"La entonces capitán Zaida Cantera (ver foto) fue acosada sexualmente, agredida por un teniente coronel; después de que él entrara en la cárcel fue perseguida por coroneles y por generales que hasta intentaron fabricar un caso contra ella para meterla seis años en la cárcel. Por este motivo ella le pidió ayuda a usted; le escribió una carta para pedirle personalmente ayuda, y usted personalmente se la negó", argumentaba ayer Irene Lozano, diputada de UPyD en el Congreso, para señalarle al ministro de Defensa, Pedro Morenés, su absoluta indiferencia ante un lamentable caso en el seno del Ejército.
Su respuesta fue significativa de esa megalomanía (la megalomanía es una condición psicopatológica caracterizada por fantasías delirantes de poder, relevancia, omnipotencia y por una inflada autoestima. Wikipedia) que distingue a nuestros dirigentes: "Le pido que deje de manchar el buen nombre de nuestras Fuerzas Armadas en su búsqueda de autopromoción en la venta de un libro. Su enfermedad es la bajeza moral". Es decir, que si se denuncia el comportamiento deplorable de unos mandos militares ante la víctima de un delito por el que fue juzgado y condenado un teniente coronel, lo que se está haciendo es manchar "el buen nombre de nuestras Fuerzas Armadas". Lo mismo dijo no hace mucho Marta Ferrusola cuando afirmó en el Parlament que "Cataluña no se merece estas preguntas". Las críticas justificadas a una parte se extrapolan como agresiones al todo. Eso sí es demagogia y bajeza moral.
En realidad, la respuesta del exfabricante de bombas de racimo fue tan impresentable como cabía esperar de un ministro cuyo departamente, dos días antes, había "reconocido que desde que su titular, Pedro Morenés, tomó posesión de su cargo ha firmado un total de 32 contratos con empresas de las que él mismo fue consejero hasta 2009 y representante hasta bien entrado el 2011. Así se desprende de la respuesta del Gobierno a la pregunta parlamentaria presentada por Jon Iñarritu, diputado de Amaiur en el Congreso de los Diputados, a la que ha tenido acceso Público".
Explicar el acoso es el editorial que hoy mismo publica el diario El País. En él se dice, entre otras cosas que: "El ministro de Defensa, Pedro Morenés, lo hizo todo mal en el Congreso de los Diputados durante su intervención sobre el caso de la oficial Zaida Cantera. Se permitió calificar de "bajeza moral" el hecho de que la diputada Irene Lozano, de UPyD, le preguntara por el asunto, acusándola de "montar un circo mediático" y de "manchar el nombre de las Fuerzas Armadas", en vez de explicar lo que se le preguntaba o pedir una comparecencia específica, si no le daba tiempo a exponer sus razones en el marco de las rígidas normas de la sesión de control al Gobierno".
Y respecto a la "tolerancia cero ante el acoso" a la que aludió el ínclito Morenés en su intervención, sólo decir que a la vez que lo afirmaba en el Congreso, la prensa publicaba que el capitán José Francisco Cabrera se dirigió a la sargento M. A. R. en un despacho de la base tinerfeña de Los Rodeos, y ante la presencia de varios suboficiales, en los elegantes términos de "¡Deja de hacerte pajas! No, mejor, como eres mujer, deja de hacerte dedillos y piensa". La sargento entró en una crisis nerviosa. La Sala Quinta del Tribunal Supremo Militar, por su parte, consideró probado el suceso pero entiende que los exabruptos no constituyen un delito de abuso de autoridad: "Los hechos no revisten la entidad necesaria". Y es que tanta tolerancia, empatía y comprensión para y con los subordinados no se puede aguantar.