TV Blog de Harguindey

TV Blog de Harguindey

La televisión es la reina de la casa. Lo que se pretende en este espacio es comentar la actualidad televisiva más inmediata, los programas del día, desde cualquiera de los que se definen como “telebasura” a las retransmisiones deportivas, los espacios informativos, documentales, las películas o las series. Son los comentarios y recomendaciones de un telespectador común.

Sobre el autor

Ángel Sánchez Harguindey

Ángel Sánchez Harguindey perteneció a la plantilla de El País desde su fundación en 1976. Fue jefe de la sección de Cultura, responsable del suplemento cultural Babelia, redactor jefe de El País Semanal, redactor jefe de la sección de Opinión y Adjunto a la Dirección.
Ha publicado el libro "Memorias de sobremesa. Conversaciones con Rafael Azcona y Manuel Vicent" (Editorial Aguilar)

Archivo

septiembre 2021

Lun. Mar. Mie. Jue. Vie. Sáb. Dom.
    1 2 3 4 5
6 7 8 9 10 11 12
13 14 15 16 17 18 19
20 21 22 23 24 25 26
27 28 29 30      

Archivos

Pactos y cambalaches

Por: | 05 de junio de 2015

1433236725_510183_1433259512_noticia_normal

Han pasado 12 días desde las elecciones municipales y autonómicas y la única conclusión indiscutibles es la necesidad de pactar entre varias opciones política si se pretende alcanzar la poltrona del mando. El resto, es interpretación subjetiva, literatura. Y, naturalmente, la hay mejor y peor. Para Ciudadanos y Podemos, la gente ha votado el cambio. Para el PP y el PSOE, continuidad y estabilidad, respectivamente. Para el ciudadano común, es decir, el que suscribe: un punto de perplejidad y dos de desazón.
Los partidos emergentes parecen saber la intención subliminal del votante, ese anhelado cambio. Bien. Sin embargo su reacción ante tan sutil sabiduría no deja de ser ramplona, elemental: si no quieres taza, taza y media. O dicho de otra manera: a todos nos encantan las poltronas y el sacar tajada. La gente ha votado el cambio, nosotros somos sus amados representantes y eso tiene un precio: la cultura del pacto entendida como una de las bellas artes del chalaneo endogámico o el "estos son mis principios; si no les gustan, tengo otros", de Groucho.
Los que se han pasado toda la campaña con lo de que "o nosotros o el caos", siguen sin pillarlo: el caos. En un mismo informativo se deja constancia de las nuevas previsiones de la OCDE (España crecerá del 1,7 al 2,9%) y el dato de que medio millón de niños se quedan sin beca de comedor al pasar al horario escolar intensivo. También se informa que dimiten Victoria y Figar, es decir, que dejan la poltrona unos días antes de lo previsto (ninguno iba en lista electoral alguna) para satisfacción de Albert Rivera que se atribuye el éxito (¿qué éxito?) y, por supuesto, se anuncia una nueva modificación en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, la llamada por los ignorante jurídicos Ley Mordaza, en la que se prohibirá tomar imágenes de las detenciones de los presuntos culpables. La prohibición surgió de una propuesta de CiU inmediatamente respaldada por el PP y, al parecer, con el visto bueno del PSOE al que no le parece mal que se impida "la condena del Telediario", en palabras de su portavoz en el Congreso, Antonio Hernando. Señalar que precisamente esos tres partidos son los que más aportaciones históricas han hecho a la corrupción política (el Palau, los Pujol, la Púnica y Rato, y los ERE y los cursos de formación, entre otros, están y estarán en el ojo del huracán) sería de una simpleza que, de hacerlo, nos calificarían con razón de "políticos". Lo dicho: el caos.
Y al desconcierto, además, se suma la grosería. Que el presidente del Gobierno se reúna con los líderes de Ciudadanos y del PSOE y se niegue a recibir al líder de Podemos supone, cuando menos, dos cosas: un desprecio a los más de dos millones de personas que decidieron votar al nuevo partido y que el señor Rajoy, y su partido, no sólo confunden lo público y lo privado en cuanto a financiación irregular o enriquecimiento personal o colectivo sino que confunden también lo personal con lo institucional. Le puede caer fatal un político pero si decide efectuar una ronda de conversaciones no puede, o no debe, aplicar otro baremo que no sea estrictamente el democrático. Alegar, como han hecho, que "no tienen sentido reuniones porque no vamos a participar en acuerdos de gobernabilidad en ningún lado" es una visión tan a corto plazo, tan imbuida de un pragmatismo de andar por casa, que hubiera sido mejor buscarse otra coartada, por ejemplo, que le dolía la cabeza o que estaba enfrascado en tratar de recuperar algo más del, hasta ahora, 4% de las ayudas concedidas a la banca de las que, ya se sabe, se dan por definitivamente perdidos unos 26.000 millones de euros.

