Hay muchas formas de corrupción. Una de ellas, la más habitual, es la de derrochar el dinero público al margen de que se beneficie privadamente, o no, el derrochador porque lo que es seguro es que quien resulta perjudicada es la ciudadanía. Se suben los impuestos, se bajan los salarios, se recortan los servicios básicos y una buena parte de todo ello procede de ese derroche megalomaníaco de una clase política que no cuenta hasta diez antes de decidir un proyecto disparatado y que no lo hace porque goza de un privilegio no escrito que estimula los despilfarros: la impunidad. Vayamos a casos concretos:
El muy reaccionario y servil ministro de Justicia desayunó el viernes con la noticia de que "La Justicia censura las maniobras financieras de Gallardón en Madridec", acompañada de un sumario: "El Tribunal Superior de Madrid anula un ERE aprobado en la empresa municipal el año pasado". En la información surgen perlas como que "el Ayuntamiento le encomendó a Madridec la construcción y explotación de la Caja Mágica (inaugurada en 2009, costó 294 millones, más del doble de lo previsto; el Gobierno municipal ha reconocido ya que su explotación es ruinosa porque "se encuentra en un lugar inconveniente y su mantenimiento es carísimo"); la construcción del aún inacabado Centro Acuático (que arrastra una hipoteca de 50 millones pese a ser un esqueleto sin uso); y el Centro de Convenciones de la Castellana (un agujero sin destino que ya ha costado más de 100 millones)". Todo esto con Gallardón como máximo responsable. Así, a bote pronto, tres ideas geniales del regidor que le han costado a los madrileños 450 millones de euros, tres aeropuertos de Castellón. ¿Alguien le ha pedido responsabilidades?
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, por su parte, anunció el pasado jueves la paralización definitiva de las obras adjudicadas en el complejo de la Ciudad de la Cultura en Santiago (ver foto) y "la resolución de los contratos en vigor firmados con tres empresas constructoras". De esta forma el Teatro de la Música y en Centro de Arte no serán realidad y el proyecto del arquitecto Eisenman queda definitivamente incompleto a causa de la crisis". Una idea disparatada del difunto Manuel Fraga de construir el mayor complejo cultural de España se queda a medias tras gastar más de 300 millones de euros (dos aeropuertos de Castellón) y reorientar en sucesivas veces el proyecto cultural más contestado de los últimos años. Naturalmente no hay culpables pero si hay desfachatez: Núñez Feijóo tuvo la caradura de informar, es decir, manipular, que las empresas podrán ejercer "el derecho de superficie hasta el 31 de diciembre de 2014 y ejecutar alguna de las obras sin coste ninguno para las arcas públicas y respetando el entorno". Dicho de otra manera: los santiagueses le acaban de regalar a las empresas constructoras los solares de los edificios que no se han realizado. Y un detalle: lo construido, prácticamente sin uso, les costará a las arcas muncipales 45 millones de euros anuales en concepto de mantenimiento. Nadie se sentará en ningún banquillo.
Cuando ustedes, por casualidad, se sientan tranquilos consigo mismos, relajados, y tengan una cierta añoranza de ese sentimiento de rabia e indignación tan eficiente para sentirse vivos aún a costa de una posible úlcera de estómago, les recomiendo se adentren en está página de facebook: https://www.facebook.com/despilfarropublico. No tiene desperdicio. Algunos ejemplos de lo que allí se informa: En el año 2001 el anterior Palacio de los Deportes de Madrid se destruyó en un incendio accidental. Posteriormente se pasó a su "reconstrucción". Los vecinos pidieron un pabellón más pequeño y un recinto a su alrededor, pero finalmente acabó por construirse un pabellón faraónico con un presupuesto inicial de 24 millones y un tiempo estimado de 20 meses. El presupuesto acabó siendo de 153 millones y el tiempo, 43 meses (datos de un informe de la Cámara de Cuentas). Como guinda el edificio presenta graves errores de infraestructura y los vecinos denuncian que se usa más para eventos musicales que para el deporte.
Y de Madrid a Carboneras (Almería) en el que el polideportivo lleva más de 14 años en construcción y 10 millones de euros gastados. "No está bien ejecutado, invade la acera superior, la terminación es deficiente, No hay espacio en esa parcela para un polideportivo...". Son sólo algunas de las quejas que los vecinos han manifestado al ayuntamiento. Y si seguimos por la costa mediterránea llegamos a Torrevieja donde el Auditorio Internacional que costó 42 millones de euros se ha utilizado una media de dos conciertos al año. Y también en Torrevieja, la bella localidad con un exalcalde procesado y condenado, cuenta con la desaladora más grande de Europa. Costó 300 millones de euros (dos aeropuertos de Castellón) y no se ha estrenado ni se estrenará porque para poner en funcionamiento esta planta desaladora harían falta 50 millones de vatios, lo que supondría un aumento del coste del agua que no haría más que perjudicar a los ciudadanos.
Pero no todo es Mediterráneo mal que le pese a Serrat. También hay Cantábrico: el esperado Metro de Gijón (ver foto) ha acabado siendo un túnel vacío de 106 millones de euros. El proyecto comenzó en 2003 y se paró en 2006. Desde entonces, sigue igual. Además, se gastan 227.000 euros al año para controlar que no se deteriore. No hay fecha ni dinero para terminar un proyecto que costará (si se termina) 772 millones.Y una guinda sureña: el tranvía que conecta (o intenta conectar) Alcalá de Guadaira con Sevilla lleva ya paralizado 3 años debido a "la crisis". Ya se han gastado 73 millones de euros de los 98 presupuestados y la Junta no quiere poner un euro más, dejándolo abandonado. Aun estando al 75% harían falta por lo menos 50 millones más para terminarlo. Que ustedes los disfruten
P.D.- Al César lo que es del César y a Celia Villalobos lo que es de Celia Villalobos. Dijo que votaría en contra de la propuesta del PSOE de que se retirara el anteproyecto de la nueva ley del aborto porque la votación era secreta y a ella le gustaba dar la cara, y lo hizo. Al día siguiente, a cara descubierta, votó a favor de la propuesta de Izquierda Plural de que se retirara el anteproyecto de reforma de la nueva ley del aborto. Le va acostar 500 euros de multa impuesta por su partido pero eso, la verdad, no es dinero por mostrar a todos los medios su coherencia.