TV Blog de Harguindey

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La televisión es la reina de la casa. Lo que se pretende en este espacio es comentar la actualidad televisiva más inmediata, los programas del día, desde cualquiera de los que se definen como “telebasura” a las retransmisiones deportivas, los espacios informativos, documentales, las películas o las series. Son los comentarios y recomendaciones de un telespectador común.

Los informativos, Santiago y Valencia

Por: | 25 de julio de 2013


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Santiago y Valencia. La tragedia en el tren de Santiago tiene dos cifras terribles: 78 muertos y 130 heridos, y una causa probable: ir a 190 kilómetros por hora en una curva señalada a 80. El tratamiento informativo del desastre en las diferentes cadenas generalistas permite en alguna medida analizar el concepto de servicio público al que aspiran. Por su parte, el séptimo aniversario de la tragedia del metro de Valencia, con sus 43 muertos y 47 heridos, permite comparar actitudes de los responsables políticos y judiciales.
La televisión pública, una vez mas, demostró sus reflejos pavlovianos cuando descubre en el seno de una noticia conceptos como "presidente", "ministro", "príncipe" o "Rey". Automáticamente ocupan un lugar preferente. TVE, en su canal 24 horas (único en la actualidad que ofrece información nocturna) no pudo evitar esa absurda y servil reacción ante el poder. Al parecer sus directivos lo llevan en los genes y lo transmiten a sus subordinados. Todas las conexiones priorizaban el que el presidente Rajoy iba a acudir a Santiago, que el Rey y el Príncipe habían enviado sus condolencias por escrito y, por supuesto, la cámara no desaprovechaba la ocasión de mostrar al presidente de la Xunta o a la ministra de Fomento declarando obviedades.
Telecinco y Antena 3, en sus informativos matinales, cumplían con mucho más acierto la información de la tragedia: en primer lugar, destacaban la solidaridad ciudadana, mostraban las largas colas de donantes de sangre o entrevistaban a los vecinos que habían acudido a ayudar desde el primer momento. La presencia de los políticos ocupaba un lugar secundario, como debe de ser, sobre todo cuando lo que dicen no supera la monotonía de las frases hechas. Es cierto que después los distintos programas con tertulianos explotarán hasta la saciedad lo que puede ser definido como "la morbosa rentabilidad del dolor" pero, al menos, las primeras reacciones informativas fueron profesionales.
Unos días atrás se conmemoraba el séptimo aniversario de la tragedia del metro de Valencia, la peor en la historia de dicho tranporte en la historia de España. 43 muertos y ningún responsable. Fue, probablemente, el comportamiento más bochornoso de unas autoridades a las que nada les importabla salvo la inminente visita papal. Visto lo visto, tampocó quedó claro si tan desmesurado interés por la visita tenía raíces religiosas o directa y económicamente depredadoras. No sabemos si el Papa se fue satisfecho: de El Bigotes sabemos que quedó encantado. Ahora la fiscalía ha decidido reabrir un caso que fue cerrado desde la ignominia o la maldad. Fue un programa de televisión, Salvados, quien destapó la manipulación torticera de Camps, Barberá y Cotino, tres presuntos beatos que se comportaron como unos auténticos desalmados. Desde aquel reportaje de Évole, Cotino (actual presidente de las Cortes valencianas, sin duda la que cuenta con el mayor número de imputados como presuntos corruptos de todos los parlamentos europeos) es ya un icono de la desfachatez política. Naturalmente, la muy servil Canal 9, y su responsable entonces, también imputado, ocultaron todo lo que pudieron la información sobre la tragedia y sobre el abominable comportamiento del poder político y judicial autonómico. Son distintas maneras de entender el servicio público o, como en éste caso, el público a su servicio.
En fin, hay algunos comportamientos que cada vez se entienden mejor. Otros, sin embargo, no se entienden. Por ejemplo, no se entiende la inflexible actitud de Celia Villalobos, vicepresidenta del Congreso y, ayer, presidenta de la Diputación Permanente, frente a la socialista Soraya Rodríguez, a la que le quitó el uso de la palabra al tratar de incorporar al debate la trilera actitud del presidente del Tribunal Constitucional respecto a su militancia. No se entiende su público y declarado aprecio de las normas que afectan a la Diputación Permanente y su, al parecer, flexible y diluído respeto por las obligaciones tributarias de su marido, Pedro Arriola. Es verdad que ella es ella y él es él, pero probablemente los bienes sean gananciales.
Tampoco se entiende, reconozco que desde la ignorancia, que el equipo económico del Gobierno muestre su satisfacción por "las luces al final del camino", corroboradas, al menos de momento, por los 225.000 desempelados menos que refleja la EPA del segundo trimestre, al mismo tiempo que se conoce el dato de que el Instituto de Crédito Oficial concedió un 47,3% menos en préstamos en el primer semestre del año. Si cerrando el grifo del crédito privado y público disminuye el número de parados, estamos ante un milagro macroeconómico. Quizá por ello, la CNMV de la muy excelentísima Elvira Rodríguez (PP) ha dicho que si hubo ventas al descubierto en Bankia, se sancionará "como Dios manda". No me imagino que sería de todos nosotros si no estuviéramos en un Estado constitucionalmente aconfesional.

