apuñalada varias veces, un tiro en la espalda, algo de ácido sulfúrico en la cara, en fin, demostraciones más tangibles de que el amor perjudica seriamente la salud, que se noten los tejemanjes de su marido, novio o lo que sea. En esto el PP rechaza la transparencia. Se acabaron las lloronas.
Pero si usted está harto de tanta noticia negativa, de tanta torpeza, no tiene nada mas que informarse a través del canal 24 horas de TVE. Es un oasis en el desierto de bondad que nos rodea. Allí puede enrterarse de que, por ejemplo, en Bélgica, el nuevo monarca es muy querido por sus conciudadanos por mas que las encuestas belgas señalen que goza con el visto bueno del 30% de la población. También puede oir con una sonrisa en los labios que en el primer aniversario del devastador incendio del Empordà (4 muertos y cerca de 14.000 hectáreas arrasadas), ya está recuperado el paisaje por mas que los expertos hablen de décadas para conseguirlo. Quizá por todo ello, el compañero Somoano ha decidido apretar un poco mas las clavijas de los responsables de los informativos, responsables nombrados por él mismo hace un año. Si en el Empurdà los árboles llevan otro ritmo, ¿por qué no puede ser lo mismo en los informativos de TVE? Vuelven los hombre de Alfredo (Urdaci): se acabaron los tejemanejes. A partir de ahora la consigna es: mas invisibilidad, y mas continuada, para las malas noticias.
Una sugerencia de un programa doble: a las 22.00 horas, la 2, emite una de las películas más hermosas del cine español, vista y revista pero espléndida: El espíritu de la colmena, de Víctor Erice. A las 0.45 horas, laSexta 3 programa Truman Capote, dirigida por Bennett Miller y con un genial protagonista: Philip Seymour Hoffman. Ninguna tiene la fuerza de las estadísticas de Ana Mato pero reconfortan el espíritu humano.
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