Los titulares encadenados de tres noticias sirven perfectamente para intuir por dónde han ido, y van, los tiros en nuestro país con la peculiaridad de que, al menos en estos casos, no es una cuestión exclusiva del PP. A saber: "España pidió al FMI en 2009 que no airease los problemas de la banca". "La lucha contra el fraude fiscal retrocede: cae un 9% en 2013" y "Los vecinos se movilizan para evitar que Ana Botella ceda parte de una finca pública al Opus Dei". La primera corresponde a la etapa de Zapatero en el Gobierno y las otras dos, a los peperos, pero tienen un denominador común: no molestar a los poderosos.
De todos es sabido la impericia de la segunda legislatura de Zapatero (en la foto de Cristóbal Manuel, en El País, con el entonces director gerente del FMI Dominique Strauss Kahn) para intuir, analizar y tratar de resolver o amortiguar la crisis económica que ya estaba instaurada en Estados Unidos desde comienzos de 2007, especialmente agravada en el caso español con la burbuja inmobiliaria. El servilismo socialista con los bancos y entidades financieras se refleja en la crónica que publicaba ayer el diario El País. "En aquella cita de dos horas y 18 minutos (se refiere a la reunión del FMI del 11 de marzo de 2009 para analizar la evolución de la economía española), el director ejecutivo por España, Ramón Guzmán, pidió a los técnicos de la misión que no pusieran el principal foco en las debilidades del sistema, se quejó de la dureza de las pruebas de resistencia a las que se había sometido el sector y les invitó a centrarse más bien en pedir reformas estructurales, frente a señalar las flaquezas de la banca, según reflejan las actas desclasificadas de aquel encuentro".
Curiosa petición española de no poner los focos en las debilidades del sistema financiero cuando 18 días después de la citada reunión el Banco de España intervino Caja Castilla La Mancha, presidida por el impresentable socialista Pedro Hernández Moltó, "¡míreme a la cara señor Rubio, míreme a la cara!" le espetaba a Mariano Rubio en la comisión de Economía del Congreso que investigaba el caso Ibercop, caso por el que Mariano Rubio presentó su dimisión como Gobernador del Banco de España, lo que no evitó la chulería inquisitorial de quien años después quebraría una Caja para la que la ciudadanía, a través del Estado, tuvo que poner 9.000 millones de euros: "¡Mírenos a la cara señor Hernández Moltó, mírenos a la cara!". El exgobernador del Banco de España pisó brevemente la cárcel por un presunto delito de ocultación a Hacienda de 180.000 euros. El señor Hernández Moltó debe de estar viendo algún documental sobre el aeropuerto de Ciudad Real, una de sus obras cumbre (coste: 1.100 millones de euros. Ahora se vende, o se pretende vender, por 100 millones. ¡Vuélvanos a mirar a la cara, señor Hernández Moltó!), en un confortable salón.
Segunda noticia: "El fisco ingresó en 2013 por su plan de prevención y control del fraude 10.479 millones de euros, lo que supone un descenso del 9% respecto a los 11.517 millones obtenidos el año anterior". Bien. "La organización de técnicos de Hacienda (Gestha) considera un paso atrás el resultado de la Agencia Tributaria y lo califica como "hito histórico negativo, pues por primera vez desde 1991 no se superan los resultados de ingresos tributarios respecto al año anterior". Un triunfo mas del compañero Montoro que después de dejar como un sembrado la Agencia Tributaria cepillándose a los inspectores que molestaban a los grandes señores ("la destitución fulminante de una inspectora por rechazar un recurso de la multinacional Cemex ha provocado varias dimisiones en la cúpula del área de Grandes Contribuyentes de la Agencia Tributaria, una muestra de solidaridad con la profesionalidad de la compañera", informó en su día elplural.com). Sigue valiendo el "No molesten".
Un par de datos generales para contextualizar esta información: "Un estudio de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona corroboraba que actualmente en España se produce un fraude fiscal por parte de los ricos de 80.000 millones de euros (Arcadi Oliveres). Hace un par de años el presidente de la Asociacrión de Subinspectores de Tributos, José Robles, en el XV congreso anual de la Asociación Profesional de Subinspectores de Tributos, manifestaba que el porcentaje de fraude fiscal en España se situa en el 23% del PIB, frente al 13% de la media de la Unión Europea; osea 10 puntos por encima de la media de la U.E.". Es en este paisaje en el que el ministro de Hacienda saca pecho por el ejemplo que está dando España al resto del mundo mundial.
La tercera noticia nos lleva directamente a ese turbio mundo en lo que lo espiritual y lo material se entremezclan obscenamente. "Los vecinos del distrito de San Blas-Canillejas se oponen a que el Ayuntamiento de Madrid, que preside Ana Botella, ceda parte de la Quinta de Torre Arias, un vergel de 18 hectáreas en plena calle de Alcalá, a la Universidad de Navarra, por lo que se manifestarán este domingo a las 12 horas y todos los últimos domingos de cada mes hasta que la alcaldesa desista de su idea". Hace escasos meses las vecinas y vecinos del distrito de San Blas-Canillejas celebraban que el Ayuntamiento de la capital asumía la cesión del uso de la Finca de Torre Arias pero unas semanas después el equipo de Gobierno municipal reconoció que estudia ceder parte de la finca a la Universidad de Navarra (institución privada vinculada al Opus Dei) para instalar allí una sede en la que impartir cursos de posgrado, informa Iniciativadebate.org.. Sabemos que España es un estado aconfesional y pese a ello tenemos que tragar diariamente la imposición de las creencias de nuestros gobernantes pero lo que ya empieza a ser de juzgado de guardia es que, además, favorezcan materialmente a la Iglesia católica o a alguna de sus sectas.
Los Aznar, por su parte, tienen una especial predilección por favorecer a los obispos (recuerden que el pequeño gran estadista reformó en 1998 la Ley de Hipotecas declarando la barra libre a los señores obispos para que pudieran registrar directa y personalmente edificios religiosos por dos duros. El último y escandaloso ejemplo fue la Mezquita de Córdoba que pasó a ser propiedad del obispado por 30 euros). Ahora, su esposa está pensando en regalarle al Opus un trozo de una estupenda finca municipal para que instalen una secuela de su universidad privada. Alguna Su Eminencia Reverendísima, por ejemplo Rouco Varela, debería aclararnos si con estos regalos se gana el cielo y, si fuera el caso, al ser la que regala quien representa muncipalmente a los madrileños ¿los aquí empadronados podríamos pecar con la convicción de que seríamos perdonados a cambio de la parcela del vergel de la calle de Alcalá?