Hay 4 Comentarios

Hola, amigos. Me quedo con la observación final de Ángel: "No me imagino qué sería de nosotros si no estuviéramos en un Estado constitucionalmente aconfesional". Pues pobres de nosotros, desde luego. Y es que eso de la aconfesionalidad en la España de los populares no está sino en los papeles. Usted mire a ver: Wert dice que hay que poner la asignatura de religión como obligatoria, no se han revisado las relaciones entre la Iglesia y el Estado, viene el papa y todo se paraliza... Y a mí todo esto me parece bien. El problema es saber para qué sirve todo esto, en un país enfermo de corrupción, de inequidad y de injusticia social. Los mismos que van tanto a misa y visitan al papa con mantilla española son los que engañan, roban y mienten a destajo. Por eso digo que prefiero un ateo honesto a un creyente hipócrita.

a "trud" - Hacía tiempo que no leía tal cantidad de insultos en solamente dos lineas de texto con unos argumentos tan inexistentes. Esfuercese un poco más la proxima vez. Saludos

solo usted, y basura como usted, es capaz de al día siguiente de la tragedia buscar elementos políticos para su burdo blog. qué asco me da, qué asco de persona es usted

La cobertura inicial del 24 horas de TVE fue bochornosa, y ahí se nota la escasez de medios de lo público y la necesidad de pluralidad informativa (ayy, CNN, dónde estás?). Intentaron conectar sin éxito cuatro veces con un corresponsal y lo achacaron al colapso de internet y las líneas, diciendo lo mismo ante su falta de información del accidente, porque supuestamente no podían acceder a los portales de los medios de comunicación gallegos (mentira). Y cuando por fin llega un cámara, se sube a un puente y se dedica a, morbosamente, tomar primerísimos planos de las víctimas, en momentos en que los familiares no tienen ninguna noticia y están angustiados. Del servilismo repetititvo sobre lo que hacía, dejaba de hacer o pensaba el presidente y los borbones, ni hablemos.

http://casaquerida.com/2013/07/24/la-linea-1-en-via-de-esperanza/

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Sobre el autor

Ángel Sánchez Harguindey

Ángel Sánchez Harguindey perteneció a la plantilla de El País desde su fundación en 1976. Fue jefe de la sección de Cultura, responsable del suplemento cultural Babelia, redactor jefe de El País Semanal, redactor jefe de la sección de Opinión y Adjunto a la Dirección.
Ha publicado el libro "Memorias de sobremesa. Conversaciones con Rafael Azcona y Manuel Vicent" (Editorial Aguilar)

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