Corazón loco

Por: | 02 de junio de 2015

1432725907_969023_1433161493_noticia_fotograma

"...una es el amor sagrado,/ compañera de mi vida,/ esposa y madre a la vez,/ la otra es el amor prohibido,/ complemento de mis ansias,/ y a quien no renunciaré,..."

Comencemos por el complemento de sus ansias: a partir de las 13 horas de ayer se heló la sangre en las cadenas generalistas: iba a salir de la prisión Isabel Pantoja, la otrora "viuda nacional" y ahora una reclusa con permiso penitenciario. Cámaras, fotógrafos, redactores, forofos y un Zelig gordo que siempre está en todo, vivían sin vivir en ellos, como diría la santa, y eran complementos perfectos de una peña de tertulianos que en El programa de Ana Rosa (Telecinco) no paraban de explicarnos lo que iba a hacer la cantante, lo que iba a decir, lo que debería hacer o lo que debería decir, incluso lo que iba a pensar. Todos estaban en posesión de la verdad por mas que el portón de la cárcel seguía cerrado. 20 largos minutos de incertidumbre y disquisiciones varias, opuestas con frecuencia, y siempre a gritos.
A las 13.23 se abre el portón y se divisa a lo lejos a una dama repeinada (ver foto con su hermano Agustín): "Ahí sale, ahí sale", señalaban a voces lo que estábamos viendo al igual que ellos. "Es otra Isabel: no lleva gafas". Ahí nos habéis dado. No se nos hubiera ocurrido ni por asomo diferenciar los cambios de personalidad, o de talante que diría Zapatero, en función de las gafas de sol. La cantante que, además, es la madre de Kiko y de Chabelita -lo que no es poco-, no se acercó a los periodistas como habían afirmado los tertulianos, lo que no impidió para que alguno afirmara que "yo ya sabía que no se iba a acercar a la prensa. Han cambiado de táctica".
Si ya en las retransmisiones deportivas nos hemos acostumbrado a que los comentaristas lo supieran todo antes que nadie ("como decía yo antes...", es casi un leit-motiv, entre anuncios de maquinillas de afeitar y estímulos a las apuestas), en las tertulias del corazón dan una vuelta de tuerca: alguien ya había dicho algo y lo contrario casi al mismo tiempo. Algunos aplausos de sus admiradores, muchos nervios en las voces de las redactoras de campo y varias repeticiones de los escasos segundos grabados de una delincuente fiscal saludando con la mano, primero a las reclusas, y, después, a sus escasos fans. Al Rojo Vivo y Las mañanas de Cuatro informaron al momento de la salida. Después lo harían todos los informativos. John Reed nos hablaría de Cuatro días que estremecieron el mundo.
Ya por la tarde, la traca final: Sálvame. Primero dicen que el tiempo en televisión es oro y luego dedican cuatro horas a comentar el escaso minuto de la salida de la prisión de Alcalá de Guadaíra. Y como el metraje objetivo es escaso se reinterpretan y diseccionan todos sus detalles. Análisis del lenguaje corporal de la cantante a cargo de una especialista (muy segura de sí misma y saludando como si saliera de un concierto, mas el añadido de que su hermano Agustín es su guía en éste proceloso mundo que nos ha tocado vivir pues no hay mas que ver como se agarran las manos, la de él sobre la de ella, dominando..."para sobrevivir, para sobrevivir, hay que mentir", cantaba ella antes de entrar en el trullo); publicidad encubierta de unos grandes almacenes en la bolsa que lleva el guía en su mano derecha y que exhibe con descaro; bolso blanco de la cantante que, al parecer, se lo habían hecho sus compañeras reclusas; "nos cruzamos las miradas pero no me hizo ningún gesto", se sinceraba Chelo García-Cortés en esa complicada relación de amor-odio que mantiene con la diva, y la gran pregunta: ¿entrará en directo la Pantoja el próximo jueves para hablar con Chabelita en Supervivientes?. "Depende de lo que la paguen", responde un tertuliano habituado a medir en euros cualquier gesto sentimental.
Safe_imageY si la Pantoja "es el amor prohibido", metafóricamente hablando, la esposa y madre a la vez, es decir, el amor sagrado, es, también metafóricamente hablando, Esperanza Aguirre, o para ser más exactos, su delirio poselectoral. En su artículo de ayer en el Abc, La verdad, señalaba que le "sorprendió y le sigue sorprendiendo que Manuela Carmena, que hace ostentación de buenos modales con todo el mundo, aún no me haya felicitado por mi victoria electoral, como si hizo educada y deportivamente la noche del mismo domingo el candidato socialista, Antonio Miguel Carmona". Lo más extraordinario del caso es que, como mostró Las mañanas de Cuatro en un vídeo, unos días antes, y ante los medios de comunicación, había agradecido a Manuel Carmena el que le hubiera llamado para felicitarla en la misma noche del domingo electoral. En el caso de la lideresa, todo hay que decirlo, no hubo análisis de lenguaje corporal. Al parecer ya es suficiente con analizar su lenguaje natural, así, sin mas, y no volverse loco.

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal