El caso del almacén de residuos nucleares de Villar de Cañas (Cuenca) y su tratamiento en los informativos de las cadenas generalistas resulta ejemplar por varios motivos y ninguno de ellos dignifican ni a los políticos ni a la periodistas.
El PP eligió la ubicación del almacén a finales de 2011 (en la foto, obras en el municipio conquense). Casi cuatro años más tarde el pleno del Consejo de Seguridad Nuclear apoya la concesión de la autorización previa. Un día después, el nuevo ejecutivo de la Junta de Castilla-La Mancha decide ampliar de 1.000 a 25.000 hectáreas la Zona de Especial Protección para las Aves (Zepa) de la Laguna del Hito, con lo que se complica la construcción del almacén. La decisión se basa en la petición de una plataforma contaria a la instalación y, además, en un informe del Colegio de Geólogos en el que especifica que los terrenos no son los idóneos por lo que los costes iniciales -unos 1.000 millones de euros- sufrirían unos sobrecostes importantes, alrededor de 300 millones de euros, para incrementar su seguridad.
Pues bien, por ejemplo los informativos de TVE, cumpliendo su condición de apparátchik del PP, informaba de la oposición de la nueva Junta al proyecto sin ofrecer sus cámaras a la parte contraria, ¿para qué si no son de los nuestros? El mensaje era claro: los socialistas impedían la creación de cientos de puestos de trabajo.
Ahora sabemos que el Gobierno central estudia superar la traba del ejecutivo autonómico con algún recurso legal (declararlo de "interés público", por ejemplo), aderezado con declaraciones como las del ministro Soria quien afirmó que la luz subiría un 30% si no hay cementerio nuclear (¿quiere eso decir que si hubiera dos cementerios nucleares bajaría un 30%, y si hubiera tres nos saldría casi gratis?). El ministro tampoco se olvidó de señalar que el proyecto era del anterior Gobierno socialista, "con muy buen criterio", y fue de los temas que su antecesor en el cargo, Miguel Sebastián, le pasó como una de las cuestiones "totalmente cerradas".
Queda una nueva vuelta de tuerca en esta historia, la que hoy publica El País: "El anterior Gobierno de Castilla-La Mancha, presidido por María Dolores de Cospedal (PP), aprobó el 17 de junio, ya en funciones, el nuevo plan urbanístico de Villar de Cañas. Este plan, imprescindible para que en el futuro el Ayuntamiento pueda conceder la licencia al almacén de residuos nuecleares, fue aprobado en un tiempo récord. El actual Ejecutivo, del PSOE, está escudriñando ese documento. Fuentes de la Junta aseguran que tienen "sospechas" de que pueda haber "datos falsos". En concreto, estas fuentes señalan que podría no haberse cumplido con la obligación de que entre el futuro ATC y el núcleo urbano existan 2.000 metros de distancia. Los técnicos han realizado este miércoles varias "mediciones cartográficas" que señalan en esta dirección, aunque la Junta sostiene que aún faltan más análisis".
Mientras tanto la ciudadanía sólo sabe que no sabe nada, que las tácticas preelectorales de los dos partidos mayoritarios no dejan ver el bosque y que lo que no se hizo en cuatro años se quiere hacer ahora en dos meses. Un lujo.